Cena en familia (padres y hermana xD)

Llegó al comedor molesto. Había salido a cazar y terminó peleándose con otro vampiro, terminando ensuciando su ropa. Por suerte pero, el otro huyó asustado, era mucho más joven que el príncipe. Se dejó caer cansado en una silla alrededor de la mesa, ocultando la cara entre las manos. Tenía sed, pero no volvería a salir hasta al día siguiente. Hacía tiempo que no estaba con la familia, así que esperaría que bajaran a cenar para pasar rato con ellos.

Apoyó bien la espalda en la silla, sacando un cigarrillo y encendiéndolo tranquilamente, relajándose. Se cruzó de piernas y esperó.

Ataviado de unos simples pantalones, zapatos y camisa de epoca, todo en un lugubre tono negro, extraño en él, ingresó al comedor con aires de frustración, el cráneo plateado sobre su hombro parecía relajado sin presencias donde tubiese que actuar y simplemente se acicalaba como la criatura ajena al cuerpo del demonio que era, en un sonizo metalico acerrado sus extremidades se frotaban unas con otras y se pasaban sobre su cabeza para volverlas a rozar, ciertamente parecía un insecto. La mirada celestina del platinado se posó en su hijo y frnció más su seño - Phillip, sabes que no me gusta que fumes dentro del palacio... - su mirada recorrió el cuerpo de su hijastro notando las manchas de vitae inmoral - ¿Qué te ocurrió? - preguntó en un tono más calmo mientras tomaba asiento en la cabecera de la mesa.

Resiguió a su "padre" con la mirada de reojo, como si le odiara, pero ciertamente no era así del todo. Sabía lo que Alastor y Zyon le habían hecho a sus verdaderos padres, lo percibía en cada mirada, palabra, en cada sombra de la mansión como si los fantasmas le susurraran lo sucedido. Sin embargo, no podía culparles ni odiarles. Él no era peor que un monstruo cualquiera, se pasaría la eternidad llevándose la vida de otros. Al menos, tanto Alastor como Zyon se ocuparon de sus hermanos, dejando que los tres se pudieran quedar en casa. Desconocía el motivo, pero sólo con poder estar con ellos le bastaba.

Tiró la ceniza con delicadeza en un cenicero, dejando de mirar a Alastor.

-Nada importante. - Respondió a su pregunta, pasando completamente por alto la advertencia del tabaco. Siempre lo hacía, no era una novedad, y no pensaba cambiarlo ahora con lo frustrado que estaba.

Miró de nuevo de reojo a su "padre", echando un vistazo a esa cosa en su hombro. Había que tener mal gusto, pensaba siempre que lo veía. Volvió a llevarse el cigarro a los labios.

-Un indeseable se cruzó en mi camino esta noche... - continuó hablando. - Y a usted, padre? Parece molesto por alguna razón....

Casi podía percibirse burla en la voz, pero oculta, y por supuesto no pensaba enfadarle, sabía qué sucedía cuando eso pasaba.

Suspiró relajando su cuerpo hacia atrás en la silla cerrando sus ojos - Me preocupa Zyon... - dijo referene al coma que atravezaba su "madre" del que las causas eran desconocidas y era sabido que desataba la ira del platinado si alguien preguntaba. Todos la servidumbre se limitaba a bajar la cabeza y atender a la reina la cual parecía no despertar... así había sido hacía un par de dias. Muchos pensaban, que había vuelto ya de su paseo en ese estado pero varios otros afirmaban haberle visto volver en buenas condiciones y se rumoreaba que era el propio rey que le había dejado así. Para fortuna del platinado esos rumores no dejaban las paredes del palacio.

Sus manos descansaron sobre la mesa y un prolongado suspiro pareció calmar un poco al demonio - Pero no hablemos de eso... - continuó como siempre hacía cambiando el tema en lo que la salud de su hermano respecta - ¿Que hay de ti? ¿Que haz hecho a parte de matar inmortales y mal alimentarte? - preguntó mirandole y sonriendo a medio labio notando lo pálido que se encontraba.

La noticia de su otro padre le llegó hacía días. Lo escuchó de los rumores de la servidumbre, en ningún momento quiso ir a comprobarlo. Lo notaba en el ambiente, era obvio en la tensión. Sin embargo, no sabía cómo comportarse si iba a verle, así que simplemente lo evitaba.

Tiró la ceniza de nuevo.

-Simplemente vago por la noche... - contestó con la mirada sombría, observando el humo salir.

La verdad es que últimamente había algo que le quebraba la cabeza. No sólo lo de Zyon, simplemente había algo más en el aire, una tensión que no era normal. Como si en poco tiempo fueran a cambiar las cosas.

-Cómo van las cosas en palacio? Ando un poco distraído en esos temas... - se disculpó, mirándole de nuevo, apoyando la cabeza en una mano.

Sus dedos se entrelazaron mientras se inlcinaba hacia adelante en la mesameditando unos instantes ante la pregunta de su hijastro, el silencio era tensionante, había tocado un tema que al parecer el platinado no quería hablar. Sin embargo le miró - Todo marca como quiero - finalizó casi demasiado cortante. - ¿No haz pensado en hacer algo más? ya eres un hombre Phillip, un hombre destinado a la inmortalidad. ¿Quieres un puesto en el ejercito? Te hará bien un poco de eso -

-Combatir, quieres decir? - Preguntó clavando la mirada en la mesa, frunciendo el ceño. - Amo la vida... para mí es suficientemente duro qitarla para sobrevivir... no quiero matar por más razones. - Dijo mirándole entre furioso y seguro.

Sin embargo, sería una buena razón: defender el país que tantas cosas le había dado.

Frunció su seño a la respuesta de su hijo, le miraba fijamente casi que parecía quemarlo con la mirada - Aunque no quieras ir a batalla, te hará bien. Estás muy mal acostumbrado a estas comodidades y no te dejan ser un hombre hecho y derecho. Creo que Zyon estará de acuerdo conmigo... - djo algo pensativo pero firme. Un suave golpe en la mesa con su palma cortaría el repentino silencio - ¡Y mirame cuando te hablo!- le retó como si de un niño chico se tratara.

Eso sí no pensaba permitírselo. Una cosa era que le aceptara como su padre, y le tratara como tal, otra era que decidiera por su vida cuando no tenían ninguna verdadera relación. Se levantó de la silla, tirándola al suelo, y golpeó la mesa, acercando su rostro al de Alastor con el rostro totalmente desencajado, casi loco. Su instinto más fiero salió.

-No te atrevas a decirme qué tengo que hacer... - arrastró cada palabra entre dientes, casi sin separarlos. Sus ojos quemaban fijos en los de su padre. - Si quiero combatir, lo haré, si no quiero, no lo haré.

El cigarrillo había caído de sus dedos, quedando encendido en el suelo, quemándose lentamente.

Al llegar al Salón Real maría tuvo que pararse en seco dando un respingo pues escuchó gritos. Distinguió el vozarrón furioso de su padre en primer lugar y, a continuación, la voz irritada de su ermano mayor. Se tapó la boca con las manos, entre sorprendida y asustada, pero aún así se asomó a la puerta del Salón con disimulo para ver qué pasaba.

No había notado la presencia de la pequeña que tanto sobreprotegía, incluso de que no fuese expectadora de la violencia que a veces era protagonista en el palacio por lo que no tubo reparos el pararse también tirnado la silla hacia atrás y tomando con su mano derecha el cuello del vampiro golpeandole contra la mesa sin soltarle haciendo que el golpe resonase en la amplia habitación, presionando su cabeza contra la mesa para que no se levantase, sonrió. Sus cálidas manos, mucho más calidas que las de un humano casi duplicando la temperatura de estos, apretaba su garganta con quizas demasiada fuerza. Se inclinó levemente hacia él aún con aquella sonrisa cínica asomando su blanquecina dentadura de colmillos desarrollados aunque mucho menos que los de su hijastro - Tu harás lo que yo te diga que hagas. Yo digo saltas y tu saltarás, te digo que vallas a combatir e irás - dijo con tensión en su voz - ¿Entiendes... querido hijo? ¿o necesitas algo de disiplina para saber tu lugar en este palacio? -

oi algo de escandalo abajo en el comedor me habian mandado a llamar para la cena asique baje un poco tar5de porque tenia flojera de tanto ajetreo tan molesto-entre a el comedor tan grande y elegante como se espera de todo palacio real-


padre,ya estoy aqui,veo que esto se esta poniendo dificil he..porque tanto alboroto?-dije de una manera sencilla pero educada almenos eso pense y senti que lo dije asi-maria esta escuchando saben?-me voltee a ver a mi linda hermanita la cual no habia echo ningun ruido notable o que se puediera escuchar con tanto grito...

No notó dolor alguno con el golpe, ni siquiera con el trato que su "padre" estaba ejerciendo sobre él. Aunque sí le dolió en su ego, y le cabreó muchísimo más que le tratara así, no era nadie para hacerlo.

-Pues ves rezando para que así suceda... - le gruñó, mostrando los dientes como un lobo furioso. - Padre - escupió como si de un insulto se tratara.

Sus dedos, de largas uñas afiladas, rodearon los brazos de Alastor, clavándose en su carne. Le miraba traspasándole, deseando matarle ahí mismo, aunque eso sería algo que nunca sucedería. No sólo por la fuerza del demonio, sino porque aún le respetaba un poco.

Cuando Edward apareció, solo se enfureció más, pero sus palabras le calmaron. Su hermana estaba presente? Cerró los ojos con fuerza y separó a su padre de un empujón, colocándose bien la ropa y arrinconándose al otro lado del salón, cubriéndose el rostro con las manos. No podía soportar que su amada Marie le viera en ese estado, quería que siempre tuviera la mejor imagen de él.

Su agarre apretado se soltó al sentir las garras de su “hijo” sobre su piel atravesándole la misma dejando que hilos de sangre tiñeran la ropa humedeciéndola. Su mano libe le golpeó con el reverso de la misma con igual fuerza que la vez anterior mientras retrocedía al escuchar a su otro hijo quien, inocentemente, se había metido en fuego cruzado. Su mirada gélida y rabiosa se dirigió al pelinegro - ¡Llévate a María a su habitación! – le ordenó imperativo y alzando la voz casi en un rugido.

Una gota de sangre dibujó un punto en el piso lustroso al caer desde su dedo, no mostraba signos de sentir dolor aunque si le escociera y le molestase, aunque mayor había sido la herida de su orgullo por ser herido de aquella manera y en aquella situación. Solo esperaba que el pelinegro le obedeciera y se llevase a María para descargar su ira en el vampiro.

un poco sofocado por tanto ruido y el habiente tan tenso d e esa reunion no m euqedo otra que intentar llevarme a maria a su habitacion sim enbargo todo dependia que ella pudiera moverse pues la vi un poco nerviosa

padre...-dije con seriedad-tsk...-voltee a ver maria-pequeñita..sera mejor que salgamos de aqui..no quedras ver esto...

María se quedó petrificada junto al marco de la puerta al haber sido delatada por Edward, su otro hermano, aunque no tenía mucha afinidad todavía con este ya que este solía andar por el castillo a su aire, aunque la trataba bien y eso la tranquilizaba. Le entristeció y disgustó much ver cómo su papá y su hermano Phillip se hacían daño y gritaban. A María le daba miedo y se ponía muy nerviosa cuando al gente se ponía a gritar a su alrededor, así queno pudo hacer nada proe vitarlo cuando las lágrimas resbalaron por sus mejillas, mientras obedecía a Edward y se dirigía a su habitación, acompañada por él.

-Edd-onii-chan...- balbuceó entre zollozos- Phillip y papá... se van pedir perdón, ¿verdad?- preguntó a su hermano con ojos suplicantemente llorosos, mirando temerosamente a la puerta de la sala en la que estaban (todavía) discutiendo su padre y su hermano mayor.

Su respiración estaba descontrolada, su pecho moviéndose arriba y abajo a alta velocidad. Estaba realmente alterado, y no por la pelea precisamente. Seguía con las manos en su rostro, apretándolo fuertemente hasta clavarse incluso él mismo las uñas a la piel, dejando pequeñas señales alrededor del rostro. Sus ojos, de estar abiertos, se verían rojos, casi como si pudiera llorar sangre. Por dentro estaba atormentado por haberse mostrado de ese modo ante Marie.

Susurró unas palabras, arrastrando cada una de ellas con odio.

-Está contento, padre... - irónico. - Está contento de haber probocado todo esto... ?

Sabía que no podía culparle, pero en esos momentos sólo deseaba que desapareciera de su vista. Podía llegar a entender por qué enfureció. Era normal que el hijo mayor de la familia se uniera a la batalla, pero para él aquellas cosas quedaban muy lejos de lo que era. No sería justo.

con marie me sentia completamente diferente a como era con las dsemas personas...esta pequeñita tenia el poder de hacer esto con las personas cercanas a ella,cuando vi sus ojos llorosos mke senti muy triste como si yo estubiera sintiendo lo que ella.

si,pequeñita...se van a pedir perdon...-dije diriguiendome con ella a su habiatacion,lo que no me agradava era que yo estaba diciendole algo que asta yo creia imposible"se pediran perdon"-mientras tanto..que tal si dejamos que hablen, se calmen y depues..vemos que hacemos,si pequeña?..haora..quiere que aga algo por ti..cariño?-dije mientras voltee un poco al lugar donde se peleaban mi padre y mi hermano-nii-san...-susurre con melancolia..

Sus pasos, firmes y violentos se precipitaron al que era su hijastro, no sin antes echar una mirada a su otro hijo asegurándose que se llevara a la pequeña María. Postrándose frente al castaño le tomó la muñeca apretándole con bastante brusquedad dejando sus dedos marcados en la perfecta piel vampírica. No alzó su voz, si no que por el contrario habló bajo y pausado cargando de enojo sus tensas palabras - No aceptaré esta clase de comportamiento y mucho menos estas agresiones. Alzas mano contra mi y perderás tu mano… - con estas palabras su agarre se apretó clavando sus dedos en la parte interna de la muñeca rasgando superficialmente la piel con sus cortas uñas – …alzas la otra y perderás tu cabeza. Considera que perdiste tu mano – un sonido como de hojas secas quebrarse hizo eco en la sala cuando la presión fue demasiada y los huesos de la muñeca cedieron bajo el agarre del demonio quien soltó al finalizar su cometido.

un demnio como yo tenia b uen oido mas aun en cuanto a huesos rotos y el correr de sangrese trataban-eso es demasiado padre..dije con una voz acallada para que maria almenos solo ollera susurros, dentro de mi sabia que phillip mno se inba a quedar de brazos crusados..no el..no-tsk...

Sus ojos se entrecerraron. Por supuesto no iba a mostrarse vulnerable ni débil ante su padre, y aunque le hubiera dolido la presión en su muñeca, y después el quebrar de sus huesos, no mostró señal alguna de ella. Permaneció mirando fijamente a su padre, con los ojos cada vez más rojos. Se estaba dejando llevar por la furia y el instinto vampírico, y témía que de todo aquello surgiera algo que todos lamentarían después.

-No me haga reír, padre. - Sonrió como loco, mostrándole la muñeca.

De no ser vampiro, no podría haberle mostrado cómo esta cicatrizaba lentamente. Y, aunque los huesos seguían rotos, pues la curación era mucho más lenta, no había ninguna señal de lesión. Simplemente el dolor agudo que seguía escondiendo.

-No seré como tú. - Dijo sin tratarle ya con el mismo respeto. - No me rebajaré a tu nivel... - Se le acercó lo suficiente para susurrarle en el oído: - Pero un día vas a caer...


[off rol: XDD menuda familia de agresivos!!]

Apretó sus dientes conteniendo su furia, le exasperaba su insubordinación, le exaspera que ocultase su dolor y se le riera prácticamente en la cara, era un golpe directo en su orgullo y claramente gracia no le causaba. Bufó a sus palabras, no levantó su mano como su impulso le dicto si no que dibujó una arisca sonrisa - No hables de lo que no sabes, querido hijo – dijo con aire un tanto jovial alzando su mano para despeinar sus cabellos en un gesto casi cariñoso. Se alejó comenzando a caminar a la salida ladeando su rostro para mirarle de reojo, su mirada fría y ensombrecida dejaban en evidencia la naturaleza de su sonrisa - Puede que un leñador muera aplastado cuando el árbol cae sobre él – dijo no negando que algún día caería.

-Esperaré ese momento con ansia, padre, aunque sea preciso que el leñador caiga con él. - Dijo devolviéndole la sonrisa, pasándose una mano por el cabello por el contacto no deseado de segundos antes.

Gimió cuando se quedó solo, agarrándose la parte dolorida para suavizarla un poco. Tendría que disculparse con su hermano y hablar con Marie más tarde para arreglar las cosas.

[Adoro esta familia *-* xD]

Sinmás se retiró llevando su mano a sus cabello entrelazando los mismos con sus dedos al peinarlos hacia atrás soltando un suspiro. Pensar solo el hecho que había sido tan tonto para considerar a su hijastro como un aliado... Entendía que el no poseía las mejores cualidades en cuanto a diplomacia, sobretodo cuando era entre familia donde el llevaba la cabecera pero si alo no soportaba era que alguien de su edad se pasara todo el día sin hacer más que cazar por diversión. Bufó molesto y sus pasos se escucharon al subir las escaleras y encerrarse en el cuarto de su esposa.