Entre flores rojas… {Privado}

Bien, ya había terminado de bañarse y cambiarse de ropa, de nuevo podía hacer lo que quería pero… Ya era muy tarde, tal y como había pensando antes, así que no le daba tiempo a volver a la ciudad a comprar lo que desde un principio quería…
Resopló y acabó por ir a dar una pequeña vuelta por el jardín, aun, por suerte la noche no había inundado todo, aun quedaban pequeños rayos de sol del atardecer.

En aquel momento pasó por un gran jardín de rosas rojas, cual se detuvo al mismo instante en que sus ojos se posaron en ellas.
Hermosas… Sin embargo, que uno no se deje engañar por la apariencia, ya que podría tener alguna espina y dañarte con ella.

Sin embargo, extendió su brazo hacia una de ellas, una que curiosamente estaba más iluminada de lo normal.
Igualmente, con mera suavidad rozó la yema del dedo índice sobre el suave pétalo de esta. Era una rosa que destacaba más que las otras de su alrededor, a pesar que eran iguales todas, esta en cierto modo era diferente, se podría decir que incluso especial…

Dejó de “acariciar” el pétalo y bajó un poco la mano, como si quisiera cogerla, sin embargo, llegó a pincharse con una de sus espinas, cerró el ojo izquierdo ante la reacción a la vez que miraba con el otro ojo la herida, pudiendo ver un pequeño e insignificante hilo de sangre.
Resopló y volvió a mirar la rosa, hermosa pero peligrosa…

Se encontraba caminando en aquel bello jardín, había terminado de hacer los últimos quehaceres, no había tenido tiempo de conocer toda la mansión por lo que decidió ir afuera y conocer en parte aquel inmenso jardín, era hermoso no podía negarlo. Tenía flores hermosas, reflejaban una gran belleza y se veían bien cuidadas, no podía evitar dejar de mirar la gran belleza de estas. Siguió caminando hasta que vio una figura conocida, aquella cabellera dorada, un aura pura que a algún ser anormal le resultaría atractivo, por solo el hecho de querer ensuciarla. Dylan sonrío de lado y camino lentamente hacia, aquel joven mirando sus movimientos.

- A veces la rosa mas bella, puede ser la mas peligrosa... no la subestimes por lo bella que se pueda ver tarde o temprano te puede llegar a atacar- dijo Dylan tranquilamente mientras extendía su brazo, algo blanco paso volando sobre la cabellera dorada de Len de manera fugaz, nadie podría adivinar de que se trataba aquello. Solo se pudo ver bien cuando se poso en el brazo del oji-violeta. Una lechuza de tamaño medio se encontraba en el brazo de aquel joven, su plumaje blanco era similar al de la nieve. Podría destacar sobre cualquier otro animal de su misma especie, su plumaje era bellísimo. Un animal como aquel, que lo tuviera un sirviente se veía algo extraño, era un animal demasiado exótico por el bello plumaje que poseía. Miraba fijamente a Len con aquellos enormes ojos color ámbar, casi tirando a dorado, el color favorito de Dylan. Por segundos dejo de mirar a Len y comenzó a limpiarse las alas con su pico mientras las abría con aire majestuoso. Dylan solo se limito a reírse levemente. Luego miro a Len.

- ¿Pudiste sacarte el dulce de la cabeza?, ¿que me dices de tu traje?- le pregunto tranquilamente mientras le sonreía levemente y acariciaba la cabeza de su "pequeña mascota", esta se dejaba acariciar dócilmente por su dueño, al parecer le sentía gran afecto hacia el, de vez en cuando miraba a Len de manera curiosa, al parecer le llamaba la atención el pelo de este.

Con su mano libre de heridas llegó a coger un pequeño pañuelo blanco que llevaba en el bolsillo del pantalón, llegando a limpiarse la sangre ya que había recorrido el dedo, cual se iba deslizando poco a poco hasta llegar a caer al suelo e incluso manchó un poco por encima una de las rosas que se situaban debajo.
Sin embargo, al escuchar una voz conocida se sobresaltó, no pensó que alguien más estaba por allí.
Miró a su alrededor alarmado, hasta que vio al mismo tipo que antes.

¿Le había seguido hasta allí? Gruñó por lo bajo hasta sentir que su cabello se zarandeaba por el viento que apareció de repente.
Al visualizar mejor pudo ver a la lechuza, cual con aires de superioridad se colocó en el brazo de su supuesto amo.
Se le quedó mirando, observando los grandes ojos que poseía para después mirar al hombre, cual frunció el ceño de inmediato, ¿qué hacía allí ese?

Hizo caso omiso de la pregunta del otro, cual solo se dignó a mirarle con aire de desconfianza. -¿Qué hace aquí?- Preguntó sin rodeos, ¿es que acaso él también trabajaba allí? No, sería demasiada casualidad… ¿No?
Tan solo se dignó a mirarle en espera de la respuesta del otro, si es que lo había.
Pero… Ahora que pensaba… ¿Y si en verdad el otro también trabajaba allí? Bueno… Sería muy curioso que ambos estén en el mismo lugar…

Miro al rubio, al parecer no estaba muy contento de que el se encontrara allí o eso parecía. Miro a su lechuza levemente y luego desvío su mirada, hacia el rubio que le había hecho aquella pregunta, claro no le habia dicho que trabajaba alli. Aquel niño había sido un poco descortés en no responder sus preguntas primero, pero los humanos se comportaban así a veces, era lo normal encontrar aquello. Dylan solo se limito a sonreírle al pequeño rubio.

- ¿Que hago?, trabajo aquí joven Len... soy mayordomo de la Joven Duquesa- le contesto tranquilamente, mientras el pequeño animal agitaba suavemente las alas. Dylan se rió de nuevo levemente, vaya a saber uno de que se reía. Su pequeña mascota miro a aquel joven de cabellos dorados nuevamente de manera curiosa, el peli-azabache suspiro y se acerco lentamente a Len.

- Lo se, tiene un cabello precioso- dijo mientras estaba bastante cerca del muchacho, raramente a su lechuza parecía agradarle aquel niño, eso si que era extraño. Pensaba que odiaba a los humanos, después de todo había sido maltratada por estos. Dylan había borrado esa cara sonriente que tenia y puso una mas seria, con un toque de curiosidad.

- Len... ¿quieres sostenerla?- le pregunto al rubio, refiriéndose a que si quería sostener al ave tan solo por un instante, sonrío levemente y de manera sincera ante el pequeño muchacho.

- No te va a hacer daño...- comento como para que el chico no le tuviera miedo al animal, sino eso haría que se asustase la lechuza, eso podría hacer las cosas un poco mas complicadas, ya que las reacciones de los animales al sentir el miedo de los humanos no eran las mejores.

Efectivamente… Al escucharle se sorprendió, trabajaba allí… Se le quedó mirando como si no se creyera sus palabras, sin embargo curvó los labios y se encogió un tanto, ¿de verdad… que trabajaba allí? Pero… Parecía ser que no mentía, cosa que resopló y deslizó su mirada hacia otro lado para después inclinar su cabeza hacia delante en forma de reverencia. –Mis disculpas por haber dudado de usted…- Mencionó para después volver a ponerse normal, mirando en este caso a la majestuosa lechuza.

Ladeó la cabeza ante sus palabras, ¿el cabello… Lindo? Hizo una mueca de extrañeza, de nuevo escuchaba eso de él, ¿tanto le gustaba? Se le quedó mirando hasta que se dio cuenta del cambia del rostro ajeno, aquella seriedad que puso le hizo inquietar un tanto.

¿Sostener la lechuza? Bueno… Miró al animal dudando un poco, bueno, no es la primera vez que trata con animales, ya que había cuidado de un hermoso corcel, cual era de su gemela.
Sin embargo… No había tratado mucho con aves… Más bien nunca trató con ellos, aun que tener una experiencia con ellos tampoco vendría mal.
Así que asintió con el rostro, dispuesto a aceptar se petición.

Ahora, esperó a las instrucciones del otro, ya que no sabía como llegar a coger la lechuza o como hacer que venga a él sin problema alguno.

Ante aquella formalidad del chico se sorprendio un poco y sonrio levemente, en cierto modo aveces le molestaba que alguien que no fuese de un rango inferior al suyo sino uno similar le tratase de esa forma, entre sirvientes al menos fuera de la casa deverian tratarse normalmente despues de todo, ser formal casi siempre cansaba.

- No te preocupes por eso, no tienes que disculparte. Yo tambien hubiese desconfiado- le contesto sinceramente mientras miraba a su lechuza, parecia estar algo ansiosa por conocer a Len, vaya que estaba extraña. Se agacho para estar a la altura de Len, luego miro al animal nuevamente.

- debes extender tu brazo asi- agarro el brazo del joven con extrema delicadeza y lo puso en posicion, para que pudiera recibir a la lechuza, saco un pedazo de cuero el cual puso en el brazo del joven. era solo para que el animal no le lastimara con sus garras.

- Te puede lastimar con sus garras, por eso te pongo esto- le dijo mientras le ponia aquel objeto, luego estendio un poco el brazo para que el animal se pasase al brazo del muchacho. Este se paso para el brazo del chico de un simple y bello aleteo. Dylan se paro de nuevo y miro al ave. Parecia gustarle estar ahi, el peli-azabache solo alzo una ceja.

- Parece ser que le agradas- susurro mientras veia como el ave siemplemente examinaba el lugar en donde estaba, luego de unos pocos segundos vio como la pequeña cabeza del animal se restregaba contra la mejilla del rubio. Con aquello se sorprendio un poco mas el oji-violeta.

- Ya veo... traidora, me haz cambiado por otro hombre- penso en voz alta con una pequeña venita en la sien, que se le marcaba.

Ante sus primeras palabras tan solo se le quedó mirando, no dijo ni hizo nada al respeto, bueno un simple asentir de cabeza, después dejó que el otro extendiera su brazo, pero él lo puso más firme para cuando el ave se posara sobre su brazo no le fuera tan incomodo.
Mientras que su brazo estaba extendido se fijó en el pedazo de cuero que le colocaba, claro, ahora que recordaba, había escuchado hablar de domadores de aves y para no hacerte daño con las afiladas garras del animal se colocaba algo igual…

Curioso, fue pensando hasta que notó el peso del animal ya encima de su brazo, se le quedó mirando, quizá sorprendido por haberse colocado en su brazo sin desconfiar, que ave más curiosa… Pensó que las aves eran más desconfiadas, a no ser que sus amos las entrene bien y hagan ese tipo de cosas…
Tan solo se quedó mirando el animal para después mirar por el rabillo del ojo al otro, escuchando sus palabras y por una vez más miró a la lechuza.

¿Le cayó bien? Ladeó un poco la cabeza para seguidamente sentir la pequeña cabeza del animal restregarse por su mejilla, haciendo que por las pequeñas plumas riera un tanto. –M-me haces cosquillas…- Dijo riendo suavemente, como si el animal fuera a entenderle en cualquier momento.
Sin más, sonrió al animal y poco a poco, con su otro brazo fue acercándole hasta la lechuza, en donde rozó la yema de sus dedos sobre la pequeña cabeza de este.
Sin embargo, escuchó las palabras del otro haciendo que su mirada fuera directamente hacia él, mirándole sin comprender lo que quería decir.

Dylan miro aquella escena, el pequeño animal parecia gustoso de estar con aquel niño, no entendia la mente de los animales, en si de todos los animales. Incluyendo a los humanos, entendia bien lo que decia aquella ave de color nieve, le agradaba aquel niño. A Dylan por el momento le daba igual aunque su aura era bastante pura, talvez aquel animal se sentia atraido por esa belleza, ¿cuantos humanos podrias encontrar con aquel tipo de alma tan transparente?, un alma unocente como aquella. Era obio que a Dylan no le interesaban las almas limpias, aunque le llamaban la atención... solo un poco.

- Es extraño, no se comporta asi con extraños. Por lo general huye... parece ser que contigo es otro caso- dijo con una sonrisa en el rostro, al parecer la pequeña lechuza habia hecho amistad con un humano esta vez. Algo curioso, de seguro uria a jugar con el. Despues de todo Dylan no tenia mucho tiempo para jugar con la pequeña lechuza.

- Mira que bien, Moroti hiciste un nuevo amigo. Debes acordarte de que trabaja asi que no le vayas a molestar muy seguido- le advirtio Dylan al ave antes de que hiciera de las suyas, de seguro querria jugar a cada rato con aquel niño. Ya la conocia una vez que te conocia se pegaba a uno como si fuera un pedazo de dulce. Claro a excepsion de cuando debia ir a entregar mensajes o hacer unos pequeños recorridos. El animal miro a Dylan directamente a los ojos y este asintio levemente con la cabeza.

- Dijo que le agradas y que le gustas mucho- tradujo rapidamente el peli-azabache. Entender a un ave era algo anormal, aunque habia quienes poseian el don de entender a los animales, claro que habia humanos entre ellos. Aunque no era algo muy normal.

No estaba mal aquel animal, al parecer podrían llevarse bien, sonrió nuevamente a la ave, mientras que seguía con las leves caricias en la pequeña y delicada cabeza, tenía un plumaje realmente agradable, blanco y puro como la nieve propia, no era la primera vez que veía ese animal, pero sí la primera vez que llegaba a estar en tanto contacto.

En cuando le escuchó le miró de nuevo pero sin dejar de acariciar al animal, pero en este caso posó su mano encima del lomo, acariciando con suma dulzura las alas de este, rea suave… Cada vez le sorprendía más aquel animal, se podría decir que llegaría a encariñarse con él.
Sonrió por una vez más mientras que volvía a escuchar las palabras del otro.

Ahora que caía y escuchó el nombre, no le había preguntado el supuesto nombre del animal… Aun que ya lo había dicho, pero bueno…
¿Molestarle seguido? En esta vez le miró, bueno, no quería decir que le molestaría, por que no habría problemas que fueran a jugar un rato, pero solo esperaba que… Bueno daba igual, ya se vería en su momento.
Tan solo formuló una pequeña sonrisa en sus labios a la vez que negaba poco a poco con el rostro. –No será molestia alguna.- Afirmó volviendo a mirar la lechuza.

-Así que… Te llamas Moroti… Bello nombre.- Volvió a murmurar pero como si fuera un murmullo para solo la lechuza.
Pero en cuando escuchó al hombre le miró de nuevo, parpadeó y abrió un poco más sus parpados de la cuenta. –Puede… ¿Puede entenderla?- Preguntó casi sin creer lo que había escuchado.

Las acciones de aquel niño eran delicadas y sutiles al tratar aquel animal salvaje. Actuaba de una manera dulce con la pequeña ave, no dejaban de sorprenderle los humanos, eran tan extraños seria dificil aburrirse de ellos, habia de tantos, tenian tanas maneras de pensar, de expresarse, de sentir las cosas. Podias utilizarlos tranquilamente como pequeñas marionetas, claro si sabias como domarlos. Despues de todo los humanos eran seres traicioneros, era dificil que uno ganase totalmente su fidelidad y esas maneras eran "seduciendole y por supuesto "mintiendole", era lo que necesitaba uno para poder tener a uno de esos seres tan curiosos a sus pies. Llego a escuchar como alagaba a la lechuza.

- Moroti significa Blanco en idioma Guarani... es su nombre original, segun me dijo se lo puso un gran mago de una tribu india- claro el nombre de aquella ave no era europeo era americano, vaya al parecer ese ave no era de alli. Aquello daba un giro inesperado a todo. Los indios, vaya que tema venia a surgir, segun decian habia en america una especie de personas que convivian con la naturaleza y vivian de lo que esta les ofrecia. Aunque no sabia mucho de aquel tema. Miro a Len que parecia sorprendido al escucharlo solo sonrio.

- Si, puedo ¿tu no?... es muy sencillo- le dijo como si nada, hablar con un ave para un humano no era para nada sencillo, se requeria mucha concentracion por parte de este y demaciada dedicacion, era un trabajo de mente y cuerpo. Parecia que Dylan solo le estaba tomando el pelo al rubio, aunque era todo lo contrario, en cambio le decia aquello encerio.

Por una vez más miró el ave, observando su plumaje, aquel plumaje bien cuidado, cual podría lucir de ellas ante las demás de su especie. Bueno, no sea de extrañar que le haya puesto aquel nombre, era hermosa y completamente blanca…
Parpadeó y condujo sus luceros hacia el hombre al escucharle, una tribu india… ¿Así que en realidad la lechuza pertenecía a otro?

Ladeó un poco la cabeza hacia su diestra para después dejar escapar un suspiro, sin embargo al escuchar su pregunta alzó una ceja, claro que no podía entenderla, que digamos nunca le enseñaron, es más, tampoco sabía de si alguien podría entenderlas como el peli-azabache, bueno, al menos no había escuchado antes eso…

Así que se le quedó mirando a la vez que un tanto sorprendido por las palabras ajenas. –Sencillo…- Repitió en un susurro, ¿eso quería decir que cualquiera podría entenderlo? Curvó un poco los labios para después abrirlos. -¿Podría enseñar a la gente a poder entender las aves?- Preguntó, ahora había despertado su curiosidad, realmente sentía cierta intriga por poder saber como se hacía.

Miro al rubio al escuchar su pregunta, cierto que era un humano lo habia olvidado completamente de que ellos no podian entender con tanta facilidad a los animales, necesitaban una gran concentración, sobre todo ser de alma transparente. Bueno los demonios no eran transparentes, pero eran un caso distinto al de los humanos. Lo penso bien antes de enseñarle o decirle como aprender a hablar con un ave o otro animal similar.

- Lleva tiempo hacerlo, no es de un dia para otro. Necesitas estar en constante contacto con la naturleza y respetarla- lr dijo mientras miraba haciaotro lado, creia que asi aprendian los humanos no tenia idea bien de como iba la cosa con ellos. Vio a la lechuza agarrar uno de los dorados mechones de Len y tirar levemente de este de manera juguetona.

"cada vez me sorprenden mas...", penso mientras alzaba una ceja y miraba a aquellos dos, a el no le molestaba en lo absoluto que hiciera sociales con los humanos. Pero que no viniera despues asustada a el porque comenzaban a maltratarla, no la defenderia. Como demonio no estaba en sus planes andar defendiendo a sus subordinados por los errores que ellos mismos cometian.

Le escuchó atentamente, como si fuera lo más importante del mundo, a la vez que asintió una vez que este terminó de su explicación. –Ya entiendo…- Mencionó volviendo a deslizar su mirada azulada sobre los grandes ojos dorados del ave, claro esta que en aquel momento sintió como le tiraba uno de los mechones de cabello.

Se quejó un tanto a la vez que cerraba el ojo izquierdo ante la reacción, con la mano libre llegó a coger el mechón que el animal tiraba de él para quitárselo del pico, se lo quitó con suavidad sin hacerle daño, después colocó su dedo índice encima de la cabecita de la lechuza. -¿Quieres jugar, eh?- Preguntó, no estaría mal jugar un rato con ella, así se entretendría un ratito.

De un pequeño y simple gesto del brazo donde el animal reposaba hizo que esta misma prendiera vuelo, se quitó el trozo de cuero para entregarle a su dueño, después miró al animal y sonrió distraídamente. –Si quieres jugar, jugaremos.- No era habitual que hiciera esas cosas, pero no estaba mal de vez en cuando jugar con ella y distraerse.
Así que sin más empezó a perseguirla como si intentara cogerla entre sus brazos, pero claro esta que el animal no se dejaba coger tan fácilmente, cosa que elevaba de vez en cuando el vuelo.

Dylan agarro el trozo de cuero mientras miraba como la lechuza volaba de aqui para alla, dio media vuelta y pasa por encima de la cabeza, del joven rubio. Haciendo que varios cabellos de este para arriba, el peliazabache solo se quedo mirando las acciones del ave, habia ido para una lado mas espacioso, para jugar con Len. Dylan fue hacia allí solo para mirar como jugaban. Se sentó por allí arriba del pasto fresco, mirando como el ave bajaba en picada hacia la hierba y arrancaba un poco de esta, levantando vuelo nuevamente y luego se la hechaba en la cabeza a Len.

" Es increible...", pensó largando un leve suspiro mirando como la lechuza, volaba alrededor de Len, provocandolo para que intentara atraparle. Incluso parecia intentar marearlo, tantops movimientos que hacia en circulos marearian a cualquiera. Desvio su mirada hacia una de sus manos que estaban apoyadas en el pasto, estaba cercano una pequeña flor de color blanco... "una mala hierba", bella y resistente. Como algo de origen silvestre sin poseer cuidado alguno podia ser tan bello e incluso fuerte, no tenia nada que pudiera defenderle, no tenia espinas... tampoco era venenosa o algo similar, tampoco era muy complicada era bastante sencilla. Dejo de concentrar su mirada en aquella flor y miro a aquel niño nuevamente para ver como jugaba con aquel animal.

Sus intentos de coger al animal no dieron mucho resultado, pero igualmente, era divertido jugar con ella, pero se cubrió el rostro en cuando esta pasó por encima de la cabeza, cosa que al retirar sus brazos pudo notar como algún que otro mechón de cabello ya hacía despeinado, se lo colocó bien para después seguir con lo suyo, extendiendo sus brazos hacia arriba mientras que daba pequeños saltos en intento de cogerla.

Sin embargo, el ave era más rápido que él, así que le era un poco complicado, pero ante ello, fue riendo suavemente mientras que decía algún que otro comentario, por ejemplo; “Ya verás, al final te atraparé…”
La lechuza caía en picado hacia la hierba, en aquellos momentos aprovechaba para intentar agarrarla, pero como era de costumbre no lo conseguía, aparte que el animal le lanzaba la hierba que había arrancado.

Sacudió la cabeza levemente, haciendo que la hierba se cayera encima de él, aun así, en cuando se dio cuenta la lechuza empezó a volar por su alrededor, se la quedó mirando, aun así iba demasiado deprisa para su vista y acciones.
Sin embargo, fue mareándose, así que para evitar eso cerró los parpados, ¿cogerla ahora? Imposible, además, podría hacerla daño en un intento, así que mejor quedarse quieto e intentar no hacer muchos movimientos.

Parecia ser divertido aquello, solo se limitaba a sonreir al ver como actuaba la lechuza frente a aquel muchacho de cabellos dorados, vio como se quedaba parado en el lugar cerrando los ojos mientras la lechuza seguia dando vueltas alrededor de Len, Dylan miro a la lechuza levemente y le hizo una seña. Esta comenzo a volar hacia otro lado y estaciono en el suelo a unos pocos metros de Len.

Dylan se quedo observando las acciones de Len, para ver que haria... era divertido verle jugar con Moroti, nunca se habia entretenido en ver a jugar a la lechuza con otro... claro era la primera vez que sucedia, talvez era poco creible ver jugar a un animal salvaje con un humano. Despues de todo eso era el ave, un animal salvaje... por mas que le hiciera caso a Dylan y tubiera un nombre que le habia puesto un humano, era completamente salvaje y se podia decir que era hasta peligrosa si no se tenia el devido cuidado. Aun asi, parecia que no se podia tener miedo con ella ya que parecia estar siendo cuidadosa al jugar con Len.

Abrió un poco los parpado al no escuchar el aleteo del animal, al parecer había dejado de dar vueltas, mejor, que si no habría podido marearse.
Observó a esta que ya hacia en el suelo, sonrió notadamente a la vez que poco a poco se iba acercando a esta.
Pero a pasos pequeños e insignificantes para así no “asustar” al animal que se fuera volando.
Extendió un poco sus brazos en forma de poderla alcanzar más rápido.

Cada vez la distancia era menos, así que sus pasos fueron más cortos que antiguamente, hasta quedar delante del ave.
Mantuvo su sonrisa en sus labios para después intentar agarrarla de un rápido movimiento, pero como era de esperar, el animal partió vuelo, haciendo que en un modo torpe cayera de cara al césped.
Se quejó un poco por el golpe dado a la vez que su mano diestra ya hacia en su cabeza.
Miró a su alrededor para detectar al animal y sonreírle con aires de torpeza.

Después, no tardó en levantarse del lugar y limpiarse la ropa con ambas manos, su mirar fue directa hacia el hombre y luego al animal en donde de nuevo intentó cogerla en modo de juego.
Sin embargo empezó a cansarse un tanto. –Moroti… Paramos de jugar por hoy, la próxima ya verás como te cogeré.- Mencionó sonriente.
Llevó su mano diestra hacia el bolsillo del pantalón, en donde sacó un reloj de bolsillo y de plata puro, observando la hora que era, al parecer era bastante tarde ya… Que rápido pasaba el tiempo…

Al ver aquella caída se quedo mirando al niño aguantándose la risa, le parecía un chico bastante gracioso. Su risa empezó a escaparse de a poco, el puso su mano cerrada al frente de sus labio para evitar reírse pero no pudo hacerlo, su risa empezó a escucharse. Talvez la torpeza de aquel niño le causaba gracia, no podía parar de reírse, aunque el chico ya se hubiese parado, le había parecido tan divertido aquello, intentaba parar de reír pero no podía, ¿tanta gracia le causaba?, nunca había encontrado una manera tan saludable de reírse, era algo tan tonto y sencillo de lo que se reía.
Moroti se había quedado mirando a Len cuando dijo que dejaran de jugar, parecía algo triste el ave, luego desvío su mirada hacia su maestro, el cual se encontraba...¿riendo?, eso resulto extraño para el animal tanto que salio volando hacia el para ver que le pasaba. Dylan no vio cuando su ave se acercaba solo sintió su aleteo apenas llego al suelo al lado de el, mirando como se reía.

- L-o siento juju, es que nunca vi a un niño caerse de esa forma juju, es un poco torpe juju- dijo mientras se tapaba la boca para intentar dejar de reírse de una vez por todas, ahora consideraba a Len un niño torpe y bastante curioso, un humano que le llamaba la atención. Paro de reírse y miro a Len fijamente.... no era algo normal aquello, aunque que mas daba, solo dudo por unos instantes que la sensación era distinta. Luego lo miro como si fuera algo normal aquello que sentía.

Se quedó mirando al hombre al escucharle reír, parpadeó sin comprender mientras que no alejaba su mirada de él, ¿de qué se reiría? Ah, claro, quizá de la torpe caída…
Frunció un poco el entrecejo a la vez curvaba un poco los labios y se encogía un tanto, vale, se había caído, pero tampoco era para tanto… ¿No?
Deslizó su mirada hacia otra dirección mientras que se cruzaba de brazos.

¿Tanta gracia había causado? No dijo ni actuó, tan solo se quedó quieto con la mirada hacia otra dirección para después escuchar el comentario del otro, cosa que hizo que se sonrojara un tanto por sus mejillas y agachó el rostro. -…-
Chasqueó un tanto la lengua y girarse, dando la espalda al otro aun cruzado de brazos. –Mis disculpas señor por mi torpeza…- Murmuró pero en un tono sarcástico.

Mantuvo su reloj de bolsillo entre su mano, en donde lo volvió a mirar para después decidir irse, cosa que volvió a girarse a mirar al otro. –Ya es tarde, será mejor volver a los aposentos.- Mencionó mientras que se disponía a caminar pero no tardó detenerse para esperar al mayor, ya que si trabajaban en el mismo lugar, supuestamente, ambos tendrían que ir al mismo sitio…

Al parecer su comentario la habia ofendido al menor, eso le hizo reir un poco. Si era obio que se enfadaria, ¿quien no lo haria?. Escucho lo otro que decia, era cierto tenian que trabajar, no le quedo otra que levantarse del lugar, se levanto rapidamente. Vio que el joven Len, se habia quedado esperandole, sontio levemente al ver eso. Moroti solo se habia quedado en el hombro de su maestro, esperando una especie de orden.

- Ahora debes irte, ve a comer algo. Despues sabes bien lo que tienes que hacer- le dijo al ave tranquilamente mientras miro hacia ella, esta al escuchar aquello aleteo levemente y levanto vuelo, se pudo ver como el animal estaba cada vez mas alto y se alejaba de aquel terreno. Dylan desvio su mirada hacia el rubio y puso su mano sobre su cabeza.

- Miraa que monada se queda a esperarme- dijo en tono burlon y a la vez sonriente, parecia solo intentar molestarle. Luego le acaricio suavemente la cabeza con algo de cariño y la saco de alli mientras solto una lebe risita.

- Lo siento, lo siento... no era mi intencion molestarte Len- dijo algo divertido mientrs comenzaba a caminar hacia la mansión, raramente habia algo que le llamaba la atención de aquel niño... sentia como si hubiera algo ciego en el, ¿ciego?... ¿que clase de cosa era eso?, pronto lo averiguaria. Aunque habia algo en ese pequeño niño rubio, de momentos vio una sombra rodeandole, aquello hizo que el demonio afilada su mirada, aquella vision desaparecio de repente y Dylan decidio ignorar aquello.

Giró un poco el rostro para poder observar que hacia el otro, tan solo vio como le hablaba al animal y esta rápidamente prendió vuelo, no le dio importancia tan solo se quedó donde estaba en su espera.
Resopló suavemente y sintió la mano del otro sobre su cabeza, haciendo que alzara una ceja sin embargo, al escuchar su comentario se le quedó mirando para después deslizar su mirada hacia otra dirección sin decir nada, tan solo con el ceño un tanto fruncido.

Por una vez más, la voz del hombre pasó por sus oídos, haciendo que le mirase por el rabillo del ojo, tan solo curvó los labios y prosiguió con el camino. –Vamos.- Murmuró y prosiguió, realmente quien iba a decir que el otro acabaría en el mismo sitio, incluso ante ello no pudo evitar dibujar una pequeña sonrisa en sus labios, que curioso…

Sin más le miró de nuevo, poniéndose a un lado suyo y mira nuevamente hacia delante, era una noche… ¿Tranquila? Puede… Pero si tardaban más, puede… Puede que aparezcan aquellas “cosas” de ayer por la noche que fue con su gemela… Es más, tampoco quería dejarla sola, así que se daría prisa en llegar a los aposentos…

Siguió caminando y cada vez mas rápido, al parecer el rubio llevaba apuro. Por como estaba el cielo podía deducir la hora, serian eso de las 20 hs o 20:10hs, le calculaba por ahí, cierto... tenían toque de queda hasta las 21:00 hs, después de ahí. Algunas cosas comenzaban a aparecer en la mansión, ¿quien sabia de que clase de criaturas se trataban? Le daba igual era un demonio, era mas fácil defenderse adelante de presencias extrañas, miro al pequeño Len de reojo y luego miro hacia adelante ya estaban cerca de la mansión.

- Tranquilo, falta tiempo para el toque de queda- le dijo tranquilamente mientras seguía caminando, no pasaría nada. Aun así aquel niño parecía bastante preocupado de seguro era porque tenia miedo de que le regañaran o algo así... pero no... Era mas que preocupación, talvez se estaba equivocando, aquel niño tenia unos instintos muy protectores que desbordaban de el. ¿A quien protegería con tal magnitud?, era increíble aquello...Los humanos, podían proteger con aquella magnitud a algo. Se sentía sorprendido.

“Es un humano extraño...", estaba llamando bastante la atención del demonio. Un humano tan extraño, de cabello dorado y una extraño actitud. Aquel lugar se estaba poniendo interesante, nunca se había interesado tanto por un lugar, la gente de alli le llamaba la atención, incluso la duquesa. Aunque ella era otro caso.

Al escuchar sus palabras le miró por el rabillo del ojo, ¿punto de queda? No, él no se preocupaba por ello, es más, tenía que preparar la cena a su princesa, aparte de que quería estar cerca de ella para poder vigilarla.
Pero… Ahora recordó, quizá el otro no sabía que en realidad él solo obedecía a una única persona en su vida, bueno que más daba aquello…
Tan solo volvió la vista al frente mientas que ya quedaba menos en aproximarse a la mansión.

Así que…. Una vez dentro de ella observó su alrededor, bueno, aun había gente por los alrededores, no pasaba nada, dejó escapar un suspiro de alivio a la vez que avanzaba hacia las escaleras de la derecha, si no mal recordaba los aposentos estaban allí.
Sin embargo se paró y miró al otro. –Supongo que ya nos veremos por aquí…- Finalizó para después ir dibujando una pequeña sonrisa en sus labios. –Nos vemos.- Hizo una pequeña reverencia de cabeza en forma de despedida.

De nuevo se giró y no tardó en subir las escaleras, realmente no sabía que haría el otro, pero ahora tenía otro tipo de casos que atender mucho más importante que ello.

Entraron ambos a la mansion, parecia haber bastante actividad adentro. Aun las cosas no se habian parado seguian igual que siempre, volteo su mirada hacia el chico que parecia estar apurado por irse.

- Bien nos vemos despues- dijo haciendo una leve treverencia con la cabeza en señal de saludo y sonrio levemente, vio como el joven comenzo a subir las escaleras. El se quedo alli abajo y comenzo a ayudar a otros a realizar las tareas que aun faltaban por realizar, solo quedaba poco tiempo para hacer todas aquellas tareas. Algunos sirvientes decian que quedarian a medio hacer ya que tenian que ir subiendo, pero Dylan comenzo a terminarlas rapidamente. Algunos quedaron soroprendidos por la rapidez de este. Todas las tareas se vieron realizadas, solo quedaban unos 5 minutos para subir arriba y entrar a su habitación.
El peliazabache fue tranquilamente alli, no tubo apuro por llegar al lugar, en cambio otros parecian volar a sus habitaciónes, iban con miedo a su habitación. Una vez que el oji-violeta llego alli entro y cerro suavemente la puerta.

[Fin del Topic]