Llegando a Voltaire

Intentaba olvidar aquellas imagenes que rodaban en su mente, la muerte de sus sus padres era un golpe duro para ella. Lo unico que la mantenia en pie para seguir con su destino era su corcel que la acompañaba en todo sufrimiento, su amigo inseparable con el unico que podia contar ya que estando en sociedad su padres le exigían demasiado...Tener a los invitados contentos con su presencia, estar bien portada, halagar a las personas, socialisar con los nobles.

En un instante de su vida perdio aquellos seres que le dieron la vida a pesar de que ellos no tomaran en cuenta sus emociones ni sentimientos, los queria de una manera ineguanable, a pesar de ser la unica hija tenia que cumplir con los caracteristicas que ellos demandaban.

-Sintio recorrer una lagrima por su mejilla, recordando el lema de su padre..."Los Roux no se les permite ser suprimidos por la sociedad, usalos hasta que ya no puedan jugar más"-

Claro...siguire tus palabras, querido padre. -Musito para si misma-


-Su cabello color rojo ondeaba al compas del aire que pega en su delicada cara, sin pensar en aquellos recuerdos por el momento, decidio emprender su camino a Voltaire donde su prima la esperaba-

¿Cuánto tiempo ha pasado desde la ultima vez que nos encontramos?, en el instante que nos veamos creo que nos vamos a portar como unas niñas pequeñas ya que solo convivimos durante nuestra infancia y lo recuerdo es que nos peleabamos por todo...

-Dio un ligero latigazo a su corcel de confianza para que este apresurara el paso y llegar pronto a donde le brindaran un nuevo alojamiento, logro visualizar a lo lejos una mansion enorme, mientras su caballo se encargaba de seguir por el camino que su ama le indicaba, su vision era perfecta mas cercas de lo que iva hacer su nueva familia, en un momento de distraccion sintio que su compañero quedo quieto en frente la entrada de la mansion, bajo del caballo con suavidad tomando las riendas para que este quedara quieto mientras desendia al momento que hiso fuerza para sujetar las estas su mano diestra no le respondio haciendo que cayera al piso y su peso se fuera a su hombro derecho, se levanto del piso tan solo con su otra mano ya que visualizo que la diestra no respondia a los mandados que se le indicaba-

Desde aquel accidente...Me esta empezando afectar más.


-Sin tomar en cuenta como habia quedado su vestimenta por la caida, en su cara habia rastros de polvo aconsecuencia que no pudo salvarse de aquel golpe inesperado, se quito el casco dejando caer su cabello ondulado ya fue molesto tenerlo todo el transcurso de su viaje, camino unos pasas quedando en frente de la enorme puerta principal, tocando la puerta de la entrada para ver si alguien le atendia, su mano izquieda se pose en aquel hombro adolorido, el dolor cada vez se hacia mas intenso-


Se puede apreciar que aun tiene gustos muy extravagantes igual que lo era de pequeña... -Acabando de decir esa pequeña frase se pudo apreciar una leve sonrisa de parte de sus carnosos labios. -

No pasaron más de unos 30 segundos antes que la gran puerta de madera se abriese. El mayordomo, con sus ropas culcras y negras, guantes blancos y camisa blanca tenía su largo cabello castaño en una cola atado en su nuca con un moño rojo y sus ojos ambarinos estaban cubiertos por los anteojos de montura redonda. Sonreía amblemente al abrir la puerta y vislumbrar a la joven un poco manchada por el polvo - ¿Qué se le ofrece, señorita? - preguntó con una voz casi intantil y dulce.

Quedo de pie por unos minutos, sus pensamientos empezaron a volar dentro de su cabeza, ella lo que era su prima no habia rastros de aquella niña que recordaba en su niñez todo habia desaparecido igual como lo hicieron sus padres-

Has cambiado...


-Se sento donde le indicaron, su mirada se perdio en un punto fijo del suelo, sus manos se deslizaron por su cara que tenia maltrada por aquella caida, los mechones del cabello rojo que poseia se dejaron caer hasta que su rostro se perdio entre ellos-


Murieron...Todo lo que poseiamos se perdio, mis padres no eran los mejores pero ellos querian mi bien a pesar de que solo les importaba el dinero.

-Hablar de lo que era su pasado no le agradable del todo ya que no me gustaba mencionar sus problemas a los demas aunque fueran parientes cercanos-


Se vino la peste negra a nuestras plantaciones haciendo que no quedara nigun esclavo vivo...Despues decidimos venir a Inglaterra para seguir con nuestras vidas, no soprtaba el ambiente que tenian entre ellos dos, se rehusaban a darme su autorizacion para mantener a Byakuya a mi lado, siemplemente un dia no pude mas y escape con el, trate de reflecionar a mis tales conductas con ellos, solo pasaron unas cuantas semanas, entonces emprendi el regreso a mi hogar, en cuanto llege solo vi cenizas...

-En cada momento que hablaba imaginaba el sufrimiento y la agonia de parte de sus seres queridos-

Observe un cadaver que mantenia con fuerzas una carta como si su vida dependiera de ellos, tuve que hacer un gran esfuerzo para quitarsela en cuanto la leei, entendi que tenia que encontrarme contigo.


-No queria saber de quien era el cadaver que veia en sus recuerdos simplemente lo ignoro en su cabeza-


Se que mis padres tenian problemas con otros nobles...Lo que vengo hacer aqui es encontrar a los responsables.

Hizo una reverencia - Como diga, My Lady - dijo antes de retirarse a cumplir sus labores.

Caminó a pasos apresurados por los pasillos, alisándose por el camino la falda del uniforme a medida que avanzaba. Su coleta saltaba en su espalda, poniéndola más nerviosa aún. La señora de la casa la había llamado para conocer a su nueva ama, y aunque estaba nerviosa, tenía ganas de conocerla. Sería la primera vez que estaba al servicio de una señora, y no de un hombre.


Llamó un par de veces a la puerta de la sala, con decisión pero sin ser maleducada, y esperó unos segundos hasta abrirla suavemente, mirando en el interior.

Las dos ladys estaban sentadas, la que sería su ama parecía bastante alterada. Hizo una pronunciada reverencia, mirando al suelo.

-Me llamó, señora? - Preguntó con tono dulce.

Se encontraba aun en la misma posición desde que tomo asiento en cuanto empezo hablar con su pariente, sus orbes dorados estaban ocultos gracias a cabello rojizo ya que para ella era deplorable que alguien mas la viera en el estado que llego siemplemente no era digno de una Roux, si su padre la encontrara en estos momentos la demandaria ropas de etiqueta para no avergonzar el apellido. Mientras indagaba mas en su pasado, una conversacion la saco de sus pensamientos, pudo diferenciar la voz de su prima en la habitacion pero la segunda no la conocia, al parecer por el habla de esa persona era una sirvienta joven o al menos por escucharla eso es lo que le daba dar a entender, solo se limito a escuchar como dos personas que estaban en la misma habitacion hablaban acerca de un empleo, en su cabeza aun rondaban aquellas imagenes perturbadoras, con su mano diestra borro algunas lagrimas que quedaron de aquella tristeza que la rodeaba.

Halibel Roux...¿Cual es tu nombre? -Dijo sin mirar aquella persona que se encontraba con su prima ya que no tenia animos para prsentarse de la manera mas formal-

Tomó el asiento que Madame Voltaire le concedió, mirando un poco nerviosa a ambas, se sentía pequeñita en medio de esas dos mujeres tan elegantes.

Era muy joven, y tal vez no tenía la misma facilidad que los demás para relacionarse con las personas, pero no le gustaba ver a la gente triste, y el rostro de su nueva ama le dolía. Colocó sus dos manos sobre una de las de su ama, diciéndole sin palabras que estaba allí solamente por ella, arriesgándose a que aquél contacto sin derecho molestara a su ama.

-Me llamo Giulia Dellacourt... Estoy aquí para servirla en todo lo que necesite. - Dijo con la misma voz suave, mirando a las manos.

-Sintio como unas manos ajenas intentaban dar calma a su desafortunda perdida, igual nadie iva a lograr hacer que se olvidara de esos terribles hechos que vivio sin embargo lo que no queria tolerar que sus sirvientes la tocaran sin su permiso llevandola tan poco tiempo de conocerla, se levanto de manera instantania quitando sus manos de aquella muchacha que demostraba compasacion por ella, la miro directamente a los ojos por leve momento no dijo nada solo se formo una sonrisa en sus labios demostrando arrogancia, no tenia planeado tratarla solo que apreciaba su espacio ya que nunca le gusto la idea de tener al personal al pendiente su vida, un recuerdo de su madre aparecio en su mente la manera en que ella traba a los sirvientes era como estar con su propia familia mientras que su padre los trataba como escoria, perros encargados de satisfacerlo en todos sus caprichos, los empleados cuando tenia que enfrentarse a su padre salian despedidos o muertos, asi era la familia Roux si el amo de la casa no lo satisfacian como era debido simplemente era cabar su tumba, recordo la presencia de esa sirvienta -

¿Servirme?

-Levanto la mirada y en seguida camino por la habitacion encontrando en esta una ventana que daba a conocer el jardin de la mansion, su caballo aprecieria este lugar para practicar durante las mañanas, coloco su mano diestra en la ventana cerrando los ojos volviendo al tema que le concierne-

Puedo llegar a ser muy demandante a lo que pido pero ahi algo que no pienso pasar por alto y es el trato que se le de mi caballo, te pedire de la manera mas atenta que cuando te mencione algo de el lo trates como una persona...

-Se movio de aquel lugar en el que se encontraba para lograr apoyarse en la pared que le seguia a la ventana-

Como te habras dado cuenta mi mayor pasion es la equitacion, me gusta practicar al alba.

-La luz del sol alcanzaba a iluminar la habitacion en la que se encontraba dandole unos tenues rayos de este a la cara, quito algunos mechones de su rostro con la diestra dejando apreciar una de sus caracteristicas fisicas que tanto como los hombres y las mujeres que tenia en su alrededor querian poseer, sus orbes se abrieron de la manera suave dejando ver al publico unos hermosos ojos color zafiro-

¿Como llegaste a este lugar?

-Tenia curiosidad de saber como esa muchacha arribará Voltaire y mas que nada que con tal solo verla la prefiera mas que a la dueña llamandose por si misma sirviente de ella-

Aceptó la reacción de distancia con calma, ya sabía que eso pasaría. No es que sintiera compasión por ella, nada de eso, sino que en alguna parte de su ser inanimado, deseaba poder comprenderla aunque solo fuera un poco. Para ella, la tristeza, el amor... eran sentimientos demasiado complejos, demasiado lejanos para ella, una humana convertida en una muñeca por culpa de un loco.

La observó mientras se levantaba, acercándose a la ventana. Era una mujer hermosa, imponente. Se sentía pequeña a su lado.

-Los animales deberían ser tratados con respeto - dijo en voz alta sus pensamientos ante las palabras de la mujer. - Son más nobles que algunas personas, a veces.

Ciertamente, muchas veces hacía mejor relación con los animales que con las personas. Porque ellos no juzgaban a nadie, no usaban la violencia por la violencia, y no hacían daño a nadie si no era en defensa. Ellos no podían mentir, ni tratar mal, eran fieles a sus instintos.

-Me encantaría poder verla montar, si a usted le parece bien, mi ama... - dijo con la cabeza agachada, mirando al suelo.

Ante la siguiente pregunta, se quedó unos instantes callada, pensando. ¿Cómo había llegado ahí? La pregunta por sí sola la aterraba. No quería mentir a su señora, pero tampoco quería contarle la verdad, era demasiado dolorosa para ella. Trató de decir lo menos posible pero sin mentirle.

-Llegué hace poco a Inglaterra, encontré a la señora Voltaire y ella me contrató. Entonces me habló de usted, y me pidió que fuera su sirvienta personal. No piense que lo hago obligada... para mí será un placer, mi ama. - Dijo con voz suave, sin levantar la cabeza.

No quería ofenderla por nada, pero era cierto que con cada amo era distinto.

-Sus orbes volvieron al mismo color dorado que siempre aconstumbraban a estar cuando era una niña,solo en pequeños momentos se mostran de aquel color zafiro, no quiso mover de aquella posicion que se encontraba, ya que le agradaba la idea de estar observando por un leve momento lo que iva hacer despues su campo de entrenamiento-

Espero que me ayudes a seguir con mis entrenamientos, ya que no quiero perder la condicion y decepcionar a Byakuya.

-Cuando termino de hablar sintio un dolor punzante en su hombro derecho, recordo que era a causa de la caida en la entrada-

No quiero indagar mas acerca de tu procedencia, solo quiero saber lo esencial para saber con quien estoy tratando, lo demas ya sera como el tiempo guste..

-Llevo su mano diestra a la cusa de su dolor, decidio tomar aquel asiento cerca de la sirvienta, una mueca de molestia si hiso presente en su rostro-

Espero contar con tus servicios durante mi estancia en Voltaire ya que es la primera vez que se me encomienda una persona.


-Sabia que tenia que antender aquella molestia que no deja de ser en esos momentos pero no queria que las personas sintieran una necesidad de ayudarla, ella podia atenderse igual que era de pequeña, nunca buscaba a alguien para que le brindara el calor de una familia si asi se le podia llamar, sabia lo que la vida le dictaba a las consecuencias de no estar al tanto de los problemas de la familia, para su ser todo ese trabajo era ajeno, pero lo que si estaba dispues a llevar a acabo era pisotear a las personas que le quitaron sus unicos padres, el dolor cada vez se volvia mas intenso mientras que su imaginacion volaba, durante el dolor su mente la llevo a la habitacion en la que se encontaba volviendo a la realidad.-

Asintó ante las palabras de su ama, inclinando la cabeza para afirmarlo mejor.

-Le aseguro que no tendrá ningún problema conmigo... Puede estar completamente segura de mi fidelidad hacia usted, mi ama actual. - Inclinó de nuevo la cabeza, mirándola luego a los ojos con sinceridad.

Se dio cuenta por la expresión en su rostro que algo iba mal, y lo comprobó cuando su ama se sentó de nuevo en el sofá, agarrándose el hombro. Su reacción fue levantarse de inmediato y arrodillarse a su lado, poniendo una mano en su brazo y el otro sobre la mano en el hombro, con rostro preocupado.

-Se encuentra bien? Quiere que llame a la señora Voltaire?

-Solo pudo sentir como aquella presencia se preocupaba por ella que apenas la acaba de conocer, como una persona podia estar asi, precupandose por la extraña que acaba de arribar a la mansion, no tenia intencion de ser una cruel dictadora con su nueva sirvienta, no queria convertirse en lo que era su padre en el pasado.-

Descuida, estare bien, solo es question de tiempo.

-Solto un pequeño suspiro ya que le parecia algo gracioso tener a alguien tan al pendiente de ella, en sus labios se hiso presente una leve sonrisa-

Por el momento solo te pido un vaso de agua, ya mi cuerpo no ha probado liquidos desde que emprendi mi viaje.

-Quito la diestra de su hombro derecho al presenciar que el dolor se iva despejando se la zona afectada, tomo la mano de la persona quien se encontroba en frente-

Mas tarde necesitare que me lleves a conocer la mansion.

-Diciendo esto la solto, recargo todo su peso en el respaldo del sofa respirando profundamente cerrando sus orbes para despejarse de todo lo que habia sucedido-

Giulia sonrió al ver que su ama estaba un poco más relajada. Hizo una reverencia, dejando de sonreír para hacer bien su trabajo.

-Iré a buscarle el agua. Y estaré encantada de llevarla por la mansión, sólo cuando esté recuperada.

Salió del comedor rápidamente en busca del agua, cruzándose con algún fantasma por el camino sin darse cuenta.

La estancia ya hacia tranquila, no habia ruido alguno desde que aquella empleada quien ahora iba a ser su sirvienta habia dejado la habitacion, se mantuvo serena en su posicion queria descansar su cuerpo ya que se el viaje habia sido agotador al tal extremo de no pobrar liquidos alguno en el trancurso de este. Queria que las imagenes que se presentaban en sus pensamientos desaparecieran para encontrar una razon a la cual habia sucedido el asesinato de su querida familia, no recordaba a los enemigos de su padre ya que esa clase de asuntos no le eran banal para su persona, los cuales estaban restringidos en cuanto la "familia" se reunia...Familia era lo que no eran, todo era apariencia para que status sociales se arrodillaran ante la persona que le dirijia con el nombre de padre.
Se dispuso a levantarse del asiento en cuanto sintio que el dolor punzante de esa zona se hacia cada vez menos, lo primero que penso en cuanto se puso en pie era cambiarse, la ropa que poseia en esos instantes ya estaba maltrada por la caida que sufrio. Con su diestra quito algunos mechones que estorbaban en su vision por un instante recordo una fiesta en la cual habia una aglomeracion de personas a su alrededor, estas querian ver el cambio que poseian sus ojos de un color dorado a un tono azul zafrio.

Esa fiesta...Nunca fue de mi agrado. -Musito para si misma en voz baja-

Todo era halagos acerca de su figura, los presentes en caso de este los varones de alta alcurnia tenia la osadia de preguntar que si encontraba comprometida, en esos tiempos no buscaba un matrimonio que fuera del agrado de sus padres o tan solo para incrementar el poder de los roux, recibia variedad de propuestas de matrimonio sin embarjo nadie fue de su tal agrado para complacer en tenerla como su esposa.
Siguio caminando para encontrarse de nuevo con la ventana que hace momento habia tocado, sus orbes se quedaron viendo el paisaje que pronto iba a recorrer con su fiel amigo.