Se propuso a sí mismo salir del castillo, había pasado tiempo después del trágico coma en el que se vió involucrado, pero ahora tenía la fuerza suficiente para crearse un pequeño viaje y disfrutar la nueva atracción a las afueras, sabía que a su precioso Rey le molestaría que saliera tan repentinamente, pero confió en que con una nota que indicaba a donde iría le alcanzaría en unas horas, era seguro.
Había llegado con la más discreción posible, pero quería hacer una pequeña travesura, por lo que cuando pidió una habitación dejó sus cosas habituales y se encaminó a las aguas termales públicas, sí, donde cualquier persona podía reconocerle e incluso atentar contra su salud, pero ¿Qué importaba? Necesitaba algo de riesgo, se moría por tenerlo.
En una de las habitaciones de madera comenzó a desvestirse, la chaqueta verde olivo y los pantalones color blanco fueron depositados en un pequeño cesto junto con su camisa y ropa interior, untó su delgado cuerpo (que había bajado un poco de peso debido al coma al que fue sometido) con algunos aceites aromáticos y enredó una toalla en su cintura.
Salió del pequeño cuarto y se aproximó a los escalones de piedra, donde con cuidado comenzó a bajar hasta las aguas, la temperatura era excelente y los aceites en su piel se sentían bastante deliciosos. Se hundió hasta los hombros y en un asiento acuático se puso cómodo, estirando los brazos a los costados del borde que ahora era su respaldo. Su cabello castaño se pegaba a su rostro y hombros con el agua.
- .. Hm, me pregunto si Alastor vendrá a destrozarlo todo.