Un paseo bajo la mente

" Y los buenos acaaran con los malvados... el juicio de Ala caera sobre los infieles y sacudirá la tierra de las escorias... " Un vago pensamiento en la mente del shinigami aunque claro, ahroa era el conde Lucifur, y mucho menos, ahroa, solo era un joven de ternos de evstir en el puerto a cerca de las diez de la noche. Su frente llevaba aquellas vendas que tapaban su cruz azulina, sus cabellos caian por sobre su rostro algo desordenados por el marino viento y sus manos descanzaban en sus bolsillos como siempre. Se repetía entrecerrando sus ojos mientras sus pasos rechinaban las añejas amderas que luego se convirtieron en metal y concreto. Los buenos acabaran con los malvados...

¿ Acaso esta previsto que el bien sea el que gane ? si es asi.. para que existen si saben que uno perderá y el otro ganará... es tan.... Hmm... ensaba en voz baja y se respondía a si mismo, aquellos dilemas que un observador siempre debia estar combatiendo, el existencialismo, el maldito existencialismo.

Blasfemias... concluyó finalmente mirando a lo alto, usto para ver como la luz de la luna era nublada por unas desconsideradas nubes que osaban embargar la belleza de dicho circulo platino. Sus ojos se habían cerrado pero al sentir que algo.. o alguien se aproximaba, se entreabrieron un poco y esperaron a identificar a aquel que entraba en su "metro cuadrado"

Desde lo alto de un tejado, alumbrado por la vaga luz nocturna de la luna que se escondía entre algunas nubes que anunciaban una posible lluvia, se encontraba el mayordomo de encendida mirada escarlata y alisado cabello azabache, que con una mirada irónica y burlona contemplaba al Shinigami con sus dilemas, prediciendo el posible conflicto que sucedería en caso de que este se percatara de su presencia, que no ocultó ni disimuló como si estuviese provocándole con el simple hecho de existir en el reino humano.

Algunos barcos de velas atravezaban el río en dirección al mar, algunas personas bajaban cargamentos de mercancía ilegal, pero eso ¿Qué importaba? Notó que el Shinigami ya se había percatado de él y poniéndose de pie bajó a su encuentro, cayendo detrás de él a algunos metros, exibiendo una perfecta gala a pesar de estar en el puerto.- .. Una excelente noche ¿No cree? Parece que alguien más vendrá. - Sonrió con desafío.

Depende lo que tenga dentro de su contexto de "exelente" caballero. Sinuasas palabras salieron de la bcoa del pelinegro quien volteó a ver al de cabellera por igual, quzias un poco más larga. Aquellas vestimentas no eran de un empresario, menos un trabajador publico o algun represantante.

¿ Mayordomo en dia libre ? Le dijo mirandole casi con una sonrisa por igual a la que al parecer, solía tener el recien llegado.

Su sonrisa se hizo un poco más amplia ante sus comentarios, más aun a lo de la mansion. Parece que tiene muchas orejas... Sus ojos se cerraron y su semblante se mantubo, un semblante soberbio, indiferente, aunque siempre atento a todo su entorno, el cual ahora solo se centraba en un hombre, el hombre en frente de él.

Soy mi propio jefe, despues de su alteza, por lo que no veo mal en que me pasee por los luagres del pais. Contestó. Aunque es realmente curioso que un mayordomo vista así en su dia ibre ¿ es acaso un trabajólico siempre listo ?

Phantomhive... Repitió pensativo y entrecerrando sus ojos, sin quitar su sonrisa. No se inmutó ante el gesto del pelinegro, pero no porque estubiera acostumbrado a aquellos gestos de respeto, sino porque aquellas acciones, de parte de un dmeonio sonriente, le parecian siempre falsas, por considerardas que fueran. Un curioso apellido, pero si, se que tecnicamente somos vecinos, Sebastian. Le miró elevando un poco el rostro, mirandole de reojo aunque no de forma insultante, su mirada quizas podia verse incluso algo coqueta. ...Kuroro de Lucifur.

Despues de tan sombría presentación, le miró de pies a cabeza, cada detalle, aunque claro, él miraba más allá de lo que sus ojos estaban viendo. Y digame, Sebastian, mayordomo de Phantomhive. Que hace un mayordomo que no se encuentra en dia libre, porque no lo tiene, tan lejos de su amo y mansion, su cubil de trabajo ?

" Tan... tipico "

Que más podría pensar si se trataba de un demonio. El conde de Lucifur en primer lugar, no tenía porque inmutarse ante un cadaver y menos ante las provocaciones de un sonriente como el mayordomo de Phantomhive. Su mano izquierda fue bien dicho, desenfundada de su bolsillo aunque manteniendose a la altura de su cadera como si pretendiese sostener algo. Si es ese el deseo de su amo, puede intentar tentarme, Sebastian...