Esperando al nuevo sirviente.

Caminando a paso ligero, con el rostro entre inocente y curioso por descubrir un sitio nuevo, entró a la mansión llena de dudas. No sabía cómo sería su nuevo "amo", como siempre había llamado a sus señores y señoras; ni qué tipo de faenas tendría que llevar a cabo.

Se paró en el centro del gran recibidor, con la vista perdida en el techo con cara de asombro, la boca ligeramente abierta y la maleta bien sujeta en sus manos.

Miró de vuelta hacia adelante cuando escuchó a la mujer hablar. Sin borrar esa expresión tímida, se acercó hasta estar lo suficientemente cerca para oírla, pero lo suficientemente alejada para no ser maleducada. Hizo una reverencia educada pero demasiado exagerada, hablando.

-Mucho gusto en conocerla, soy Giulia Dellacourt. - Volvió a erguirse. - El viaje fue bien, muchas gracias.

Se quedó mirando a la mujer con las mejillas ligeramente sonrojadas por el nerviosismo. Sólo esperaba que su "alter ego" no apareciera en el momento menos adecuado. No sabía si debía avisarle a la señora sobre eso, pero por el momento no diría nada.

Empezó a caminar a unos pocos pasos por detrás, mirando a todos lados admirando la exquisitez de la mansión, mientras escuchaba y le iba contestando. Se sentía un poco perdida entre tanto lujo.

-Mi especialidad? Bueno... - Dudó. - Siempre he trabajado como asistente personal, manteniendo todos los caprichos de mi amo, soy muy servicial. Pero trabajo duro y aprendo muy rápido.

Contestó algo avergonzada, no le gustaba hablar de ella misma, en parte porque se sentía muy modesta, pero también porque realmente no tenía una vida propia, solo vivía para servir.

Aquel lugar se veía enorme a simple vista, hacia mucho que no veía una mansión de aquellas dimensiones. Seria interesante si lograba, trabajar para ellos, camino bastante hasta llegar al lugar indicado en donde debía presentarse. Según el había dicho venia de Italia, su nombre era de origen Italiano, aunque su nombre mas bien era de origen ingles. Aquello no era de importancia, nadie se interesaría tanto por su nombre y apellido después de todo seria un simple criado sin nada en especial. Se quedo parado en el lugar citado esperando a la persona que lo entrevistaría para poder comenzar a trabajar en aquella enorme mansión, debía ser duro trabajar allí, aun así para una persona como Dylan, con tantos siglos de experiencia era fácil cumplir con su deber.

El joven estaba vestido para aquella ocación, estaba completamente pulcro, en todo sentido. Hablando de manera exterior tanto cuerpo, como vestimenta y cabello, estaban completamente limpios y bien arreglados. Hizo una reverencia ante la joven de manera respetuosa y cordial.

- Un Placer Lady Auxoria Voltaire, espero que no haya sido una molestia de la manera en que le haya llamado- contesto el muchacho de manera respetuosa mientras dejaba de inclinarse y miraba a la joven nuvamente.

- Soy A'Quila Dylan, vengo de Italia. Es un placer conocerle Lady- dijo haciendo otra reverencia nuevamente, luego aparecio una pequeña sonrisa en el rostro de aquel chico.

- Por cierto ¿como puedo referirme a usted?- le pregunto Dylan refiriendose a como deberia llamarla, para no ofenderle o algo por el estilo, como para que la señorita pudiera sentirse comoda con el trato que le proporcionara Dylan.

El joven sonrio, al escuchar la respuesta de la joven dama. Parecia ser una joven amable, no dejo de sonreir, sus orbes color violetaceo se concentraron el la figura de la joven mujer. Una muchacha interesante o mejor dicho una mujer interesante, para Dylan.

- En ese caso, de ahora en adelante me referire a usted de esa manera Lady Aura- la voz de Dylan se escucho con un toque dulzón o mas bien aterciopelado, con toques de amabilidad y formalidad a la vez. Se notaba que tenia experiencia en ese campo. Al escuchar la pregunta de la joven duquesa solo `pensó unos tres segundos en su respuesta y la contesto al instante.

- No me especializo en una sola cosa, como todo sirviente me especializo en varias... como cocina, jardineria,limpieza, carpinteria, plomeria, costureria... tambien se tocar un poco el piano- contesto Dylan de una manera rapida entendible y sencilla. Aunque seria un poco raro saber todo aquello para un humano.

- Tube una infancia dificil, asi que he trabajdo en distintos lugares- aclaro como simple escusa como para mantener apariencia, debia actuar como un humano apesar de todo.

Se sorprendio un poco por aquella actitud en la joven, tocar el piano era su habilidad principal aun asi el no se veia como un profesional siempre que tocaba intentaba hacerlo de una manera perfecta aunque no alcanzaba esa perfeccion que queria, no quedaba satisfecho consigo mismo.

- Si eso es lo que la señorita desea, lo hare gustoso- dijo con una pequeña sonrisa en el rostro mientras seguia a la joven duquesa, era extraño. Era la primera vez que veia actuar a un noble de esa manera. Aquella joven le dio una gran sorpresa.

- ¿ que le gustaria que tocase? Lady Aura- le pregunto amablemente mientras aun le seguia, al parecer se divertiria bastante en aquel lugar.

Vio aquella habitacion, era bastante bonita. Y aquel piano precioso, al escuchar a la joven aura sonrio y asintio levemente con la cabeza, no era su especialidad tocar de a dos pero sabia ir al mismo ritmo que otro, al menos esforzarse para ir a la misma velocidad y nivel.

- No es mi especialidad, pero puedo intentarlo- le contesto con una pequeña sonrisa en el rostro mientras se sentaba en donde le indicaba la joven duquesa, se sento con extrema delicadeza y de manera formal.

- Cuando usted quiera Lady Aura- le dijo esta vez sin mostrar una sonrisa,mientras miro fijamente aquel piano, parecia ser serio con esa clase de instrumento. Talvez por el simple hecho de que le gustaba tocarlo. Se podia notar por el simple hecho de como miraba el piano.

Al escuchar a la joven dama apoyo suavemente su largos dedos sobre aquellas blancas teclas y comenzo a presionarlas, a las primeras notas que habia escuchado emitirse del otro piano rapidamente supo cual era la sonata, le seria mas facil asi. ra una pieza bastante dificil pero se la acordaba de memoria, sus dedos comenzaron a moverse al compaz de los movimientos de la duquesa. Podia sentir como fluia la musica, sus dedos se movian solos, por simple inercia como si no fueran parte de el, podia sentir la musica fluir. Solo se dejaba guiar por sus instintos, parecia solo dejarse llevar. Siempre era asi con el piano, apesar de que dijera que aveces no quedaba satisfecho. Cada vez que tocaba, todo parecia desaparecer.

Dylan no tenia ningun problema en seguir el ritmo de la duquesa , solo se dejaba llevar por la musica, al hacer eso las cosas se le hacian completamente sencillas. sus dedos se volvian veloces y hábiles con cada movimiento que daban o hacian, parecian tener vida propia, era como si bailaran entre si aquella preciosa sonata la cual se escuchaba en aquel momento. Cerro sus ojos solo sintiendo aquel momento fluir entre sus dedos, escuchando cada nota cuidadosamente de cada piano, iban al compaz no se podia decir que de una manera perfecta pero ambos lados, creaban un hermoso ambiente con un concierto unico... cualquiera que estubiera escuchando aquello estaba disfrutando un concierto gratis, en vivo y directo.

Termino de tocar al mismo tiempo que la joven duquesa, sus movimientos al terminar fueron suaves y dulces, mas que un demonio se parecia a un angl en la manera que trataba al piano. Miro a la duquesa y sonrio levemente al escucharle, bajo levemente en la cabeza en modo de agradecimiento. Al parecer le habia agrado a la señora de la casa, eso no era malo. Hasta pudo divertirse un rato con el piano gracias a ella.

- Me alegra que haya sido de su agrado Mi Lady- sonrio nuevamente mientras miro levemente el piano y solo toco las teclas con las yemas de sus dedos sin producir algun tipo de ruido. Se levanto del asiento en el cual estaba sentado y se acerco a la joven dama mientras extendia su mano.

- Permitame ayudarle- dijo amablemente mientras hacia una reverencia ante la joven Dama de manera respetuosa, para una dama debia ser algo dificil moverse con un vestido como aquel, aunque parecia ligero. Debia ayudarla como un buen sirviente.

Sintio la pequeña y suave mando de la joven duquesa, sobre la suya. La ayudo de una manera cordial para que se levantase la joven dama. Una vez que se levanto comenzo a seguirle. De seguro le moestraria las instalaciones del lugar. Despues de unos momentos escucho la pregunta de la Duquesa, ¿que edad tenia?, su verdadera dad la habia olvidado, pero aparentaba unos 19, o mejor dicho 20 o 21 años.

- Tengo 21 Lady Aura- le contesto con una sonrisa el joven de cabello color azabache mientras le seguia, aparentaba masomenos tener esa edad, ademas tener aquella edad era conveniente, por lo general significaba que era un adulto. De todas maneras los rasgos del joven Dylan eran todos adultos a excepsion de su sonrisa lo hacia ver un poco mas joven, solo le sacaba unos dos años, no mucho.