Una mañana en el Lago[Privado]{Len}

Después de hacer sus deberes matutinos, habia salido a afuera a ver a su pequeña amiga. Esa lechuza siempre necesitada de atención, era normal por lo general los de su especie eran solitarios y no jugaban mucho entre ellos, se podia decir que solo jugaban con sus presas, pero esta lechuza era extraña, jugaba con un demonio. Algo imposible de creer, aveces Dylan se preguntaba el porque con el, era un mounstro pecador podria matarle si queria hacerlo.
Se sentó a una orilla de aquel lago, del cual corrian rumores extraños... a el le daban igual esos rumores nisiquiera les hacia caso, era como decir que en la mansión habia demonios, era algo obio el era uno y de seguro que no era el unico... ahora que recordaba nunca en su vida habia sacado su forma original, aunque nunca le habia interesado hacerlo, de seguro era porque le gustaba su forma humana, aveces uno cuando se acostumbraba mucho a usar un disfraz empezaba a encariñarse con este.
Se quedo mirando el lago por un rato, hasta que aquella ave aparecio y se poso en su hombro para saludar a su jefe, el joven acaricio su plumaje de una manera afectuosa.

- Hola pequeña, ¿viniste a comer?... ten cuidado con los peces de este lago, podria deborarte alguno- le dijo en tono bromista, esta solo levanto vuelo ignorando la advertencia de este y comenzó a sobrevolar por el lago, mirando casi todo el perimetro de este con sumo cuidado buscando algun pesecillo para poder comer. Un ave estrategica como esa, le gustaba tenerla de su lado le servia bastante. En todo sentido le servia y era mejor que tener a un ser humano como mascota.
Siguió mirando al animal para ver como cazaba su presa en un momento dio un giro inesperado y bajo en picada hacia cierto lugar del lago, en cuanto llego a este estiro sus patas y agarró un pez de tamaño mediano, de seguro quedaria satisfecha con ese pez. Luego de agarrarlo se dirigio a un lugar de la orilla para comerlo con mas tranquilidad, estaba bastante alejada de Dylann, como todo animal salvaje no le gustaba que la interrumpieran mientras comia, era asi con todos.

- Que pequeña...- dijo mientras solto una risita leve y se recostaba en la hierba con los brazos detraz de la nuca mientras miraba el cielo, cualquiera diria que estaba haraganeando. Pero ya habia hecho la mayoria de los deberes de la casa asi que estaba tranquilo, solo se quedaria alli un rato.

Trabajo, tenía que ir a limpiar a la yegua de su princesa, y esta supuestamente estaba en las afueras de la mansión, si no había entendido mal diría que estaba en unos establos que estaban justamente al lado del lago.
Así que sin dudarlo fue allí, y ya era hora de ir a atenderla, ya que seguro que estará muy aburrida…
Tan solo recordar los momentos “difíciles” que pasó junto al animal sonrió un tanto, realmente era complicada de domarla, casi siempre estaba escapando, eso si, siempre obedecía a su señora.

Resopló y pasó su mano por detrás de su propia nuca, espera que esta vez no llegara a escapar.
Tan solo miró a su alrededor, dándose cuenta de aquel hermoso lago que se encontraba a un lado, perfecto y hermoso…. Realmente digno de admirar.
Se detuvo, para así poder contemplar mejor aquel maravilloso paisaje.
Después de un rato contemplar decidió proseguir con el trabajo, sin embargo… Escuchó ciertos ruidos, cosa que le llamó la atención.

En cierto sigilo miró a su alrededor, en busca de aquel peculiar ruido, y al asomarse entre los arbustos de unos rosales se encontró a la lechuza de aquel sirviente, se le quedó mirando para después sonreír, pero se dio cuenta de que estaba comiendo, así que prefirió dejarla hacer lo suyo.
Aun así, si ella estaba aquí puede que… Miró por una vez más su alrededor.
Le estaba buscando, si, quizá lo podía encontrar….

Volvió a caminar dejando el animal que hiciera lo suyo, sin embargo sus pupilas iban de un lado a otro en busca del dueño de la lechuza, quizá… Quizá este cerca… ¿No?

El peliazabache siguio acostado en el suelo, mirando el cielo. No podia estar mas relajado, pero sus sentidos eran muy agudos, por lo que podia sentir todo lo que se encontraba sobre su perimetro, miro por el rabillo del ojo hacia una dirección y vio una pequeña silueta, muy parecida a la de un niño. Se concentro un poco mas en esta y pudo identificar a esa persona, era el pequeño Len. un humano que le llamaba la atención. Raramente alguno le llamaba la atención, se sento en el suelo y miro a aquel joven que se acercaba, sus cabellos color oro... le encantaba su color de cabello.

- Yo- saludo mientras levantaba levemente la mano y miraba al joven de ojos color... eso nunca lo habia visto, se paro para acercarse al chico, una vez que estubo cerca de el se agacho para mirarle mejor a la cara. le miro bien a los ojos. Quedo algo impresionado por el color que tenia y sonrio.

- Vaya Len tus ojos parecen dos zafiros, que envidia. Ademas de un cabello hermoso tienes dos luceros preciosos- comento el peliazabache mientras se alejaba de su rostro, ahora le llamaba mas la atención aquel niño... era mas interesante. De repente la pequeña lechuza se acerco a ambos, pero en vez de posarse en el hombre de Dylan fue a parar al hombro de Len.

- Je... encerio le agrdas- dijo mientras miraba aquello atentamente y luego sonreia levemente. Le acaricio la cabeza a Len despeinandole algunos cabellos de la cabeza. A que raro nunca habia tratado asi a un humano, era extraño

Poco a poco iba caminando, en busca de aquel… Pero… ¿¡Por qué diantre estaría buscándole!? Sin saber motivo alguno frunció suavemente y sin exagerar el entre cejo, que cosas… Mira que pensar en algo así… Tan solo cerró por unos breves segundos sus luceros para después entrecerrarlos, dejando escapar un pequeño y frágil suspiro.

Sin embargo no tardó en percatarse de una figura no muy lejos de donde se encontraba, ladeó un poco la cabeza para poder visualizarle mejor y al hacerlo se percató de quien era. Al final le encontró…
Parpadeó mientras que se le quedaba mirando, escuchando aquel saludo del otro, cual correspondió con una simple reverencia de cabeza.

Pero una vez que el otro llegó a acercarse a cierta distancia abrió sus parpados de la sorpresa, ¿a qué venía eso? Tan solo agachó un poco la cabeza mientras que curvaba los labios, ¿y eso… Por qué le miraba tan fijamente? Aun así, al escuchar su comentario parpadeó dos veces casi sin creérselo ¿le estaba tomando el pelo?

Ante ello se quedó sin habla, tan solo dejó escapar un pequeño suspiro hasta que apareció la lechuza, cual la observó hasta posarse sobre sus propios hombros, en donde le sonrió, conduciendo su mano derecha sobre el bello plumaje del animal, acariciándole con ternura. –Hola, cuanto tiempo, ¿verdad?- Le habló cariñosamente, para después mirar al otro y sonreírle.

Aquel niño... podia decirse que era una figura pura e inocente, aquel tipo de figura caricativa que cualquier humano la identificaria como "angelical", para el comparar aquel niño con un ángel seria demaciado, se sabia bien que los angeles eran seres engañosos y bellos. Los humanos siempre pensaban que aquellas figuras eran Nobles, leales , protectoras y que estaban del lado suyo. Con tan solo pensarlo el se reia solo, si los humanos supieran que en ese mundo estaban solos... si supieran sobre la verdadera naturaleza de un angel... ¿como reaccionarian?. Dejo de pensar en aquello y miro al rubio, no podia negar que a los humanos aveces daban ganas de ensuciarlos y corromperlos... tan puros, tan inocentes...

- Al parecer te extrañaba, eres su unico amigo... hablo de que eres su unico amigo adolescente, se podria decir que solo nos tiene a ti y a mi- dijo con tranquilidad mientras miro a la lechuza, era demaciado cariñosa con Len. La verdad era que daban ganas de abrazarlo, era como un conejito de felpa o un pollito, lindo y abrazable. A Dylan no le perturbaron sus pensamientos aunque le sorprendieron un poco.

- "pollito... conejito... ¿desde cuando penso eso de un humano?, no puedo negar que Len es lindo"- pensó tranquilamente mientras dio un lebe suspiro y se sentó en el suelo para mirar el lago nuevamente, vio como la lechuza levanto vuelo nuevamente. De seguro seguia con hambre y volveria a pescar algo.
La caseria de aquel animal habia empezado de nuevo, comenzó a sobrevolar el lago nuevamente buscando una nueva presa, talvez mas pequña que la anterior, no lo sabia. Pero le encantaba ver la caseria de su subordinado, un animal podia a llegar a ser tan inteligente y estrategico, hasta podia inspirarle para nuevas formas de pelea.

» Llegando en una fría mañana.
» La frescura del lago. - Leyenda.
» - Privado. -
» Hombres de fe [Privado]
» Coma *Privado*