Mirando el barco que se aproxima.

Apoyada en una estructura mediana de cemento yacía poyada una mujer que vestía de una larga gabardina negra que la mecía sutilmente el viento helado que corría sin cesar , su mirada estaba clavada en las rocas más grandes del rompeolas el cual estaba bastante alejado de la orilla de la playa.
Los mechones más largos dificultaban la vista de la mujer pero no se tomaba la molestia de corrersus mechones hacia atras. Con la punta de su lengua humectó su labio inferior lentamente para luego regresar su lengua a su cause natural.
Colocando una piernadetras de otra e inclinandose hacia adelante para ver con más detención los movimientos ondulados que se hacian en el alta mar.
En un tono de susurro- Tan tranquilo como peligroso....

La figura de la joven muchacha de largos cabellos rosados no tardó en dibujarse por la zona del puerto, algo solitaria pero igualmente agradable.

Vestía unas prendas bastante simples y humildes de una tonalidad grisácea que resaltaba mucho más sus vivos colores y clara tez. A simple vista no era más que una joven de bajo estatus social que había decidido darse una vuelta por el lugar aunque algo no cuadraba en su aspecto.

Su larga melena estaba envidiosa y recelosamente cuidada y brillante, algo impropio de las clases sociales de bajo poder económico. Su piel no tenía una sola marca de las típicas que eran se tenían al trabajar en las tareas del hogar y cosas por el estilo y, por último, el rosario de su cuello y la correa a lña que estaba sujeto, rodeada de perlas blancas, no eran accesorios al alcance de cualquiera, ni siquiera de algunos nobles.

Con cierta curiosidad pero siempre precavida se acercó a ella, quedando a escasos dos metros de ella al tiempo que observaba el mar a pesar de que su atención estaba fija en la humana de ojos castaños.

Su profundo mirar lentamente recorria el cemento en el cual la mujer estaa apoyada inhalando de forma suave se da una vuelta apoyando su espalda en aquel pequeño pedazo de cemento el cual estaba ya sin forma por los años que este tenía soportando los diversos cambios climáticos y destrucciones de algunos habitantes de mala clase.
Los mechones violetas oscuros danzaban tapando parcialmente su ojo izquierdo, pero rápidamente lo quitó colocandolo detras de su oreja.Con un movimiento bastante refinado colocó su pierna izquierda en su apoyo pero sin quitarle la vista de encima a la joven que no estaba a tantos pasos de ella, a pesar que su mirar no era muy calmado le ofrece una sonrisa cálida y amable y con una voz firme pero a la vez tierna.
Hola, buenas tardes.
Le dice ladeando su cabeza.

Su mirada de jade volteó a la mujer que la hablaba y que, en esos momentos, se había apoyado, para acomodarse, en el cemento que constituía la "barrera" que separaba la acera del mar.

- Buenas tardes -dijo respondiendo al saludo también con una leve sonrisa, aunque algo inocente dibujada en su rostro.

Sentía una gran curiosidad por aquella mujer de gran presencia y buen cuerpo, aunque eso no era algo en lo que ella se fijara mucho a menos que fuera para alabar de forma sincera, a diferencia de su otra yo.

Quería preguntar qué hacía ella en aquel lugar a esas horas no muy recomendables pero no sabía si sería una indiscreción pues ni siquiera la conocía y no era muy cortés preguntar directamente a alguien cuya identidad se desconocía.

Pestaño de forma sutil y arreglandose su gabardina lacual estaba un poco corrida en la parte de su cuello.
Mirando el cielo que cada vez se iba oscureciendo más rápidamente , su tono era simplemente hermoso, tenía una gran gama de colores oscuros, un degrade de color violeta y diversas tonalidades en negro.

Cruzandose de brazos y regresandole la miradaa la recien llegada.

Me llamo Aki, y ¿usted?. Da una pequeña pausa para luego agregar a su frase.

Por que no te acercas al mirador yaque el oleaje en este lugar se puede apreciar mejor.

Le dice eso en primer lugar para que aquella mujer observara junto a ella el anochecer en el rompeolas y el otro motivo de su invitación era hablar un rato con una persona que sea ajena a su labor.

- Ruby. Un placer conocerla -se persentó haciendo una leve reverencia ante ella.

El nombre de ella no hizo más que aumentar su curiosida pues no era común en Inglaterra, aunque sí que tenía cierto toque oriental así que pensó que su procedencia era de China o, quizá, Japón. Pero el físico de Aki no mostraba los rasgos de aquellas regiones así que no estaba completamente segura de ello.

- Claro -respondió a la invitación de ella, acercándose al lugar y quedando bastante cerca de la mujer de orbes café.

Sus ojos no pudieron evitar quedarse prendados del hermoso cielo que era cubierto sutilmente por algunas nuves que se teñían también de púrpuras y violetas así como algunos naranjas, creando combinaciones extrañas pero hermosas.

Rompió la posición poco femenina que había adoptado hace un rato atras y se desprendio de aquel bloque de concreto y apoyo solamente su mano derecha, para darle espacio a la joven acompañante, mirando el mar con serenidad para luego voltear su rostro para ver con mejor claridad le rostro de Ruby.

Tienes un nombre bastante lindo y delicado a la vez.... Si no me equivoco usted no nació en estos lugares.

Sus palabras son dichas con mucho cuidado para no causarle molestia a la pelirosada. Con su otra mano sacó una orquideas la cual colocó en su cabello para así reprimier el molesto contacto con su rostro.

Sin esperar respuesta ni futura pregunta de la joven le cuenta mirandola.
Yo no soy de este lugar y vine por negocios y acabo de llegar ayer.

Este pequeño relato lo dice en forma pausada y los semblantes de su rostro lucían felices.

Agradecida del sitio que Aki le dejaba se sentó a su lado aunque siempre mateniendo una corta distancia para evitar incomodarla o evitar una cercanía que podría resultar molesta.

- Tiene buen ojo -dijo sin quitar su sonrisa y dando un sutil "sí" a la suposición de la mafiosa después de que ella termianse de hablar.

Sus orbes se habían desviado a la flor que había colocado en su cabello, observándola como si la hubiera hipnotizado y siendo capaz de notar su perfume entremezclado con el salado aroma del mar. Así mismo, aquella pequeña ensoñación había hecho que su expresión se relajara bastante y sus párpados se entrecerraran y su sonrisa adquiriera un toque realmente tierno.

Cerrando los ojos y escuchando con mucha detención las palabras que ella había pronunciado.
Yo soy de Rusia.
Da una pausa para observar el hermoso panorama que nos brindaba a esas horas el cielo, sacando la mano la cual tenía apoyada y utilizando esta para simular un cruse de brazos.

Hasta ahora me ha gustado mucho el clima de Inglaterra y lo que más amo de aquí es la neblina baja que casi a toda hora está presente.
y digame Ruby... ¿y ustede de donde proviene?.
Se queda callada y abre levemente sus ojos.
Espero que no le incomode mi curiosidad.

la joven aslió de su pensamientos cuando Aki continuó hablándole y una expresión de desconcierto se hizo presente en su rostro antes de que recuperara el hilo de la conversación y, así, poder contesta.

- Para nada. No se moleste en preguntar lo que desee saber -dijo tras volver a la realidad y con un tenue rubor cubriendo sus pálidas mejillas por la verguenza de haberse quedado plasmada observando la orquídea.

Hablaba siempre cortés y casi servicial, con un tono de voz tranquilo y melodioso. Parecía que las costumbres de sirvienta que había tenido que obtener en aquella época habían hecho un mayor efecto en la personalidad humana que en la demoníaca. Algo que su verdadero yo ya había supuesto debido a que así es como era el carácter de la pelirrosa.

- Nací en un pequeño pueblo a las afueras de Londres. No es más que una villa tranquila donde algunos nobles veranean y montan fiestas aunque suele ser un lugar muy tranquilo durante todo el año -dijo mintiendo sobre su origen.

Era obvio que no revelaría su naturaleza demoníaca a pesar de que el pueblo que decía si existía pues debía montarse una falsa historia con buena base si quería evitar que esta fuera desmantelada. Aún así, toda aquella trama había sido ideada por la Ruby vampiresa. La ojiverde tan solos e limitaba a seguir el guión que esta le había impusto, marcando sus propios cambios si lo creía conveniente.

Debe ser esplendido vivir alejado del pueblo, a mi parecer es mejor estar un poco "aisaldo" de los problemas que posee una ciudad.

Su mirada se plantó en los largos cabellos de su acompañante, veía con detalles el movimiento que daba el viento a las delicadas hebras rosadas de la mujer. Con su mano izquierda se acomodaba su corto cabello el cual le rosaba el cuello.

Pero Ruby, yo he preguntado casi todo el rato, si gusta usted tambien lo puede hacer.

Le sugirió para que estaconversación fuera más dinámica y entretenida, y pues claro que sea amena paraambas mujeres.

- Todo depende del gusto de cada cual auqnue mi madre también pensaba así -comentó, esta vez siendo bastante sincera.

A pesar de que su madre era una vampiresa de pura casta había vivido mucho tiempo como una mera mortal y, en una de sus muchas vidas, había criado a su única hija de ese modo.

- Bueno... Me gustaría saber, si no es indiscreción, cómo es que una mujer de procedencia rusa tiene un nombre como el suyo. Es hermoso pero... ¿Aki no es un nombre oriental? -preguntó al ver que la nombrada le daba vía libre para hacerlo.

Tirandose sus mechones del flequillo hacia atrasy cerrando os ojos al unisono de efectuar su movimiento.

Aki es mi nombre artistico, yo soy una pintora y copio obras famosas si me pide mi empleador, y cuando yo firmo un trabajo genuino lo firmo con mi nombre de pila el cual es Aki Izayoi.

Aunque lo que había dicho no era un cien porciento mentira, ya que esta falsificaba con mucha destreza obras famosas y las vendía en un alto costo a las mafias opositoras a la de esta.

Pero mi nombre verdadero es Sofía.

Le dice como si no le importara mucho revelarlo, ya que había algo en aquella chica que le inspiraba confianza, pero no sabía el por que.

Esuchó a la pelirroja sin cortarla en ningún momento. No había respondido a su pergunta pero había contestado una que no había llegado a formular, por lo que se daba por complacida.

- Sofía... Un hermoso nombre de origen griego -comentó alabando el nombre de la mujer.

Le gustaban ambos nombres o alias que ella utilizaba, uno por su simpleza, y el otro por lo que representaba tanto fuera como dentro de la propia historia griega.

Golpiandose lebemente en su cabeza con la mano derecha empuñada y cerrando sus ojos simulando que el golpe le hubiera dolido un poco.

Al parecer no te he contestado su regunta en totalidad....Como usted sospecha, el nombre Aki es proveniente de Japón y aquel nombre es poco usal en ese pais. Y me puse aquel alias por que mi novio me regaló un ramo de flores las cuales eran negras con pigmentos violetas y la cual tenía puesto aquel nombre....
Al ver que aquella rosa era tan hermos, delicada y a la vez fuerte decidí colocarme su conotación.

Al terminar la explicación que le faltaba decir se apoya de costado y obserba como el mar cada vez se está poniendo más bravo.

Rió levemente al ver como Aki se daba cuenta de su pequeño error y responía a la cuestión que la pelirrosa le había preguntado antes.

- Es una razón muy bella -murmuró recordando que, en su caso, había sido algo parecido.

Su nombre había sido sacado de la gema perfectamente pulida que coronaba el sello en forma de cruz que, siempre que se hallaba en forma humana, prendía de su cuello y se posaba delicadamente sobre el espacio entre su clavícula y sus senos.

Ella misma no lo había elegido, pero había aprobado la decisión de su yo demoníaca y mantenía aquel alias gustosa.

Sus orbes se posaron sobre el mar cuando notó como este se embrabecía, amenazando con hacer peligrosa la estancia en el lugar. Aún así, Ruby no temía al agua, no por nada era su elemento a pesar de que su control sobre este al estar sellada fuera casi totalmente nulo, por no decir inexistente a excepción de en situaciones de alto riesgo.

Manteniendo su postura y mirando el cabello de su joven acompañante, Aki saca de su gabardina otra pequeña orquidea y se la coloca en la parte superior de la oreja de Ruby.

Si no me equivoco te gustó aquella flor que deposité en mi cabello. Pero como tengo dos, teregalo aquella que ahora yace adorando tu lindo cabello.

Alejandose un poco de la estructura de concreto se abrocha la gabardina, ya que el clima estaba bajando notoriamente y la mujer no quería enfermerse en su primera visita costera.

[Lamento la demora]


Aquella acción tomó por sorpresa a la joven ojiverde, quien, por acto reflejo, alzó su mano hacia su cabello cuando este fue recogido con un mero movimiento de Aki.

- No me equivoqué al decir que tenía buen ojo madamme -comentó acariciando suavemente los pétalos de la flor que ahora sujetaba algunos de los mechones rosados que conformaban su flequillo.

Una amplia y agradecida sonrisa apareció en su rostro auqnue, a diferencia de la artista, ella no se movió de donde estaba, disfrutando de la brisa fría que traía el mar.

[No te preocupes]

Regresandole una apasible sonrisa a la joven y cerrando los ojos por solo unos instantes para sentir e imaginar de otra forma el rose que tenía el viento al chocar con su rostro y por su cuerpo entero. Luego abrió los ojos lentamente y regresó a apoyarse en el concreto.

Clavando su mirada en el horizonte.

Me gusta mucho salir a estas horas, ya que se torna mucha tranquilidad en estos espacios cuando hay poca gente.

- Es cierto, pero también es peligroso. Por desgracia Londres no es muy seguro en las noches -informó mirándola desde donde se encontraba aunque su sonrisa no desaparecía.

Ya había hecho descender la meno de su rostro, dejando de acariciar la flor de hermoso y suave color que combinaba a la perfección con los claros cabellos de la muchacha.

Un pequeño acto reflejo la hizo alzar sus piernas para evitar que sus prendas y botas se mojasen cuando una ola de considerable tamaño chocó contra el lugar, aunque ninguna otra parecía poder coger igual altura que esa.

Aki no le importó que la ola le mojara su ropa, ya que le agradaba sentir el frío rose del agua en su suave piel. Aunque despues de ese refrescante toque ella se retiró un poco de la orilla.

Pero digame un lugar que sea seguro de noche........Creo que no lo hay.

Repondió lo chica con un tono un poco pesimista a su comentario. Elcuello de su gabardina estaba ocilando por el viento el cuaol estaba más bravo, con su mano derecha afirmaba el borde de este.Al mismo tiempo miraba el cielo el cual ya estaba de un color negro, era muy dificil mirar hacia adelante ya que ostaba mucho trabajo divisar las cosas.

- Eso depende de para quién madamme -comentó sin responder de forma directa la pregunta formulada por la mujer de buena presencia.

Al igual que ella la joven Ruby decidió alejarse de la costa para no mojarse sus prendas, lo que la obligaría a volver a palacio antes de lo previsto si no quería enfermar pues, a diferencia de su verdadera forma, ella tenía muchas más probabilidades de contraer enfermedades. Después de todo aquella forma y cuerpo eran poc más que los humanos al estar sellados por el rosario.

Sonrie de medio lado al escuchar al respuestade Ruby. Luego dirigió su mirada al firmamento inhalando de forma tranquila regresa la mirada a su acompañante e introduciendo su mano izquierda a un bolsillo de su gabardina.
...Usted sabe si hay a esta hora alguna cafeteríaabierta, ya que me gustaría seguir charlando, pero en un lugar n poco más tibio que en este.

A paso corto y seguro se acerca a la mujer y calla para escuchar el choque de las olas en las rocas y pues claro para escuchar la respuesta de la señorita.

- Hay algunas cafeterías pero según creo cierran a temprana hora aunque sí que quedan algunas tabernas abiertas hasta más de medianoche -informó sacudiéndose un poco sus ropas por si habían acumulado polvo o tierra al estar sobre el cemento que constituía el rompeolas.

Dudaba que la mujer de, probablemente, acomodada clase social gustase de pasar por las tabernas cercanas, pero era cuanto había abierto a aquellas horas a menos que decidiera recorrer casi media ciudad para llegar a los barrios de más alta clase.

[Ame su avatar]

Llevando su dedo indice de la mano derecha a sus labios, y mirando a una nube que estab cruzando lentamente el cielo casi nocturno.

¿Le gustaría acompañarme a beber algo?.

Retirandose el dedo que estaba posado en sus rosado labios. Y con un movimiento un cuanto sutil cruza sus brazos..Meditando un poco..

Aunque no soy de tragos fuertes, pero me gustaría mucho ver como son las tabernas de este lugar.

Comentó con mucha sencilles para ser de una clase económica alta.Aunque aquella mujer no le gustaba admitirlo ya que se aburria mucho en su vida cotidiana de esa manera cambio su nombre por su alias para oder trabajar como gente común y corriente.