Caminando por las escalofriantes calles {Privado}

¿Quien o diría?, aquel había lugar había cambiado bastante desde la ultima vez que Dylan vivió allí, ¿cuanto había pasado?... seguro un siglo, siglo y medio. No podía creer la cantidad de crímenes que salían a la luz cada día en aquel lugar, se veía divertido aquello el viejo Londres se había convertido en la cuna de terribles asesinatos, secuestros y otros horrores mas, que eran causados por humanos y "otros", entre esos otros al parecer había variedad de razas para mencionar. El oji-violeta parecía contento de estar allí, solo había decidido ir a dar una simple vuelta y se había encontrado con más de un rumor sobre desapariciones, asesinatos extraños, etc. Aquello pintaba mas interesante de lo que esperaba, hasta podía ver como la gente de manera inconciente intentaba protegerse, alejándose de los lugares peligrosos. En un omento vio como una pequeña niña bastante bonita era perseguida por una mujer que parecía tener la mirada perdida, solo seguía a aquella niña. La cual de seguro era aquella criatura que se alimentaba de sangre humana, eran los únicos que utilizaban ese tipo de métodos para comer humanos, seducirlos con belleza, hipnotizarlos, llevarlos a un lugar solitario y hacer lo que se les plazca con ellos. Después de todo era entretenido jugar con la comida. Al mayordomo no le intereso mucho lo que le pudiera pasar a aquella mujer, los humanos que no tenían muy buena fuerza de voluntad no le interesaban ya que eran muy fáciles de atrapar y amaestrar.

- Que aburrido - susurro mientras bostezo levemente y siguió caminando por aquel lugar, mirando los lugares interesantes que habían, entre ellos vio a una pastelería. Su olor le llamo la atención, de ella salía un aroma delicioso. Decidió entrar a esta y comprar algunas masas dulces, salio con una pequeña bolsa de papel de esta que contenía los dulces que había comprado en la panadería y siguió caminando.

El día libre, perfecto para poder ir a conocer Inglaterra, así que sin más, se despidió de su gemela y no tardó en irse por las grandes calles de la ciudad, mirando todo cuanto había a su alrededor, no estaba mal aquel sitio, sin embargo… El lugar que llegó a meterse no le gustaba mucho, unas calles oscuras y un tanto siniestras, había oído hablar de ellas, calles en donde la gente cavaba por desaparecer, cosa que al día siguiente aparecían pero ya sin vida.

Por muchos rumores que había escuchado tenía que pasar por allí, quería ir a mirar tiendas, y poder hacer un regalo a su princesa, y con eso en mente, unos simples rumores no le harían retroceder.
Siguió en su búsqueda, de haber tienda había, pero precisamente ninguna llegaba a llamarle la atención.

Es más, ¿qué le compraría exactamente? Aun no lo tenía del todo claro… Curvó ligeramente los labios llegándose a fijar en una tienda de dulces, ¿cómo serán los dulces de este lugar? Podría gustarle aquello a su gemela.
E inconscientemente llegó a sonreír mientras que sus pasos se dirigían hacia la tienda, en donde dejó que saliera un hombre de cabello azabache para después entrar el a echar un vistazo y qué sería lo mejor para ella…

Raramente Dylan no habia visto a aquel niño, estaba distraido viendo que contenia aquella pequeña bolsa de papel, que choco contra aquel rubio de frente. Todo sucedio rapidamnte, la pequeña bolsa se rompio por abajo dejando caer todos los dulces arriba de la cabeza del rubio, llenandole la cabeza de azucar, crema y dulce. El oji-violeta apenas alcanzo a reaccionar ante aquello, solo vio la cabeza del rubio toda llena de dulce... una hermosa cabellera dorada llena de dulce... la habia hecho, un pelo tan bello y brillante como aquel.

- Ah... lo siento- dijo mientras pasaba levemente su mano por la cabellera rubia de Len, sacandole el resto de la masa que le habia quedado arriba del cabello, de seguro aquel pequeño joven estaba furioso por aquel aconsentimiento, o talvez no... talvez se habia quedado tan sorprendido como Dylan de lo repentino que habia sido aquello, miro al rubio.

- En verdad lo lamento joven, dejeme reparar mi error- dijo mientras le sacaba un poco de crema que tenia en uno de los mechones de sus cabellos dorados, Dylan se sentia "algo mal" por haber ensuciado tan hermosa cabellera, era oro aquello. Un cabello que era tan dificil de ver, se podia decir que el color escaseaba y el iba y lo ensuciaba, era lo que faltaba.

"ah, un cabello tan hermoso... ¿como pude?", penso mientras seguia mirando aquella cabellera, ahora llena de dulce, azucar y crema.

Un paso en falso y… Todo pasó en un segundo, ahora se encontraba recubierto de aquella masa dulce por encima de su cabeza.
Se quedó sorprendido, tan solo se quedó con la mirada hacia delante para después reaccionar ante la disculpa del otro, cual el tan solo negó con la cabeza a la vez que intentaba quitarse la masa que tenía sobre los hombros y cabello.
¡Oh vaya! Ahora tendría que volver a casa y darse una buena ducha, se acabó de mirar el regalo…

Resopló a la vez que curvaba los labios y llevaba su mirada al otro, se le quedó mirando para después volver a suspirar. –No se preocupe…- Musitó, por suerte tenía cierta paciencia… Si no, ya estaría gritándole por lo sucedido, aun que quizá culpa no tenga el hombre.
Siguió quitándose con sus manos los restos mientras que escuchaban pequeñas risitas por detrás, cosa que echó una mirada casi fulminante a aquellos quien se reían.

Después de ello, se miró por encima, el traje estaba sucio… Entrecerró sus parpados y por una vez más, posó su mirada azulada encima de la del otro. –Si me disculpa…- Dijo mientras hacía una reverencia de cabeza en forma de despedida, ahora tendría que volver a casa echo un asco…
Y pensar que este sería un día “divertido”…

Escucho a algunas personas reirse de la pequeña desgracia del joven rubio, el miro a aquellas personas de una manera algo amenazante, dejaron de reirse al instante su mirada fria dio por momentos aquel miedo inusual que sentian siempre aquellas personas al caminar por las calles cada vez que sus debiles cuerpos sentian cada vez que el peligro estaba cerca. Luego vio como el joven rubio se retiraba de alli, Dylan suspiro y se saco el saco negro que era parte de su uniforme de trabajo y se lo puso al muchacho sobre sus hombros.

- Asi al menos no se ve tu ropa manchada- dijo mientras le sonrio levemente. Aquel niño, la ropa que usaba, se quedo pensando por instantes, si no habia duda debia trabajar de lo mismo que el, solo los mayordomos o sirvientes usaban ese tipo de trajes, penso solo unos segundos en la pregunta que le haria a aquel niño.

- ¿para que familia trabajas?- le pregunto sin dar ningun tipo de rodeo, aquella pregunta de seguro la entenderia facilmente aquel niño, era facil de contestar. Solo era una palabra la que debia decir la familia a la cual pertenecia, era sencillo.

- Debo disculparme con su superior, he manchado terriblemente su traje y su hermoso cabello- le dijo algo preocupado mientras le miraba levemente esperando su respuesta. No sabia porque pero sentia que a aquel chico le veria muy seguido, era una sensacion bastante extraña aquella.

Sus pasos firmen se detuvieron en cuando sintió que algo se posaba encima de sus hombros, no tardó en mirar, observando el chaleco típico de los sirvientes, se podría decir que parecido al suyo, pero más grande y un tanto diferente.
Se quedó mirando la prenda para después girarse un tanto para poder visualizar al hombre, ¿le prestaba el chaleco? Pero ni sabía si se podrían volver a haber para devolverle la prenda…
Resopló y negó poco a poco con la cabeza, hasta que escuchó su pregunta.

Sorprendido, ¿a qué venía tal pregunta, era algo de importar? Se le quedó mirando, ¿estaría bien decirle, podría fiarse de un desconocido? Ante su duda no dijo nada, pero ante las últimas palabras del otro le hicieron cambiar de parecer.
Disculparse con su superior… ¿Estaría bien llevarle ante ella? No, por una tontería igual no hacia falta molestarla… -No hace falta señor.- Murmuró, tampoco le dio mucha importancia ante el cumplido de su cabello ya manchado.

Aun que… Dicho así, era la primera vez que le decían algo igual, igualmente…. –No es necesario que se moleste por algo igual, solo fue… Un accidente…- Volvió a decir mientras que no apartaba su mirada de él, como si fuera lo más interesante que hubiera en esos momentos.

Aquel joven era bastante modesto, si tenia razon habia sido un accidente aun asi podrian reprenderle por llegar asi a su "hogar". Miro al rubio fijamente, no podia dejar las cosas asi, se sentiria culpable. Suspiro nuevamente, sin dejar de mirar al rubio.

- Aunque sea dejeme escoltarlo, porfavor me siento culpable por lo sucedido- le aclaro el peliazabache mientras se cruzaba levemente de brazos y luego le sonreia al rubio, ¿que mas podria hacer?, ademas raramente le estaba llamando la atencion un ser humano. Eso si que era extraño.

" Debe ser el cabello", penso aun arrepentido del pequeño incidente, le gustaba demaciado el color dorado por lo que se veia. Sentirse arrepentido por algo tan minusculo como aquello, claro "minusculo" para un demonio. Por lo general a los demonios no les interesaba los problemas que les pudieran causar a los seres humanos, para ellos eso era minimo o mejor dicho nada.

- por cierto ¿Cual es su nombre joven de cabellos dorados?- Aquella pregunta fue acompañada por una sonrisa y un tono bastante amable.

¿Para que tanto molestase? Se le quedó mirando para después deslizar su mirada hacia otro lado, quizá pensando en que clase de contestación formular, cierto que el traje del mayor era de un sirviente, sin embargo no acababa de fiarse, no es que fuese un desconfiado, si no que tampoco le gustaría que le siguiera hasta casa y llegar a hacerle daño a ella… Así que mejor andarse con ojo….

De nuevo, condujo su mirada hacia el y se encogió de hombros mientras que soltaba un ligero suspiro. –Mi nombre es Len.- Contestó mientras que su mirada estaba en él.
Se cruzó de brazos, con cuidado que no llegue a caerse la prenda.
Al parecer el otro insistía mucho en llegar a hacer algo para disculparse, pero realmente no le importaba aquello, como bien dijo solo fue un accidente…

Se quedó pensativo un rato, si dejaba que aquel tipo fuera con el tendría las posibilidades que sabría como ir allí a robar o a algo peor, pero si en realidad no era mala persona… ¡Argh, maldita sea su personalidad! Resopló y asintió con el rostro. –Vale, puede acompañarse si es lo que desea…- Masculló mientras que volví a caminar, no antes esperar a que el otro le siguiera.

Asi que el nombre de aquel pequeño canario era Len, un bello nombre para un pequeño niño como aquel, Len... era un nombre oriental, aunque al verle no parecia para nada oriental. El cabello de aquel niño era rubio oro y sus ojos eran dos pares de grandes y hermosos rubies.

- Asi que Len, mucho gusto yo soy Dylan- se presento solo con su nombre ya que su apellido era un poco dificil de pronunciar, Dylan era m,as facil ya que era ingles y era un nombre bastante comun por lo que el sabia, miro al rubio parecia estar dudadndo y desconfiando de Dylan. ¿quien no lo haria?, era un completo desconocido. Llevarlo ante su dueño o al lugar en donde trabajaba era un riesgo nisiquiera el mismo Dylan confiaria de esa forma, claro pero con el las cosas eran distintas, ya que si intentaban algo malo el podia saltar y matar. Despues de todo ademas de mayordomo era un asesino y demonio. Despues de todo no era un santo. Al escuchar a Len sonrio.

- Sera un placer- contesto ante la propuesta del joven y comenzo a seguirle, no presto mucha atencion en la direccion en que iban aunque se le hacia algo conocida. Aveces Dylan podia resultar ser un demonio bastante despistado, era una de las cosas en que fallaba aveces.

En cuando el otro se presentó no tardo en hacer una pequeña reverencia de cabeza conforme de respeto para después volver a caminar una vez que el otro empezó a seguirle.
Puede que este haciendo mal, pero sabría como actuar si algo malo pasaba, así que no habría problema ante ello…
Ahora lo único que quería era poder darse un baño y… Mañana poder continuar con lo que quería desde un principio…

Fue caminando con cierta rapidez, ¿prisas? Puede, tan solo con el echo de poder bañarse, sabría que una vez salir del baño ya sería tarde, así que aprovecharía a mirar un poco más la mansión, intentando averiguar que pasa en realidad en aquel sitio, ya que… No era normal lo que había visto ayer… Cuando fue su primera vez en aquella estancia de la mansión, aquella sombra… Daba igual cuanto tendría que mirar, pero en cierto modo sentía una gran curiosidad.

Poco a poco se fueron acercando más a su destino, más, empezó hacer algo de frescor, así que sin más con el chaleco del otro llegó a ferrarse más a esta para no coger tanto frío.
Sin embargo se paró en seco, ya quedaba menos para estar en la mansión, por no decir que la gran casa se encontraba delante de ellos, pero mejor disimular aquello. –Bueno… Lleguemos, no hace falta que vaya a disculparse y gracias por acompañarme… .- Dijo mientras que se quitaba el chaleco y se lo entrega de nuevo.

En cierto modo, la mansión se situaba un par de pasos más adelante, pero precisamente no le llevaría justamente delante, solo un por sí acaso.

Aquel joven habia acelerado el paso, Dylan tambien lo hizo como para no perder de vista al pequeño muchacho, cada vez se iba haciendo mas cercano el destino al cual debian llegar. Y al peliazabache se le hacia cada vez mas conocido el camino, miro levemente las acciones del oji-celeste al ver como una pequeña brisa de frio comenzaba a a levantarse, solo sonrio al verle como se cubria mas con su abrigo. Le quedaba bastante grande a aquel chico, pero era solo por el siemple hecho de que el cuerpo del rubio era bastante pequeño, despues de todo Dylan no era exageradamente enorme, mas bien su cuerpo era de tamaño normal, vio como paro de repente el niño. El tambien paro derepente y se quedo mirando la mansion, escucho al niño y solo se limito a reirse levemente. Aunque no dijo la razon por la cual se reia.

- Asi que trabajas con esta familia- dijo sonriente, luego le miro nuevamente y suspiro mientras le dio una pequeña palmada en la cabeza, aun con dulce en esta. Dylan no pudo evitar llenarse con dulce la mano.

- En ese caso quedate con el abrigo, puedes pezcar un frio si no te cuidas- sonrio y luego hizo unos pasos para atraz mientras miro nuevamente la mansión, para que decirle que trabajaba alli. De seguro se enteraria enseguida de que lo hacia, levanto la mano para despedirse.

- Hasta luego joven Len- dijo mientras se daba media vuelta y comenzaba a irse por otro lado, despues de todo tenia varios lugares por donde entrar a la mansion iba a entrar por otro lado en donde le quedara mas cerca de el lugar en donde debia hacer los quehaceres.

En cuando el otro se empezó a reír no lo entendió, ¿a que venía esa carcajada? Lo único que hizo fue fruncir el ceño a la vez que se le quedaba mirando con cierta seriedad, ¿qué estaría pensando el otro, de qué sería capaz? Es más, ¿por qué le entregaba el chaleco?, si no sabían cuando se volverían a haber…
Era extraño lo que el otro hacia, más sintió aquella pequeña palmada en la pringosa cabeza.

No, no le gustaba nada…
Se le quedó mirando como se iba, si no antes despedirse sin levantar sospechas. –Ya nos veremos, señor Dylan…- Murmuró apenas para después al no ver más al otro se dirigió con pasos acelerados hacia la mansión, fue mirando de vez en cuando hacia atrás con disimulo, a la vez que mirada a su alrededor.

Tendría que ir con mucho cuidado… Así que sin más sus pasos fueron acelerando, hasta que al final quedó al frente de la entrada de su verdadera mansión, allí volvió a mirar a su alrededor, al parecer no había nadie, bien, no habría problemas…
Así que no tardó en entrar con cierta tranquilidad, pero a la vez algo acelerado por si el otro acababa por viéndole.