Nombre completo: Michael Valentine ("Falso"); su nombre real es ininteligible, por pertenecer a la lengua lupina.
Edad: 41
Raza: Licántropo
Profesión: Mayordomo (De Pandora)
Características físicas: Su apariencia física humana es semejante a la de un varón de veinte o veintiún años. Mide un metro con ochenta centímetros. Su fisionomía es esbelta, atlética, y a pesar de contar con poca masa muscular, estos últimos se encuentran tonificados, resaltando a la vista. Cuenta con varias cicatrices en su cuerpo, la mayoría casi imperceptibles por su rápida regeneración, o por lo insignificantes que fueron producidas por objetos punzocortantes, la mayoría en sus costados, espalda, y piernas. La única que no logró mantenerse disimulada fue una en el pecho, en forma de cruz. No obstante no parece avergonzarse de la misma. Su cabellera es blanca, y corta. Se prolonga en su nuca formando una pequeña cola de caballo. Sus ojos son de color azul marino. A pesar de su cuerpo aparentemente débil, cuenta con una fuerza por encima de un humano común y corriente.
En su lupina cuenta con la apariencia de un lobo de pelaje azulado, misma tonalidad que la de sus ojos, no obstante estos mismos en la forma ya mencionada son de color ambar. Su tamaño es ligeramente superior al de un lobo común, y su mirada esta cargada de una perspicacia e inteligencia ajena a los de un can normal. Exhibe la misma cicatriz del pecho, en donde carece de pelaje, producto de la herida.
Finalmente en su forma hibrida, de licántropo, su estatura ronda los dos metros con sesenta centímetros, su masa muscular se desarolla sobremanera, proporcionandole a sus extremidades una fuerza descomunal. Su pelaje se mantiene del mismo color que el de su forma lupina, asimismo como el color de sus ojos y la ya tan conocida cicatriz. Sus dedos cuentan con garras de un filo semejante al de espadas.
Historia: Perteneciente a una manada nómada, que se desplazaban de un lado a otro siempre que el tiempo lo ameritaba, tuvo la desafortunada oportunidad de cruzarse con un grupo de mafiosos, irónicamente autoproclamados como "caza-talentos", cuya función era la de conseguir criaturas paranormales, y adiestrarlas como herramientas o aniquilarlas en el intento. Varios de ambas facciones fallecieron en el intento por apresar a la manada, no obstante la mafia terminó por tener la victoria. Así fueron trasladados a un refugio en donde, en un principio, se les trató como poco menos que mascotas, hasta inculcarles obediencia mediante la coacción. Acto seguido se les entrenó en mesteres sencillos, tales como acostumbrarse a mantener su forma humana, o a dominar el lenguaje de esa raza. Ocupó años en conseguirse, en incluso varios de la manada fueron asesinados por "incompetentes". Los que sobrevivieron al entrenamiento inicial, en donde se les acostumbró a siquiera actuar como personas, se les entrenó para luego actuar como armas.
Aún cuando un licántropo es una criatura letal en su forma real, es conveniente guardar esta última como as bajo la manga, y así aprovechar el factor sorpresa. Por ello se les entrenó en el manejo de diversas armas, dependiendo de en cual cada uno de los cautivos se desenvolviese mejor. Los entrenamientos solían realizarse entre licántropos, pues los mafiosos no pretendían arriesgarse a que uno de los suyos saliese herido, o muerto, por el descontrol de alguna de las bestias. Esto ocasionaba que, una vez más, la manada se redujese a unos pocos.
Cierto día en particular se consideró que los únicos tres supervivientes estaban preparados para su primera misión, y así fue como se les envió en conjunto con un grupo de mafiosos para liquidar a una facción opositora que les había estado causando problemas. Un soplón les informó de la ubicación de este grupo, y, al tratarse de una banda pequeña, se consideró que sería suficiente la participación de tres licántropos y unos pocos "domadores". Empero, no se consideró que el odio de estos tres sería suficiente como para proporcionarles la paciencia necesaria de soportar años de tortura y maltrato para una ocasión idonea en donde se viesen supervisados por unos pocos, pocos que se confiarían por creerlos amaestrados. Así fue como esa misma noche, apenas se inició la incursión en la base enemiga, los tres licántropos se volvieron contra sus captores, quienes tuvieron una ínfima oportunidad. De un lado tenían a sus opositores disparándoles, y a sus espaldas a unas bestias iracundas luchando por su libertad. El exito fue absoluto. Los tres licántropos salieron heridos. Y, aún al aniquilar a quienes les mantenían coaccionados, el otro bando permanecía atacándoles por miedo a que se volvieran contra ellos.
La tríada decidió separarse e ir por caminos distintos, pues así sería más dificil que les capturaran a todos. Sabían que eso no acabaría así. De ese modo este joven se vió recorriendo como un vagabundo las calles de la ciudad, en más de una ocasión perseguido por la mafia. En una de estas ocasiones, viéndose rodeado en plena avenida, se vió forzado a adoptar su forma híbrida, y lacerar a sus oponentes, revelando ante todos los peatones su naturaleza real. Sabiendo que esto le traería problemas, huyó hacia un callejón entretanto retomaba su figura humana. No contó con que de entre todos los testigos, uno le perseguiría, una niña.
La joven al llegar al obscuro callejón observó al licántropo alimentándose de los restos de uno de los hombres a los cuales asesinó. En un principio estuvo a punto de atacarla, aunque ella no mostró miedo alguno, sin embargo, percibió en ella un aroma distinto. Llevaba años oliendo a los humanos, y en ella había algo distinto, procedente de sus genes vampíricos, mismos que él desconocía. Renuente de todos modos a confiar en ella, oyó la extraña oferta que la dama le proponía: un techo, comida y seguridad a cambio de su lealtad. La taréa sería sencilla, obedecerla y, en ocasiones, asesinar en su nombre. Nada a lo que él no estuviera acostumbrado.
Aún desconfiado, aceptó a trabajar para la joven noble, quien, con sus contactos, borró el pasado del chico y le proporcionó un nombre, Michael Valentine, mayordomo de Pandora Erzsébet Báthory. Los años de servicio bajo la extravagante dama crearón en él mayor confianza, y, hasta cierto punto, obediencia, terminando por servirle no por los beneficios, o contra su voluntad, sinó por iniciativa propia.
Su pasado arraigó en él un desprecio increible hacia la especie humana, inclusive borrando de su naturaleza el acostumbrado odio hacia la raza vampírica que suele estar grabado en la raza licana.
Armas: Suele cargar en su espalda baja un cuchillo de combate con el cual se desenvuelve con maestría.
Imagen: Dar click en el título para ir a la imagen: Forma humana, Forma lupina, Forma híbrida
Anexo: Ninguno, por el momento.