Una noche perfecta. Sin duda alguna, el cielo totalmente negro con unas pocas estrellas iluminando, una noche de luna nueva, ahora esta no se mostraba y hacia ver el cielo completamente hermoso. En verdad la luna no hacia falta esa noche. Nada hacia falta, solo él se encontraba. Queria estar solo, sabia que si alguien osaba interrumpirle, le daría muerte con sus propias manos. Frunció el ceño, odiaba imaginarse que alguien interrumpiese aquella paz que se presentaba en el segundo nivel de la bella torre.
Hacia mucho tiempo que no estaba en aquel lugar, el ascensor sonaba al ser pedido por los seres que emocionados subian por las escaleras a este nivel para encontrarse con la sopresa de una hermosa vista, pero insaciables, querian saturar su vista con una completa y panorámica vista de la hermosa Francia, que de noche se tornaba en una bella ciudad cuyas luces eran envidiadas por el sol, que celoso observaba aquel espectáculo desde el otro lado del mundo.
Ahi, en aquel hermoso balcon metalico que bordeaba la estructura del segundo nivel, cuestiones de seguridad para los mortales, esos seres que tanto despreciaba, y que formaban parte de su régimen alimenticio.
Que bella eres.. por fin volvemos a vernos
Sonrió ante sus palabras, las cuales pronunció cual murmullo casi sin mover sus propios labios. Abajo, los miles de sitios que colocaban melodias embelezaban tan perfecta noche con estas. Disponiendo su cuerpo ante tan bellas melodias decidió dar unos dos, tres pasos al ritmo de éstas, ashora convirtiendolos en una bella y rítmica danza de waltz. Si, se deleitaba con aquel lugar, al final era su ciudad natal. Que importaba si lo miraban o si entre murmullos los cuales escuchaba con claridad decian obsenidades de aquel bello ser. Todo era perfecto hasta ahora.