Whiskey On The Rocks ~Privado~

Se hallaba el mayordomo, músico, amante, etc, como se le quisiera llamar, no me importa como. Pensaba, narrando su propia situación, para si mismo. Patético, al parecer, el whiskey le caía algo mal, pero dado a su naturaleza, ya se le pasaba la borrachera.

Unos momentos después, completamente sobrio, sin que nadie notara la diferencia, se volteó hacia la entrada, haciendo girar sobre su eje el asiento circular a la altura de la barra, haciendo que su larga cabellera rojiza ondulara, como un mismísimo comercial de shampoo (al menos como los serían).

El motivo de su atención, una chica. De curvas favorables, cabello hermoso, y una cara que no dejaba nada que desear.

"Dios bendiga las campanillas de la entrada, jamás te hubiera visto" Razonó. Ahora, sólo esperaba que la chica hubiera visto su llamativa cabellera, y rogarle a los dioses de que se acercara por ello.

-Otro whiskey, por favor. Que sea doble- Pidió al cantinero, asombrado de la alta tolerancia al alcohol que tenía el bebedor.

La joven solo quería relajarse despues de un fuerte día de trabajo. Hace pocas horas ella había salido de este y lo único que quería era desconectarse de sus labores, observando todo el resinto el cual estaba todo ocupado para su desgracia. De esa manera empezó a buscar con la mirada algún ente que estubiera solitario parahacerle un poco de compañía, al divisar que un joven de cabellos llamativos estaba solo la joven se acerco con mucho desplante a su mesa.

Aquella chica vestía de un traje semi largo color violeta claro y unos tacones de color rojo.
Llegando a la mesa apoyo su mano derecha en ella.

Disculpa, me puedo sentar aqui contigo?.

Preguntó la mujer con un tono muy seguro de voz.

Tragó saliva. -Me encantaría que lo hicieras- Le respondió mientras se enderezaba y bebía de un sorbo su whiskey.

-Puedo invitarte un trago?- Preguntó mientras que en un sólo rápido movimiento, miró de cerca la cara y cuerpo de la chica, quedando impresionado. Suerte que nadie lo notó.

Esperó pues, haciéndole señas al tabernero, para que esperara la siguiente orden

Sentandose al lado de el, al momento de apoyar su espalda en un respaldo irreal pone su pierna derecha sobre la izquierda y sutilmente se hace notar su portaliga el cual es de color tan negro como la noche.
Y mirandolo a su cara.
Muchas gracias, que amable eres. Me gustaría beber un vodka.

Cuando pronuncia aquel delicado nombre recuerda su patria la cual está retirada de este país, extendiendole la mano en forma de saludo.

Me llamo Aki, mucho gusto y gracias por la invitación.

-Cuando gustes- Dijo con tono divertido, mientras tomaba la mano de la mujer, la llevaba a sus labios, le daba un suave beso en el dorso, y claro, de una rápida mirada, invisible por el pelo para la chica, vió el sensual portaliga que tenía su acompañante.

-Dos Vodkas y dos raciones de Caviar para acompañarle- Pidió el chico, quien ya presentía lo bien que estarían... los tragos. -Vamos a hacer esto bien, mi nombre es Akuma- Sonrió, haciendo alusión al caviar.

Mirandolo de forma amabley algo coqueta, cosa que nunca le faltaba a la joven.
Mucho gusto señor Akuma, y nuevamente muchas gracias por la invitación.
La mujer se calló y dirigió su mirada hacia su acompañante y lo chequeó levemente con la mirada en forma muy sutil.
Eso si...La otra ronda invito yo.
Dijo Aki con un tono de voz amable y cerrandole un ojo a Akuma.

-Como asi desees, linda- Dijo sin absoluto miedo de propasarse, sin embargo, recibió las bebidas y el caviar. Le dejó su correspondiente vaso a la chica en frente de ella, y el caviar entre ambos.

-Tú primero, ten los honores. Pero quisiera hacer un "brindis" para celebrar ésta alegre velada que recién comienza.- Corroboró amablemente, pero sin olvidar la necesaria picardía.

Levantó el envase de cristal, y mirandolo a los ojos dió unas palabras.
Que este encuentro no solo sea por que el destino nos puso al uno frente al otro, si no que sea una cita amena y digna de recordar.
Dió una pausa.
Por nosotros, dijo la joven haciando que ambas copas sonarán levemente. Tomando un poco del trago y dejando este sobre la mesa y sin despegar la mirada de su acompañante.

Perdón si soy muy preguntona, me gustaría saber en que se desempeña usted, claro que si usted me quiere responder si pregunta.

Disfrutó del choque de copas, acompañando a la chica con el trago. Luego, comió un poco de caviar, y un trago más disfrutó.

Posó su trago en la barra de la taberna, y le encaró. -Claro que no hay problema. Mi verdadero oficio y pasión, es la música. Aunque ahora, mas que nada me estoy desempeñando como mayordomo, y otros trabajos menores...- Explicó.

-Y usted?-

Interesante. Dijo la mujer mirandolo a los ojos, y sacando al mismo tiempo un poco del caviar que este ordenó.
Yo, soy artista plástica, dibujo y hago esculturas, en algunos casos..Baja la voz, hago falsificaciones, las cuales son identicas a la original...Todo lo dice en voz baja. Mirandolo con la copa frente a sus delicados labios.
y giñendole seductoramente un ojo.
Pero lo último debe ser un secreo ok.

Se rió con una risa, que sumada a su belleza devastadora, no pudo evitar marear como mínimo a su acompañante... Tanta exquisitez junta...

-Claro que será un secreto... Además, nunca se sabe cuando uno necesitará trabajos de aquella índole- Declaró mientras comía un poco del caviar y daba otro trago. Dios que disfrutaba de eso.

-Y dígame... le apetece una partida de dardos?- Preguntó sugerente.

Esta bien, aunque no tengo muy buena puntería pero me gustan las competencias.
Dijo con voz firme la mujer.
Pero primero me gustaría conocerlo un poco más. Musitó la mujer.
Me podría decir cuantos años tienes?

-Cuantos años tengo?- Repitió, asimilando la pregunta- Pues, 26- Contestó mientras la chica pudo dislumbrar, por una milécima de segundo, un destello rojo alumbraba los ojos del hombre, un destello, nada más, el cual finalizó cuando le guiñó un ojo a la chica.

-Vamos pues?- Dijo finalizando el trago y levantándose, ondeando su rojo cabello y su sobretodo. Le tendió una mano para ayudárle a levantarse y esperó cordial.

Tomandole la mano y levantandose cuidadosamente.
Eres muy joven.
Dijo alegremente la muchacha y sin soltarle la mano camino junto a él.
Y digamen, ¿Cuantos años me calcula a mi?.
Lo miro tiernamente esperando la respueste de su interlocutor, los pasos de la chica era coquetos y finos, se notaba a simle vista que la mujer poseía una enorme elegancia en su ser.

Se rió relajado y con descuido, pero la pregunta... Digamos que le tomó por sorpresa.

-Verá, había pensado en preguntarle, pero no quise hacerlo porque podría ser desconsiderado...-Volvió a reir.-... Pero le seré sere sincero. Por su elegante, porte y... cuerpo, se le calcula una bien llevada adultez.-

-Más por su carácter, me arriesgaría a decir unos 22. Sin embargo, me siento intrigado porque usted dijo que yo era muy joven... Contando todo eso...- Dijo parándose frente a ella, cortando la marcha y mirándole de frente por primera vez.- Me quedo con los 22... Sólo bromeaba- Continuó después de una leve pausa. -

-No tiene usted... 18 o sólo 19 años? Por que decía que era joven? Me calculaba más acaso?.- Dijo frente a ella todavía. -Es usted una chica atrapada en cuerpo de mujer?- Bromeó

Soltandole la mano y apaludió de manera que no llamara la atención.
Si, tengo 18 años, tienes buen ojo para calcular las edades de las mujeres
Caminando por el lado de el y conservando su sexy caminar le susurra al oido.
Me gustan los hombres mayores. Mencionando estas palabras le cierra un ojo levemente para luego voltearse de forma parcial.
¿No tiene otra pregunta para mi?, dijo con un tono desafiante y sin despegarle la vista de encima, juntó ambas manos adelante y optó una postura firme y muy femenina, como si lo estubiera provocando.

-Claro- Dijo divertido, y con voz claramente provocada, seducida y seductora al mismo tiempo.

-Es cosa mía o está empezando a hacer calor?- Preguntó abusando del clásico cliché para conquistar a una chica.

-Ya, en serio... Quieres jugar dardos, o quieres jugar a algo más, chica?- Dijo ya sabiendo que le convenía comportarse como el mayor que era, con una provocación en la voz. Ahora la miraba como una mujer, que por casualidad, tenia 18 y se seducian al mismo tiempo.

-Por cierto... hueles muy bien.- Le arrojó un cumplido.

Gracias dijo cuando escuchó que ella olia bien..El perfume que yo uso se llama Noa. Dijo cerrando un ojo.
Acercandose a el y tocandole el hombro.
Al parecer el ambiente se está temperando un poco....
Se acercó a una mesa y tomó algunos dardos........Esta bien ,juguemos a los dardos....... Dijo sonriendo.

Tomó tres dardos, para igualar los de ella y colocándose tras de ella, en seductor ademán le preguntó al oído. -Deseas que te de clases?-

A la par de eso, de un sólo movimiento, uno de sus dardos cayó justo al medio del tablero, demostrando que era capaz de jugar a ese juego, y al del profesor.

-Que dices, linda?- Volvió a preguntar en su oído, mientras tomaba otra probada del perfume.
-Hmm... Noa. Lo tendré en cuenta- Suspiró una vez más en su oreja, haciendo que ella se erizase-

Con su mano izquierda lanzó con mucha presición el dardo y este también callo en el centro del blanco.
Cerrandole un ojo y mirandolo hacia atras.
Creo que no debería tomar clases Akuma. Su cuerpo lentamente empezó a acercarse al de él y peligrosamente acerrco su cara hacia el oido de él.
Si quieres jugar con fuego.............Te puedes quemar.

-Tal parece que no tienes tan mala puntería, o sí?- Le indicó luego de tan certero tiro, que de haberlo querido ella, hubiera partido el dardo propio por la mitad. -Así parece, y no sé si valdrá la pena quemarse- Bromeó, claramente con intenciones de seguir provocando.

Qué se tramaba ese extraño ser? Sería por destino que pararan juntos en el mismo bar a la misma hora? Por que le habría elegido a el ella y viceversa? Que iría a pasar? Un encuentro de una noche? Una amistad? Una borrachera?

Sería un sueño?

Debo de tener buena puntería y presición, ya que soy artista y esas características son esenciales para mi profesión.
Tocandole su caracon su dedo indice, la cual recorre desde su mejilla hasta su mentón.
Si le digo que te puedes quemas, es por que mis reacciones son peligrosas.
Lo dice con un tono sensual en el oido de su acompañante.

-Eso está por verse- Dijo desafiantemientras arrojaba otro dardo, partiendo éste el que ella ya había clavado. Hizo una seña, y el barman se acercó con 2 vasos de whiskey.

-Gustas?- Preguntó mientras ya recogía su vaso, y se separaba un poco de ella.

Tomando el vaso quecontenía el licor y reposandolo en su mano derecha, mientras que con la otra con mucha presición rompe el dardo de su acompañante.
Creo que estamos a la par amigo.
Bebe un poco del whisky paraluego dejarlo en una mesa la cual estaba cerca de ambos.
Y tú sabes a que hora cierran esta taberna.

-Dejémoslo en que el tabernero me conoce, por lo que cerrará y me dejará las llaves en... 10 minutos?- Dice señalando el hecho de que las últimas personas estaban cruzando la puerta para salir y el tabernero estaba recogiendo los vasos, vacíando ceniceros, limpiando en general.

-Que quieres hacer? Al parecer un partido de dardos no dará abasto.- Dijo mientras bebía más whiskey.