Comienzo del viaje.

El buen tiempo no era compañero de ese alegre jovencito el cual caminava decepcionado bajo el resguardo de una blanca capucha, arrepintiendose lo que podria haber sido un dia de turismo de lo mas divertido.
Aun asi Lionel no habia abandonado la idea de pasarlo bien y a pesar de la incesante lluvia habia comenzado un caminar hacia una aldea repleta de rumores, en estos se hablaba de perros, lobos y demas, y, estaba claro que era una idea que no podia abandonar un Licantropo como el.

Un par de personas caminaban de un lado a otro transportando lo que parecian ser pesantes mercancias, las cargaban a una carabana en la que se refugiaban familias deprimidas por el mal tiempo.
Lionel decidio no prestarles mas atencion y dio un tiron a la cabellera de su mascota, la cual, temerosa se habia escondido tras una casa algo maltrecha.
El cuadrupedo tenia un aspecto algo ridiculo con tanta cantidad de pelo y tan mojado, lo que hacia que este se enganchara a su piel y poder definirle una raquitica silueta.

-Que molestia esto de que llueve, seguro que no encontramos a nadie hoy.- Lionel hablaba con su compañero, como esperando que este alzara la vista y respondiera con una substanciosa conversación, aun asi era imposible, lo unico que el peludo amigo izo fue alzar la vista y ladear el rostro sin entender una sola palabra de lo que su amo le nombraba.

Lionel quedo algo sorprendido ante la reaccion de su amigo y se dejo caer de costado en un lado de la estrecha calle, refugiado bajo su "montura" al cual habia cubierto con una manta que no tardo mucho en chorrear.

-Veamos si alguien viene.- Pronuncio en alto para que lo que ahora se habia combertido en paraguas le escuchase, mientras, el permanecia acurrucado a su lado.

Escuchandose el leve resonar de unos pasos a lo largo de la calle por debajo del sonido de aquella estrepitosa lluvia que comenzaba a caer con mas fuerza sobre la frágil villa, notandose como al joven se acercaba una silueta femenina, perteneciente a una joven damita de cabellos rubios, envuelta en un hermoso vestido negro no propio para el clima que se presentaba, portando con sus enguantadas manos un paraguas notando la presencia del licántropo, acercandosele lentamente.

-Buenas noches Joven... ¿Qué hace usted aquí?

El mirar de Lionel el cual estaba un tanto cansado se dispario hacia la voz que ahora le rondava la cabeza, realmente le extraño "tener visita" en aquella noche diluvial. A Lionel al cual no le faltaban modales tardo bien poco en levantarse y presentarse al unisono que realizaba una graciosa reverencia.

-Mi nombre es Lionel.- Pronuncio en un calido tono intentando remediar la lluvia que caia incesante sobre el ya humedo cuerpo de Lionel.

Lo cierto es que en los planes de Lionel no estaba que comenzase a diluviar pues despues de tanto caminar estaba cansado y no poseia el dinero suficiente para pasar la noche en una posada decente, o simplemente en una posada.

-Venia a visitar la villa, pero se puso a llover y... -Estaba claro que no habia escusa alguna por la que un hombre permanecia tirado bajo la lluvia.

El chico dio unas palmadas en el lomo de su montura para que esta despertara de su aparente sueño y poder apollarse en el.

-Creo que la pregunta mas adiente es... Que hace una dama como usted aqui, a estas horas?.- El tono en el que se expreso quizas no fuese el adequado pero ya no podia dar marcha atras asi que simplemente bajaria el mirar y silenciaria su voz con ayuda de la lluvia.

Dejando escapar de sus labios una leve y tierna risilla, cubriendo su boca con la zurda, alzando su mirada bicolor para ver al joven fijamente sin llegar a incomodarle, acercandosele lentamente exteniendo sus brazos apenas un poco, logrando así cubrir a ambos con el paraguas que portaba, evitando que el ya empapado joven siguiera siendo víctima de aquella fuerte lluvia.

-Al igual que usted, vine a visitar ese hermoso lugar al escuchar las leyendas que por aquí existen, pero la lluvia comenzó a caer a mitad de mi pequeño paseo turístico y lamentablemente no poseo dinero para hospedarme en algun lugar.

Notando al acompañante del joven, sorprendiendose un tanto al notar su apariencia un tanto agraciada por la lluvia, dejando escapar nuevamente una adorable risita.

Realmente se agradecia el amable acto de ser cubierto por la lluvia y la alegria del joven por tal echo era notable. Estaba claro que si permanecian alli uno de los dos enfermaria pues el frio y la humedad eran aliados en esa noche.
Es entonces cuando su mirar fue dirijido hacia un establo cercano, el cual antes no podia verse pues la carabana lo impedia.

-Señorita, si es cierto que no tiene a donde ir posiblemente podamos dejar pasar el mal tiempo bajo el techo de ese establo.-El dedo indice del joven caio pesado apuntando hacia dicho establo, el cual no parecia mui acojedor, pero en esos momentos todo era mejor que esperar bajo el incesante fluir del agua.

Lionel no se movio ni un palmo esperando la respuesta de la dama, pues no deseaba ser descortes con alguien a quien acababa de conocer.

Pocos segundos tardo su mascota en dar un par de pasos para colocarse en posicion horizontal a la joven y secar su pelaje con un movimiento seco y veloz acto seguido siguio caminando sin apartar la vista de la dama, hasta llegar cerca del establo. Alejandose unos metros de su amo y la joven con la que ahora charlaba.

- Aproposito... ¿Cual es su nombre?.-

-Isabella De Montesquieu. -Respondiendo al joven con un suave tono en su voz, caminando junto a el hacia el establo que habia señalado anteriorme, manteniendose en sus labios la leve sonrisa de antes, llegando así en pocos segundos al establo, girando su mirada hacia los lados observando lo que seria su resguardo de la lluvia los siguientes momentos hasta que esta se detuviese o al menos se convirtiera en una simple llovizna.

Tomando asiento en un pequeño cajón de madera, cerrando su paraguas acomodandolo a su derecha, manteniendo la mirada hacia el exterior observando como la lluvia seguia cayendo con la misma fuerza que antes, apreciandose en su rostro algo de tristeza.- Creo que no podre visitar el cementerio hoy...

-Visitar el cementerio... algo tetrico para hacer turismo no cree?- El sarcasmo era presente en su pregunta pues estaba claro que para hacer turismo se visitan palacios y mercados y no cementerios y tumbas.

Talvez la joven tubiese a algun familiar en ese lugar, viendo a las flores crecer, desde abajo.
Aun asi el joven no vio oportuno preguntar por tal cosa.
Lionel se moveria de un lado para otro al unisono que rozava una y otra vez su garra metalica.

-Bueno... para visitar el cementerio siempre hay tiempo supongo.-Es entonces cuando vio que la lluvia empezaba a caer con mas tranquilidad y parsimonia asi que detuvo su nervioso andar y se sento frente a ella en el arenoso suelo.

Seguramente hoy no fuese el dia mas indicado para pretender ver algun que otro perro o al lobo demonio del que tanto se habla alrededor de esas tierras, y mucho menos de vivir emocion alguna que no fuese conocer a esa bella dama del paraguas.

-Parece que pronto cesara de llover, ¿que piensa hacer cuando esta noche quede seca?-Talvez la pregunta fuese un tanto indiscreta pero no dudo en preguntarla y tener otro vano intento de educación con esa joven.

-Bueno, visitaría el cementerio como ya e dicho, me encanta regalar flores a aquellos con lápidas hermosas. -Respondio la pequeña damita dedicandole una hermosa sonrisa al joven frente a ella, para después colocarse de pie acercandosele, tomando asiento junto a el en el suelo a pesar de que su pulcro vestido quedase manchado.

-¿Usted que hara después de que la lluvia pare por completo? -Preguntó con cierta curiosidad al que parecía mayor que ella, manteniendose en sus labios la tierna sonrisa de antes, observando con su mirada ojiverde los orbes del joven esperando por su respuesta.

-Cuando cese la lluvia... Me supongo que hare lo que vine a hacer, saber mas sobre el lobo demoniaco del que tanto se habla ultimamente por estos lares.- Las palabras del joven cortaron por un momento el caer incesante de la pesada lluvia.

Al parecer el joven se sentia incomodo por ver manchado el precioso vestido de la joven, como muchos ya sabian, obsesion era suya la de la limpieza. Mas pronto tal atributo fue borrado de la mente al ver la inborrable y preciosa sonrisa que la joven de verdaceos luceros le brindava, realmente la belleza de la joven era comparable con incontables cosas.

-Realmente espero volver a verla despues de este deplorable encuentro.- Cortaria su frase con un silencio de pocos segundos solo interrumpido por el charlar de los animales del establo y por el caer de la lluvia.- ¿Para quien trabaja, señorita? Quizas algun dia pueda hacerle una visita en mis ratos libres.- Fue entonces cuando la lluvia dio a ver su metamorfosis, de diluvio a chispeo.

Contables gotas eran las que ahora se estampaban contra el suelo, y, asi se esbozo en el cielo una gigantesca luna llena. Al cabo de los minutos las nubes viajaron hacia otras aldeas, poblados, continentes o simplemente se desizieron. Las estrellas tambien tardaron poco en venirlos a visitar con su imponente y brillante presencia.

De nuevo su amigo el reloj de bolsillo les anuncio de que pocas horas eran las que quedaban para que el sol y el rocio del alba dieran relebo a la luna y sus subditas las estrellas.
Realmente la atraccion que le probocaba la luna desde su transformación no podia ser ignorada, le provocaba un frenesi comparado solamente con algunas de las drogas mas potentes descubiertas hasta la fecha.