Asistiendo a la opera

Un libro apareció en la mano izquierda del conde, no posibemente sería extraño ya que su tamaño era poco y quizas podría pensarse le traia en el abrigo todo el tiempo, ademas no pasaba de verse como un libro ordinario abrieto con uno de los dedos de su dueño interponiendose entre paginas.

Cerró sus ojos con mera y confiada sonrisa, se dice que solo aquellos con una buena psiqui o un nivel espiritual decente podrian verlo. El pez del Nem. Precisamente una criatura invocada desde libro y el poder de Kuroro, hasta que el libro no se cierre,el pez no desaparecera, este vaga por el espacio buscando alimento, lo que se mueva y/o lo que su amo, Kuroro. Le mande. En este caso obviamente si la situación lo ameritaba, sería el señor Hide, La caracteristica más emocinante de dicho pez, es que mide cerca de dos metros de lago,unos 40cm de hancho y reduciendose hasta su cola latigueante de color blanco aplacado. Puede comer dando grandes mordidas de a poco rato, pero aquellas mordidas no se sienten, se puede ver como el pedazo es arrancado, no sangrará, no dolera, siquiera lo sentira, lo que puede aterrar a las victimas ya que como te verias si lanzas un puñetazo pero te das cuenta que no tienes ya la mano sino un muñon de carne masticada que nisiquiera sentiste cuando te la quitaron ? o si tripiesas de un momento a otro y te das cuenta que no tiens piernas ? El menor movimiento en falso del señor Hide y el pez no dudaría en comer, más que por el tamaño, era un banquete para este mistico ser. Cabe destacar tambien, que si el pez ha comido y el libro se cierra, la victima entonces comenzara sangrar de sus trozos faltantes, y todo el dolor correspondiente invadira el cuerpo de golpe. Esa es el arma de Shinigami del conde.

Creo que le conbiene hablar conmigo de forma tranquila y educada, Hide, puedo no fuera que se vaya a arrepentir... dijo con soberbia.

Si le pedía hablarle de él, quizas le tenatra o le provocara más desconfianza, seria como ver quien era el doctor ahora. Asi que descartó esa opción. Me gustaría saber un par de cosas, aunque primero apra poner cartas sobre la mesa. Digamos que se quien es usted, se de donde viene, que cosas ha hecho, y digamos... que por ellas le he estado buscando, pero no para atraparlo como media mundo.

El pez se movía ondulando el aire, siempre cerca del conde y a veces se paseaba por alrededor de la cabeza del señor Hide, seguramente se sentiría atraido por los grandes hombros de este. Apetitosos para el mistico ser etereo. ¿Le dice algo la palabra refugio?

Con un soberbio gesto de superioridad en quizas... terreno, conocmientos, todo. Acerca de la ciudad, realizo un ademan con su brazo izquiedo moviendolo circularmente, dando un paso adelante y moviendo las cejas aun con sus ojos cerrados. ¡ Seamos realistas, señor Hide ! Se detubo frente a una mesa y se volteó a ver aquella mueca en el rostro del tipo que realmente, si era algo aterrador aun para un dios de la muerte que estaba familiarizado con tratar a rostros horrendos, pero muertos.

Usted ha huido a esta ciudad escapando de cuanto policia, politico, militar y quien sabe cuanto humano más le este persiguiendo, ¿por qué ha huido si no nesesita un refugio? No puede mantener mucho el control en aquel cuerpo gentil y timido, por lo que nesesita de todas formas que ésté este bien, no debe quizas poder tampoco con una turba enardecida tan grande como la que le sigue. Sus palabras sonaban serias, ya que si las decía en un tono burlesco como pensaba hacerlo al principio, probalemente la bestia se abalanzaría sobre él.

Conosco cada rincon de este pais, rincones que incluso nadie más podría ver aunque se lo pidiera al dios de los cielos, aqui no solo le perseguiran humanos si comete atrocidades como la reciente... hizo una pausa. Que poer cierto, la policia quizas ya viene en camino. Prosiguió. Se de cada especie, y puedo ver seres que usted no, puedo tratr con cosas que usted no, y me gustaría tener parte de su fuerza entre otras cualidades a cambio de ayduarle a simplemente sobrexistir en Inglaterra.

Sonrió nuevamente mirando más tranquilo al grotesco ser frente de si. Ademas en practicas del canibalismo.. me pregunto si come por comer, o si hay diferencia entre una suculenta presa y otra. Una verdadera tentación del demonio, pero no podría hablar detalladamente de eso aquí.

Ciertamente la respuesta de los gritos y el sufrimiento comparada con Mozart no pudo serle más... hermosa. Calro, pondiendose en el lugar que le agradaran dichas "obras" Sus demas respeustas y exlciaciones hacian coerentes varios puntos en blanco, pues al saber de el, no significaba que sabía todo y nada como escucharlo de si mismo.

Una regocijada sonrisa se le figuró en el rostro ante su pregunta. En primer lugar no quiero que tome lo siguiente como si lo fuera a tratara como una especie de mascota a la cual alimentar. Aclaró la garganta y comenzó. Del señor Henry, su compañia y sus conocimientos en medicina me son sumamente utiles y agradables. Nesesito a un medico calificado en mi mansion. De usted... no mas que un trato, Hide. Mientras trabaje para mí, claro. Tendría usted las mejores presas para sus rituales, y diversion, ya que veo diferencia entre una persona normal ahciendo de su copa de vino y melodiosa obra.. a algo como una simphonia más... delicada o incluso sobrenatural. Podría entender a que se refería, no era muy transparante pero era proque quizas alguien más estubiese escuchando por las cercanias. Pero claro, las presas del señor Hide irian desde angeles, demonios, policiales, quzias alguna asesina contratada ¿quien sabe' hasta tal vez podría desgustar la mismisima carne d ela reina de Inglaterra.

Pudo ver una expresion y tono en Hide que no le hizo bajar la guardia, el pez estaba justo entre ambos con sus fauses apuntando directamente a la garganta de Hide en caso de que se lenzara y asi poder detenerlo de seguro cerrando el libro al instante, ademas de que no le mataría el devoarle aprte del cuello, lo podría dejar apra otra ocasion.

El conde estaba a gusto hasta el momento de la condición, donde él, por seguridad de sus empleados y hasta del mismo Hide debía de imponer. Mientras tapes bien tus huellas y no involucres al persnal de mi mansion, si. Dijo serio ya que no le dejaría comerse o asesinar o violar a nadie de los suyos. Era un observador.. por ahora, y uno siempre muy precavido.

Dejó su mano colgando, ya que al fnal de esto dependía el rtato.

Bien, le espero entonces, estimado. Ultimas palabras antes de estrecharle la mano con confianza y luego suspirar pesadamente ante ver que se llevaba al parecer cada puerta que podía como si se tratase de una colección. Por suerte las puertas de la mansion eran todas dobles, hanchas y altas. Pensaba para si antes de oirse la policia llegar, el salir y luego de un par de preguntas a las que solo respondío algo semejante a un mostruo y desafiar la credibildad de los policias, le llevasen estos mismos a su propio hogar dejandole en las puertas. Un buen tratro se habia firmado hoy, o al menos eso esperaba.


Fin de la escena