Dando descanso~

Alto en el cielo, como una gran esfera amarillenta y añeja la luna reinaba la noche acompañada de innumerables súbditas, sus estrellas. La noche parecía de terciopelo en su cielo azul oscuro despejado…eso si se pudiese ver a través de la espesa niebla londinense que parecía especialmente espesa en aquella parcela de tierra santa inundada de lapidas que sobresalían de la tierra como aletas de tiburón y de panteones que eran símiles a barcos a la deriva. El sonido de algún cuervo cortaba el sepulcral silencio de aquella noche sin viento. - Heheee~eehehe – rió paranoico la silueta negra que se movía arrastrando un cuerpo de un niño y una pala a su hombro - Te dije, pequeño travieso. Jugar en la calle de noche puede ocasionar accidentee~es hehehee~eeh. Lastima que un huérfano como tu solo lo aparten a un lado de la calzada para seguir su camino. Nadie te reclamará pero no te dejaré tirado… No no no no hehehe~ehe, te daré un buen descanso… – hablaba con el cadáver que dejaba un camino de sangre por donde pasaba, al parecer había sido atropellado por un carruaje y siendo un niño de no más de 7 años había fallecido bajo las patas del caballo y las ruedas del vehiculo. Su tono de voz desquiciado y melódico, que desentonaba de a momentos como el charlas solo de los dementes, hacía eco en el cementerio acompañando sus pasos y el silencio.

Esa noche ya habia comenzado de manera extraña, primero la cena tenia sabor a quemado lo cual disgusta hasta al mas calmado y al salir de la taberna quizas con un par de copas de mas se encuetra con una gran mancha de sangre a sus pies en la calle... "Que sospechoso" se dijo para si mismo. Al ver q el charco estaba dejando una laaarga linea carmesi de sangre se decidio a seguirla, el día habia muerto y la noche siempre estaba habierta a nuevas posibilidades.

Al seguri el rastro se va enterando q las sombras de los árboles se van volviendo cada vez mas largas y al pasar un portico se encuentra en un cementerio. "Como en casa" penso y una risita sepulcral se le escapaba de la comisura de la boca.

De pronto ve a una extraña figura arrastrando a un cuerpo del cual el brillo de la luna hacia denotar q estaba muerto ( o especialmente inconciente por la sangre q lo rodeaba )

"Eh! tu!, que haces con ese niño?" pregunto al extaño.

No sin antes poner una mano dentro de su gabardina para tomar su arma, simplemente por precaución.

Sus pasos se detuvieron e inclinando su rostro lo giró al extraño en su cementerio - ¿Aah? ¿Un visitante a estas horas? - dejó la pala a un lado y levantando al niño lo abrazó cual mero muñeco de trapo. Sus cabellos descuidados y algo despeinados se mantenían estaticos mientras el shinigami no se moviese mas si, al hacerlo, dejaban ver esa textura un tanto seca y pajosa del mismo, reseco quizas por la tierra que le ensuciaba por su trabajo. Paso a paso se acercó sin miedo a quien le había hablado, sonriendo, con su mirada oculta, sus manos escondidas en las largas mangas y el cuerpo inherte del pequeño entre sus brazos con sus piernecitas colgando aún goteando las últimas gotas de la vida que le quedaban, vida que ya no podía ser devuelta al cuerpo y por más que se pudiese... ya era un cascarón vacio... su alma había sido juzgada.

Deteniendose frente a el borró su sonrisadejando un gesto de incertidumbre en sus labios, gesto que se esfumó al volver aquella maníaca sonrisa - ¡Aa~h! Qué felicidad, me siento solo en estos lugares a veces. Ellos son buena compañía pero son algo callados~ - casi irónica eran sus palabras pero el dios hablaba con la convincencia que a muchos cuerdos le faltaban. Se giró para dirigirse a la salida - Venga~ Venga~. Le invitaré una taza de té y galletas~ -

"he? te y galletas???..." dijo el exorcista, al ver el cuerpo del niño en brazos de esa extaña persona tan estrafalaria muchas cosas interesantes se pasaron por su cabeza, pero decidio resumirlo todo en:

"q le ha ocurrido al pequeño? vengo detras de su rastro de sangre, quien eres? y que haras con su cadaver? merece una exumación y un digno entierro como todos!" replico.

Saco un cigarrilo de su chaqueta, lo encendio y mirando de reojo al extraño con una sonrisa torcida.

"fumas?"

Sin detener sus pasos, como una sombra negra esquivaba cada lápida para volver al camino del centro del cementerio habló alzando su voz solo alzando aquella entonación desequilibrada dejando más en evidencia la falta de cordura que mostraban sus palabras - A~ah... el cadaver... Casi le olvidaba - mencionó deteniendose y bajando su rostro al niño mientras su sonrisa se borraba, aunque el exorsista no lo viera al estar este de espaldas. Abrazandole solo con una mano utilizó la otra para quitar del rostro del infante algunos cabellos humedos de sangre dejado libre su rostro que parecía dormir - Ni siquiera viste el carruaje, ¿verdad, pequeño travieso? - le habló sin importarle que le escuchase.

Nuevamente ignoró cualquier pregunta u ofrecimiento del otro solo volviendo hacia él en un caminar un tanto más apresurado y por ende torpe que en su retirada - ¿Le importaría esperarme mientras llevo al pequeño travieso a su lugar de reposo? Ya juegó demasiado por hoy~ - aquel tono de voz, aquella sonrisa un tanto escalofriante porlo cínica que era, le daban un aire irónico y burlezco a sus palabras.

Extrañado por el suceso y las acciones de su contraparte Jason simplemente se dedico a ver lo q hacia esa desconcertante persona... al ver q aun arrastraba el cadaver del niño se acerco y tomo los pies de este.

"Al parecer ya no se puede hacer mucho mas por el chico... te ayudare a llevarlo a su "lugar de reposo" q tanto dices, pues si estamos en un cementerio a enterrarlo te referiras"

Sin mucho esfuerzo levanto a la pequeña figura con ceremonia y dedico una mirada al joven cadaver, una mueca de dolor ocupo su rostro al pensar que alguien tan joven no merecia morir... y menos asi.

"Pues bien, donde lo quieres?" pregunto con ainco y comenzo a recitar plegarias...

Al ser tomado el niño el sepulturero simplemente lo soltó dejándole caer al piso, giró dándole la espalda y al hacerlo sus ropas al igual que su cabello acompañaron el movimiento del dios. Se adelantó sin responder inclinándose para tomar la pala que aún reposaba tirada en donde la había soltado - No tardaré mucho~ Sígame por favor… ¿Cuál es tu nombre, hombre de Dios? – preguntó mientras caminaba a una parte apartada del cementerio donde no había lapidas pero parecía que la tierra había sido removida recientemente, detrás de un panteón, a la intemperie se podían ver algunos ataúdes viejos, quizás usados, bastante simples todos.

Clavando la pala en la tierra se acercó a la pila de estos empujando uno al piso haciendo parecer que no pesara nada por como lo manipulaba, pero al este caer al piso se pudo notar su verdadero peso al sonido que hizo al igual que la tierra que levantó. El ataúd estaba pintado de negro y en el interior no poseía nada más que una simple tela un tanto descolorida, en su momento parecía haber tenido algún tono de celeste, sobre la tapa una cruz cristiana de metal estaba incrustada en la madera. Con un gesto de su mano cubierta por las largas mangas le indicó a su acompañante que dejara al niño allí.

Afianzo un poco mas el cuerpo del niño sobre el y siguio al extraño a donde se dirigia.

"Mi nombre es Jason Cromwell, tu quien eres?"

Al ver el ataud, acomodo el cadaver del joven con cuidad y lo rocio con agua bendita en forma e cruz diciendo:

"en el nombre del padre, del hijo y del espiritu santo. Amen"

Posa la tapa sobre el ataud y lo pone al lado del agujero donde lo enterrarian, y dejo el resto del trabajo al q llevaba la pala.

( debe de tener mas experiencia q yo en esto)

Sin tomarle demasiada importancia al ritual efectuado por el exorsista se inclunó asugurando la tapa y le empujó con el pie dejando caer el cajón en el interior el cual dió un sonoro golpe que espantó a un par de aves negras que descansaban posadas en el borde del tejado del panteón - Soy el sepulturero de aquí, me llaman Undertaker~ - acató comenzando a dar paladas de tierra al interior de la fosa abierta.

No acotó palabra alguna más, sostenía la pala fuertemente mientras cubría el pozo con tierra, sus manos cubiertas por sus mangas envolvían el palo de la pala dejando que el sonido de la misma llenase el silencio de la noche.

El ritual de enterrar a la gente espantaba un poco al exoricista, lo cual le parecia ironico, pues a una persona que no le tiene miedo a las bestias mas feroces le teme a un monton de tierra.

- "Pues mucho gusto me supongo" - responde de manera apremiante - "lo de sepulturero se puede ver desde aqui a la muerte, pues una pala uno no la lleva por estos lares como si nada" - dijo sin pensar, puesto que estaba buscando entre sus ropas por su encendedor mientras tenia un cigarro en la boca.

Al encontrar el encendedor encendio el susodicho y se sento en la tierra de manera pesada, a esperar que la labor fuera consumada... - "esa musica no es para mi" - mientras escuchaba las paladas ir y venir.

Sonreía en su labor, se le notaba realmente feliz de realizarlo, con su mirada cubierta no era a ciencia cierta si observaba lo que hacía o su vista se perdía en un punto entre la fosa y la tierra que caía o siquiera si llevaba los ojos abiertos. Trabajaba veloz, parecía no cansarse y cada palada venía tan cargada de tierra como lo permitía la superficie. Tras pasar un par de minutos en silencio se detuvo como si recién entendiese las palabras de su interlocutor - La música… Jason, esta música te deberá de gustar, si no te gusta es que le temes a la muerte~ Es extraño que un exorcista le tema a la muerte – por segunda vez en la conversación reveló más de lo que llegaban sus conocimientos más solo alzó su mirada al oscuro cielo mientras su pie enfundado con una negra bota acordonada pisaba sobre la tumba recién terminada aplanando un poco de tierra suelta - Ahh~ ahora que el niño duerme podremos ir a por té y galletas. Sígame~ - una sutil risa acompañaba la melódica voz carente de cordura del peligris mientras dejaba la pala apoyada contra la pila de ataúdes viejos y abandonados confiando que nadie se la robaría… o quizás ni siquiera le importaba.

Sorprendido ante tales palabras el exorcista se rasco la cabeza de manera lenta y pensativa - "miedo a la muerte? y bueno, no algo que ningun humano desee pensar. Digamoslo de una manera amable, yo en batalla no le temo a la muerte por nada del mundo, pero digamos que si no estoy en ella es algo que realmente me concierne" - palabras proclamadas con consternación - "no nos dicen mortales por nada no?" - y entre dientes libera una risa nerviosa.

Saca apresuradamente un cigarrillo de su bolsillo y lo enciende, despues de la primer pitada baja un poco su respiración - "he visto morir a demaciados amigos sabes?, la vida no es justa con los que intentamor impartir justicia, no me quejo realmente, solo que, como decirlo... nuestra vida es puro azar, nuestros oponentes siempre son mas grandes, feos y fuertes, lo cual hace que el trabajo sea divertido... pero mortal" - pita nuevamente su cigarro, esta vez con mas lentitud - "la muerte es divertida ahora que lo pienso" - sonrie ampliamente ante su utlimo comentario y una carcajada maniaca se le escapa entre dientes.

Al ver que el extraño camnar lo sigue concienzudamente - "sabes que? creo que te conozco de algun lugar" -

Se encaminaban a la salida del cementerio, el césped y la tierra amortiguaban sus pasos hasta que al pisar el camino central, cubierto por una fina capa ya resquebrajada de empedrado anunció haciendo eco en la noche los primeros pasos audibles de aquella criatura. Tendrían algunos minutos antes de llegar a los portones principales del cementerio pues estaban en una zona que parecía ser completamente olvidada al fondo del mismo.

En su camino un gato gris rallado se les cruzó siguiendo a la par algunos pasos al sepulturero mientras este sonreía a la nada volviendo a alzar su voz sin voltear - Si ha matado a muchos, señor exorcista, no dudo que me haya visto~ Pues como sabe soy un sepulturero, si trata con la muerte trata conmigo hehehe~ehe –

Detuvo sus pasos y buscó entre sus mangas sacando una galleta algo pequeña con una curiosa forma de pescado e hincándose extendió su mano hacia el gato. A la acción su manga se corrió hacia atrás dejando ver la mano desnuda que sostenía con las largas uñas negras de su índice y pulgar la pequeña galleta. Una piel tersa y perfecta dejaban en claro que no era una persona mayor pese a su cabello y su puesto, mas si algunas cicatrices profundas y transversales en su muñeca y dos de sus dedos parecían que estos hubiesen sido destajados y vueltos a colocar en su sitio. En su anular un llamativo anillo dorado con una gema verde parecía brillar tanto en la noche como las estrellas en el cielo. El gato se acercó y luego de olisquear la galleta la tomó entre sus pequeñas fauces y se alejó para comerla a varios metros sobre una de las lapidas.