2.- Illusion.

Una vez que sintió el peso de su gemela encima de su espalda, la sostuvo con firmeza para que no llegue a caer y acto seguido se levantó de donde estaba, y sin decir nada más volvió a perseguir a su hermanastra con algo de rapidez para no perderla de vista, sin embargo con cuidado para que Lin no se cayera.
Se quedó mirando su alrededor sorprendido, curioso lugar…

Sus pupilas iban de un lado a otro mientras que seguía a paso lento a la duquesa. Sin embargo se fijó en lo que había al fondo, ¿un altar? Ladeó un poco la cabeza para después fijarse en aquellas flores que “adornaban” aquel lugar.
Sin embargo… La pregunta de la duquesa hizo que la mirase de nuevo, bien, ahora le tocaba responder a él. -… Estábamos mirando…- Pronunció sin alejar su mirada de ella.

En cierto modo tenía razón, aun que se podría decir que estaban “curioseando” el lugar, “investigando” era la palabra…
Resopló cansadamente, para después cambiar su semblante a algo más serio. -¿Podría decirnos… Qué es exactamente todo eso…?- Preguntó finalmente sin aguantarse las ganas que tenía de saber lo sucedido, es más… ¿Alguien podría creerse todo aquello que les había sucedido?

Es más… Cuando vieron a aquellos seres, antes de que la duquesa lanzara aquello, ¿quién sería aquel… “hombre”, qué querían decir esos seres…? Sin dudar alguna aun estaban llenos de misterios sin resolver…

La tranquilidad llego casi tan prematuramente como lo hizo el caos. Al menos, allí, estuviesen dónde estuviesen, parecían quedara salvo de aquello por lo que habían estado escapando. Cuando la voz de su hermano se hizo escuchar, aprovechó el momento para soltar el cuello del mismo y tras un ligero movimiento de piernas, quedar finamente postrada tras de él, con ropas de hombre aún, pero no dejando de parecer la niña fina que entró a la luz del día en la mansión.

No se movió, sentó u obligó a su gemelo a hacer lo oportuno para que callase, la curiosidad también estaba inscrita en sus fracciones y por esa misma razón le dejó hablar. Sin embargo, su ceño se fue frunciendo a medida que los vocablos salían de los labios de su querida hermanastra.

Si bien el primer punto lo entendió a medias, el segundo le hizo hervir en ira interna. Apartó a Len de un empujón y de ése modo fue ella quien quedó encarada a la dama del lugar. Puso los brazos en jarra en un gesto más que desafiante. Sus luceros de ése azul intenso enfocaron los contrarios, tan similares y distintos a la vez.

- Creo que he oído mal. - Se llevó una mano al lacio cabello rubio del que era poseedora y se lo retiró en un delicado gesto para de ése modo, descubrir su oído derecho. – Creo que he escuchado... ¿Qué eres tu? -

la respiración se había normalizado, su pulso estaba mas que normal y el frío sin duda ya no estaba carcomiéndola cómo anteriormente. Se sentía mas que preparada (y en su defecto; a salvo) para iniciar una turbulenta discursión. Avaricia, su más preciado pecado capital..

Una vez que sintió a su gemela con deseos de bajar no dudó en dejarla suavemente en el suelo. La miró para poder ver si en realidad ya se encontraba en condiciones, y así era, cosa que no puedo evitar sonreír del alivio, parecía ser que volví a ser la de siempre, claro, ahora a salvo normal.
Sin embargo sus azuladas pupilas fueron directas a aquella quien estaba hablando.

Espíritus… ¿Espíritus, realmente existían? Bueno… Después de tener esa experiencia… Claro que le creía. Dejó escapar un suspiro a la vez que se le queda mirando, eso quiere decir que aquella mansión estaba habitada de espíritus… Menudo lugar se habían metido…
Pero no deja de ser que ante las últimas palabras de su hermanastra parpadeó y sintió como su cuerpo se iba hacia un lado por un breve empujón.

Miró ahora a Lin, curvó los labios y se colocó a un lado de ella, pero unos pocos milímetros detrás de esta misma.
Escuchando con atención las palabras ajenas, sabía lo que significaba eso… Ahora discutiría por lo que cree que le pertenece, tan solo se quedó callado, ahora sin permiso alguno no debía de hablar, así que se quedó como estaba mirando la escena.

Ni atención puso a lo que mentó en referencia a lo de los espíritus, lo que realmente interesaba allí era la lucha por los vienes compartidos. Agradeció internamente que el rubio no se entrometiese en lo que prontamente pretendía que fuera una disputa, sin embargo la manera ida de hablar de su hermanastra le hizo fruncir el ceño. ¿Qué era de lo que hablaba?. Poco o nada llegaba a comprender, o tal vez, sencillamente, no podía asimilarlo bien.

Observó el fino andar de la duquesa y entre tanto, aplacó su labio inferior bajo la hilera de los dientes superiores, arrastrando hacía dentro el labio inferior. La impaciencia afloró en ella. Quería una respuesta, una vejación, una negación. Un algo. Era intolerable sentirse ignorada sólo aumentó su pequeña y ya notable cólera, sin embargo, esperó a las palabras que, tardías, por fin llegaron a oídos.

- ¿Tradiciones? - ¿Magia negra? ¿Blanca? ¿Algún tipo de reliquias eran las custodiadas por esos espíritus?. Si antes no comprendía, ahora se sentía aturdida al estar procesando información que siquiera podía dirigir.

Dio un para nada vacilante paso hacía el altar hecho en piedra y sin ningún tipo de remilgos principescos cómo era común en ella, apuntó con el índice diestro a aquella de cabellos oscuros. Si aquello era cierto, había cierta generación que conocía. Había allí encarcelada el alma de una persona que ...

- Si eso es cierto, muéstrame el alma de padre! -

¿Qué quería decir con todo eso… Brujos, brujas… Magos...? ¿De qué iba todo eso? Realmente todo se estaba volviendo confuso casi sin creerlo, sin embargo, en cierto modo llegaba a … Creer las palabras de la mujer, ¿razón? Lo que había sucedido, nada más ni nada menos…
Sin embargo… ¿Heredero…? Curvó los labios ligeramente sin comprender exactamente lo que decía.
Pero realmente era curioso todo aquello, fantasmas, brujas… ¿Quería decir que aquella mansión estaba embrujada? No, eso no sería…. ¿Verdad?

Resopló mientras que deslizaba su mirada hacía otro lado para después volver a atender la conversación de las mujeres.
Sin embargo se sorprendió por las palabras de su gemela, mostrar… Mostrar el alma del padre de los presentes que se encontraban allí.
Llegó abrir sus parpados un poco más de lo habitual, sin embargo guardó silencio. Cerró sus luceros por unos breves segundos, quedando un tanto pensativo ante ello.

Sin embargo, no dejaba de ser que sentía curiosidad por saber la contestación o reacción que tendría la duquesa.
Sus pupilas las condujo directamente hacía la dama, en donde se la quedó mirando en espera de la supuesta respuesta que tendría que dar ante las palabras contrarias.

Poco le importaba que esta vez Len se opusiera a sus deseos, antes que su hermano, ahora era su mayordomo por lo que debería obedecerle le gustase o no, esa era una de las principales razones por las cuales, tras sospesar en las palabras de su hermanastra, dibujó una superficial y retorcida sonrisa.

- Eso era por que antes éramos muchos. - ¿Tendría algo que ver? Quizás el poder de una botella no fuera el suficiente para tres personas, pero quizás y con suerte, si lo sería para una sola. Tendió su mano y con abrumadora rapidez despojo a la duquesa de aquellas extrañas botellas. No sabía siquiera darles el uso correcto, sin embargo, entendía que debía hacer y dónde dirigirse.

Cuando se hizo con lo que le interesaba lanzó una mirada de advertencia a su gemelo; Podía sola. se bastaría con esas escasas tres botellas que había conseguido arrebatar de su medio hermana. Preparada para vérselas con aquel que se había atrevido a abandonarles, Fue en carrera hacía las escaleras, cómo si el miedo anterior hubiera quedado en una anterior pesadilla, algo que no tuviera nada que ver con ella. Si. Todo había sido culpa de ése hombre y muerto o no, escucharía cuanto tenía que decirle.

Se quedó mirando a su hermanastra, para después deslizar su mirar hacia el bolso que ella sostenía, allí…. Allí aguardaba aquellas extrañas botellas, es más, le entró dicha curiosidad por saber que era lo que contenía en su interior, como estaban fabricadas…
Pero rápidamente volvió en sí una vez que su gemela le arrebató aquellos objetos, ¿Qué… No pretenderá…?

Le miró sorprendido, no… Pero al ver aquella mirada de advertencia llegó a tragar saliva con cierta dificultad, sin embargo, en cuando menos se lo esperó observó que su gemela ya estaba corriendo hacía las escaleras que conducían de nuevo hacía aquel terrible lugar. -¡Princesa!- Exclamó en cuando por fin pudo reaccionar.

No le dejaría sola, ¡eso si que no! No sabía muy bien que demonios pasaba allí arriba, pero estaba claro que no podía dejarla sola, sin mirar a su hermanastra arrancó a correr en dirección a Lin. Estaba claro que su gemela quería averiguar todo, y precisamente no descansará hasta conseguir lo que realmente quiere.
La conocía de sobras… Sin embargo, no permitirá que le pase nada, estaría a su lado, tanto para bien como para mal.

Aun así, ir allí, es peligroso, pero… No podía detenerla, eso es cosa de ella, tan solo irá allí para poder estar a su lado y llegar a protegerla de cualquier amenaza, aun que… Quizá tenga ventaja por las botellas que le arrebató a la duquesa, pero no deja de ser que es peligro, es más, ¿cómo actuara su hermanastra ante ello?

Un grito se hizo a escuchar en medio de aquella tempestad de sombras, más, no fue un grito asustado, si no uno altivo, prepotente; Lascivo incluso en su forma. Tenía aquellas extrañas botellas en su poder y por lo tanto el poder de utilizarlas.

Bastaba con amenazar a quienes intentaban acercarse para que estos se apartasen en medida necesaria de su figura. Pereció con la espalda arrimada a la pared más cercana para que los ataques no fueran a su sorpresa, curiosamente el valor achacado por si misma era más que suficiente para que pudiese ir avanzando. No tenía ni rumbo ni estrategia, pero con aquello que tenía en su poder se sentía dichosa; Insuperable. Nadie sería capaz de distorsionar sus deseos. Nadie.

Avanzó por zonas desconocidas y aunque sabía que el poder residía en algo que podría terminar rápidamente no podía dejar de sentirse victoriosa en esa extraña pelea entre lo irreal y lo terrenal.

Perdió a su gemela de vista ¡maldita sea! ¿Y ahora qué? Estaba claro, ir a por ella, pero sus rápidos pasos se detuvieron una vez que su hermanastra le empezó a hablar, cosa que se giró apresuradamente a verla, observando aquella botellita que le había entregado, se la quedó mirando durante unos pocos segundos, ¿qué más daba eso? Quería ir a por su gemela ¡y ya!
En cuando la otra avanzó no dudó en ir tras esta, observando su alrededor en busca de su gemela, se podría decir que desesperado…

Sin embargo se detuvo a la señal de la otra, no podía estarse quieto… Las ansias de ir a donde estaba su gemela eran mayores, quería ir… Entrecerró sus parpados a la vez que apretaba los dientes, ¡Maldición! Si la hubiera detenido ahora no correría peligro… Chasqueó la lengua, ansioso por ver de una vez la señal de la duquesa, ya que una vez lanzaría el objeto estaba claro que irá detrás de su princesa, no la dejaría así porque sí.
Ansioso en espera fue “jugueteando” con la botella entre sus dedos, pero con cautela a que no llegara a caer, solo faltaba la señal…