Un hermoso salon de menor tamaño que el salon naranja, este se caracteriza por tener en sus paredes varias pinturas creadas por artistas de nacionalidades francesa e inglesa. No son conocidos por los nobles, pues son artistas que se dedican a plasmar sus obras de arte como medio de desahogo ante un situacion en particular; algo que cautivó al dueño de la mansión, pagando una elevada suma de dinero por ellas.
Varias lámparas cuelgan desde el techo del salón, mas nunca han de funcionar, pues lo bello es el alumbrado natural que otorgan los ventanales de color violeta que yacen en dicho salon.
Este salón contiene muy pocos enséres, y al igual que el salon naranja, posee un trono pero éste último de color violeta, casi siendo mimetizado por la luz del mismo color que entra por los ventanales.