El mago (Privado: Stratos)

Tema: El mago (Privado: Stratos) Dom Abr 12, 2009 10:56 pm

Aún llegaba parcialmente el bullicio de la planta superior. Los innumerables ebrios gritando, cantando, o sencillamente, discutiendo; las estridentes risas resonando, la vibración del techo cuando los robustos hombres caminaban con pesadez. La iluminación no ayudaba en demasía, al apenas contar ese lugar con una vieja lámpara que colgaba tristemente de la parte superior, notándose en su cableado que había sido reparado incontables veces. La frase del varón se repitió en un eco en aquella estancia. "Ven a mi, Schatten". Pareciese como si el propio viento susurrase tales sílabas. De pronto, el silencio.

La tranquilidad en la que se vio sumida el sótano pudo haber dado a entender que nada más ocurriría, pero, para un ojo perspicaz, se notaría como las sombras en el suelo comenzaban a moverse de manera aleatoria. Si acaso a danzar, acumulándose todas en un mismo punto. De aquel cúmulo comenzó a emerger una masa sólida, negra como la brea. Paulatinamente aquella deformidad fue moldéandose, fueron definiendose sus delgados brazos, sus finos dedos, y su grácil silueta. El color se mantuvo en su cabellera, misma que caía en cascada hasta su cintura, o quizá más abajo.

- ¿Qué es lo que veo? ¿Un nuevo cliente?

Susurró una voz masculina, un tanto bufonesca. Sus ojos, rojizos cuan rubíes, alzaron la mirada hasta observar la silueta de aquel hombre que le llamó. Aún las sombras terminaban de adquirir forma en el cuerpo del demonio, notándose sus elegantes prendas, y aquel amplio sobretodo que cubría su torso, y una basta porción de sus piernas. Súbitamente, la criatura encorvo hacia adelante su cuerpo, realizando una cortez reverencia.

- Mucho gusto... Schatten, "La sombra", "El mago", para servirle... Dígale a este humilde servidor vuestro deseo, y, si tanto lo anhela, podríamos llegar a un acuerdo.

Tema: Re: El mago (Privado: Stratos) Lun Abr 13, 2009 12:41 am

Vería como aquellas sombras tomarían forma corpórea y retrocedería cayendo sobre sus partes traseras al tropezar con un tabón flojo del piso del sótano de la taberna. Reiría, reiría con demasía, histérico y falto de razón, todos sus prejuicios y falta de creencia hacia aquello simplemente se esfumaría con las pruebas que allí se le presentaba.

Existían los demonios! No solo eso, si no que él había convocado uno! Temblaba de la emoción y sus labiales deformadas en una extravagante sonrisa al igual que su único ojo visible abierto intentando diferenciar bien en la oscuridad a la figura del alto demonio. No sentía miedo, ese ser era suyo y sabía que podría controlarlo.

- Deseo? Un deseo…

Un deseo… no había pensado en ello! Solo un deseo… La duda inundaría su rostro y se levantaría acercándose curioso a su nueva adquisición, aún no podía controlar su excitación soltando efimeras risas y temblores en sus manos.

Tema: Re: El mago (Privado: Stratos) Lun Abr 13, 2009 1:36 am

Las comisuras del varón se levantaron, dibujando en ese tétrico rostro una amplia sonrisa que dejaba entrever la inmaculada dentadura del demonio. Caminó hacia su invocador de manera lenta, oyéndose cada paso que daba, al resentirse la madera a sus pies por el peso de su esbelto cuerpo. Las sombras, aún resentidas por la invocación, parecían danzar en el suelo entorno a la del demonio. La risa que producía aquel humano le producía extasis, pues estaba un tanto alejada de la cordura.

Asintió con la cabeza cuando el hombre repitió sus palabras, y, carraspeando con disimulo su garganta, aclaró la voz.

- Así es, mi estimado joven. Este humilde demonio que se postra ante usted le podrá conceder un deseo, cualquiera, con pequeñas excepciones, claro está. Por ejemplo...

Caminó hasta el individuo, y extendió hasta su rostro la mano diestra. Con la yema de los dedos protegidas por sus sedosos guantes, acarició el parche que cubría el ojo de su interlocutor.

- ¿No le gustaría recuperarlo?

Tema: Re: El mago (Privado: Stratos) Lun Abr 13, 2009 2:30 am

Fascinado levantaría su mano a donde los largos dedos del vampiro habían tocado bajando su mirada de manera pensativa. Había sido una oferta que le costaría rehusarse pues era algo que había anhelado desde el mismo instante de que supo que no podría recuperarle. Negaría con su cabeza levantando su único ojo para vislumbrarle con dureza

- Ese no es mi deseo… Me gustaría pero no es lo que deseo

Volvería a reírse de aquella forma y tomaría las mejillas del del demonio entre sus dedos palpando su sobrenatural textura

– Mi deseo es tenerte para mi. Deseo que cumplas cada uno de mis deseos…

Tema: Re: El mago (Privado: Stratos) Lun Abr 13, 2009 2:51 am

- Esa es una oferta, mi estimado, que debo verme obligado a rechazar.

La tez de aquel hombre no solo era pálida y nívea como el marfil, sino que, al tacto, poseía una dureza petrea, y una gelidez escalofriante. Podría incluso especularse de que se trataba de un cadaver. Retrocedió, dándole brevemente la espalda al joven que le invocó mientras comenzaba a recorrer la estancia, abrazándose a si mismo con ambos brazos entretanto adoptaba un semblante pensativo.

- Muchos demonios tienden a entregar su lealtad por un contrato, y, en su época, también fui así. Pero con el pasar de los años, decidí aferrarme a mi autonomía. Es por eso, joven, que la humilde sombra que está ante usted solo podrá ofrecerle deseos más concretos. - Se detuvo, finalmente, a cinco pasos de distancia de su interlocutor. - Venganzas, amores frustrados, extremidades perdidas... Pequeñas ambiciones humanas que no siempre están al alcance de sus manos.

Tema: Re: El mago (Privado: Stratos) Lun Abr 13, 2009 2:58 am

Negaría con su cabeza gritando en su lengua madre, italiana, una negación, ambas manos tras ser resbaladas en caricias en tan marmórea superficie irían a su rostro negando con más ahínco

- La ambición humana es muy grande para limitarse a un solo deseo!

Caminaría hacia y se postraría delante de su camino, sobrepasado en altura debería alzar su rostro para mirarle a sus ojos rojizos cual sangre humana

- No puedo aceptar solo un deseo… eres un demonio, pensé que su poder era mayor a solo esto.

Haría nudo sus brazos al entrelazarlos sobre su pecho tercamente.

Tema: Re: El mago (Privado: Stratos) Lun Abr 13, 2009 3:47 am

- En el fondo es posible, mi estimado, es posible.

Se hincó delante de él, y sujetó su mentón con la mano diestra, moviéndole el rostro para que nuevamente, ahora con la nueva altura, sus miradas se cruzasen. La siniestra se aproximó al pecho del aludido, golpeando en el centro del mismo con la yema de los dedos índice y medio.

- ¿Qué hay aquí? ¿Qué ambición le impulso a llamarme? Debe haber un deseo que esté por encima de todos los demás... ¿Qué desea? ¿Poder?

Tema: Re: El mago (Privado: Stratos) Lun Abr 13, 2009 4:43 am

Sacudiría su rostro librándose del agarre del demonio volviendo a negar con vehemencia con su cabeza donde él retrocedería varios pasos

-No. No! NO!

Gritaría fuera de si volviendo a mirar por su único ojo

-Poder, dinero, inmortalidad, mi… mi ojo! Aniquilar a la competencia… son demasiados los impulsos, vine aquí pensando que me darías todo lo que quería pero veo que me decepcionas… demasiado color le dan a una raza tan chata…

Miraría con desprecio al ser de sombras

Tema: Re: El mago (Privado: Stratos) Lun Abr 13, 2009 6:08 am

- Puede que mi especie, en efecto, haya sido sobrestimada, tal cual podría ser, mi estimado, que usted no contará en su vida con algo lo suficientemente valioso como para compenzar mi obediencia. - Le guiñó un ojo con cierto cinismo tras decir aquello. De pronto se llevó la mano al mentón, meditando unos escasos segundos.- La ambición humana es muy grande, si, no obstante, está en vuestra mano, mi estimado, el poder alcanzar algunas de esas ambiciones aquí, hoy, o no alcanzar ninguna. ¡Veamos lo que tengo!

La sombra a los pies del demonio amplió su área, y poco a poco de ella empezó a emerger una nueva masa corpórea de color azabache. Con lentitud, esta masa fue moldéandose, tal cual ocurrió con la aparición de Mephisto. Así, en el espacio que se había formado entre el humano y su invocación, terminó por formarse una suerte de sólida mesa unida al suelo, y, a su vez, unida a dos pequeños asientos. La criatura en cuestión se acomodó en uno de los pequeños bancos, y recargó sobre la superficie de la mesa sus manos.

- Puedo devolveros vuestro ojo con suma sencillez, siendo éste, en realidad, el menor de los problemas... Hm, hm. ¿Dinero? Podría cederle una sustanciosa cantidad procedente de mi propia fortuna. Pero, ¡He aquí lo más llamativo? La inmortalidad es algo muy relativo... Nada es absolutamente inmortal, todo tiene un fin... No obstante, este humilde negociante con el que usted está hablando cuenta con una herramienta que le informará de cuando y como morirá. Solo deberá revisar la herramienta con frecuencia. Sabrá el día, la hora, el lugar, y, de ser por un homicidio, sabrá a manos de quien. Así, podrá saber cuando morirá y evitarlo. Además, podrá conocer todas las muertes que ocurren ahora, y ocurrirán en un futuro próximo. Por último: el poder. Puedo proporcionarle una poderosísima herramienta capaz de cortar absolutamente todo... Desde el más resistente de los materiales hasta el cuerpo más etereo. He ahí lo que le ofrezco, pero le costará, mi estimado, le costará. Queda en usted aceptar lo poco que le ofrezco, o rechazarlo por orgullo.

Tema: Re: El mago (Privado: Stratos) Lun Abr 13, 2009 7:21 am

Miraría con desconfianza los objetos formados por las sombras etéreas antes de volverse corpóreas mas se acercaría y tocaría primero con su pie y finalmente se sentaría mientras el demonio habla.
Asentiría con su cabeza repetidas veces, iluso, confiaba en sus palabras.

-Mi ojo… el poder de saber mi muerte y el arma que lo corta todo… Acepto lo que me ofreces, no importa el costo.

Miraría al demonio a sus ojos rojos con el azul del al aceptar dicho trato, le recorrería un escalofrío al hacerlo. Pensativo solo una premisa llegaría a su mente “Acaso eso se sentiría pactar con el demonio?”

Tema: Re: El mago (Privado: Stratos) Lun Abr 13, 2009 9:58 pm

- ¡Oh! Muy bien, muy bien. Se ha vuelto más sensato, por lo visto.

Sonrió de manera amable aquella criatura con su cliente. Con la mano diestra desabotonó los primeros botones de su prolongado saco, mientras la siniestra se adentró, urgando en busca de algo. No demoró en sacar un papel enroscado, el cual, al ser desplegado, mostró de que se trataba. No era más que un contrato, escrito en inglés de principio a fin. Acto seguido sacó una pequeña daga, lo suficientemente compacta como para incluso poder llamársele abrecartas.

- Muy bien, le explico... Esta bella hoja de papel sellará nuestro pacto. No hará falta una firma, sencillamente una gota de tu sangre. ¿Para qué?Esa simple gota será un vínculo hacia tu alma. De faltar a tu palabra me encargaré de destruir el contrato, y, con él, tu escencia. Nada de que preocuparse, pues usted se ve como un joven sensato y honesto. Apenas firme, le entregaré lo que serán vuestras nuevas posesiones, por lo que no habrá demora.

El arma es una herramienta de grandes magnitudes, con la cual podrá eliminar incluso a los propios Dioses de la Muerte. Por tratarse de un joven tan agradable, le daré una oferta: valdrá tan solo una porción de vuestra cordura. Nada que necesite alguien de basta inteligencia como usted. El cuaderno, de usarlo apropiadamente y ser usted astuto, le permitirá evitar vuestra muerte hasta el día en que vuestro cuerpo no pueda más, solo recuerde, ese cuaderno marcará únicamente las muertes en un futuro próximo, así que deberá consultarlo de forma constante. Esto le hará ganar preciadas horas, si bien no meses o años, de vida, y el precio será uno: deberá hacerme un favor. Aún no tengo en mente cual, pues no requiero de los servicios de nadie, pero en mi actual posición se que tarde o temprano lo necesitaré. Despreocúpese, no será nada suicida, me sirve más vivo que muerto.

Y, de aceptar esos dos artículos, le devolveré vuestro ojo de manera gratuita. Como dirían los mercaderes, "sin costo adicional". Eso si, deberá recordar que lo recuperará no mediante un milagro divino, sino a través de un heraldo del averno. Es solo una acotación que la gente tiende a olvidar. ¿Qué dice?

Deslizó con la mano derecha el papel hacia el joven invocador, mientras con la mano izquierda le aproximó la daga, la que serviría de herramienta para hacer brotar la sangre, en caso de que el hombre acceda a consumar el pacto.

Tema: Re: El mago (Privado: Stratos) Mar Abr 14, 2009 5:51 am

Silenciaría su respuesta pues no eran palabras lo que esperaba el demonio si no que acciones, así que accionaría. Tomose la daga y pensaría unos segundos reconsiderando el trato pero no podía dejarlo pasar por lo que la filosa punta rasgó la piel de su dedo índice. El filo de la daga se tiño de rojo y la gota de sangre calló sobre el contrato.

-…

Esperaría con inquietud…

Tema: Re: El mago (Privado: Stratos) Mar Abr 14, 2009 9:33 pm

La gota, en cuanto cayó sobre el inmaculado papel, comenzó a trasladarse por encima de la humedecida superficie, formando, así, el nombre del cliente escrito en carmín. Enroscó de nuevo el documento, el cual guardó bajo su ropa, misma cosa que hizo con la daga, no sin antes limpiar la sangre de su hoja mediante una breve lamida. - Muy bien. - Exclamó con una cínica sonrisa recorriendo su rostro. Se levantó de su lugar, y extendió la mano derecha hasta el varón que le había invocado. Le sujetó por el cuello de sus prendas, haciendo acopio de su sobrenatural fuerza para tratar de forzarle a ponerse en pie.

Luego le condujo bruscamente contra una de las paredes del sotano, chocándole contra la pared para mantenerle acorralado contra la misma y el cuerpo del demonio. En el bar, aparentemente, comenzó una trifulca, se oían gritos, golpes, y objetos romperse. La violencia que se desarrollaba arriba hacía vibrar ligeramente el techo, y con ello, hacía que la maltrecha lámpara comenzase a forma pendular. El movimiento ocasionó roces inesperados en sus cables, lo cual hizo que en ocasiones la luz se apagara, iluminando de manera interminente la escena.

- Le prometo que esto le dolerá más a usted que a mi. - Susurró de manera lúgubre. Su mano desocupada agarró y, con un brusco movimiento, arrancó el parche que cubría el ojo de su acompañante, dejándolo caer a los pies de ambos. La luz se apagó por tan solo unos segundos y se volvió a encender, mostrando el rostro de la criatura decorado por una ancha sonrisa cargada de deleite, y dos rubíes observando fijamente a quien sería su víctima. Se podía apreciar como de su propia sombra emergió, como si de una laguna se hubiese tratado, una diminuta criatura, semejante a una araña. Su cuerpo era absolutamente azabache, pero tenía una suerte de venas teñidas en un brillante color rojizo.

La pequeña criatura comenzó a subir por el pantalón del demonio, con parsimonia, pero, en cada ocasión que la luz se extinguía, al volver a aparecer se notaba como la enigmatica 'cosa' había recorrido un trato más largo de lo normal, y, así, alcanzó el hombro del invocado. Las dos manos del demonio, cubiertas bajo sus sedosos guantes, sostuvieron el rostro de Stratos, con petrea firmeza para que no la pudiera mover, y, finalmente, la criatura se lanzó hacia el rostro del aludido. La luz, una vez más, se apagó, para no encender más.

Las sensaciones aún pudieron permitirle a Lockon descifrar que hacía ese pequeño insecto en su cuerpo: las delgadas pata recorrieron su faz, permitiéndole a la criatura aludida a adentrarse en la vacía cuenca del ojo derecho. La etapa siguiente podría resumirse en dos palabras: dolor agonizante. Se podía sentir como aquello, fuese lo que fuese, comenzaba a desgarrar o consumir cuantos nervios y tejidos hubiesen en aquel lugar. La incómoda sensación de que había "algo" dentro de su rostro podía ser superada por la sensación de que ese "algo" arrancaba algunas cosas de adentro. Por último, se oyó un extraño crujido, mientras por los bruscos movimientos dentro de su cuenca parecía que la criatura estaba convulcionando. De repente, una sensación que quizá no había experimentado desde hacía tiempo se hizo presente: una fuerte incomodidad en su ojo derecho.

Parecía que aquella criatura, tras alojarse en la cuenca del ojo, y previamente haber desgarrado cuanto vestigio del anterior hubiese quedado, recreó nuevas terminaciones, nuevos nervios, conectándolos nuevamente con el cerebro. La sensación quizá podría describirse como miles de agujas incrustándose de manera constante dentro de todo el lado derecho de su rostro. La luz volvió, y, con ella, el panorama que ofrecía la habitación. La visión del hombre se había ampliado, ahora contaba con ambos ojos, pero ahí no acabo. El demonio retrcoedió, mientras su cliente pudo sentir como su propio ojo derecho, durante cerca de veinte segundos, se comenzó a mover por propia voluntad, casi contorcionandose, adaptándose así al nuevo rostro en donde estaría de ese día en adelante.

En lo que su acompañante se recuperaba de lo que había sido quizá una tortura inhumana, le dió la espalda. Caminó hasta una de las tantas sombras que era proyectada en la pared, y se sumergió en ella como si no hubiese ningún objeto sólido que se interpusiera. Tardó, quiza, cerca de un minuto, antes de regresar a la estancia de la misma forma en que salió. Traía bajo su brazo derecho un cuaderno, y, empuñada en su mano izquierda, una guadaña.

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