Una amena conversación (privado)

No se habian demorado mucho en llegar a la taberna, puesto que Ruby se manejaba muy bien en las calles de esta ciudad.
Cuando abrierón la puerta se reflejaba que en el interior del lugar una aire ameno, el cual era muy extraño, lachica miró a Ruby para guiarle donde ambas se sentarían.

Le abrió la silla a la joven y luego se sentó ella. Mirandola fijamente y al unisono juntando sus piernas.

Dime ¿Que deseas beber?.

Tanto Aki como ella pudieron sentir el cambio de ambiente, sin embargo, era más que obvio que los finos sentidos de la vampiresa sellada podían captar mucho más aquellos cambios.

Su olfato se resintió algunos segundos por el pesado aroma a bebidas etílicas y, probablemente, alguna droga para fumar o simple tabaco que algunos del lugar podrían permitirse muy de vez en cuando.

Siguió a la pelirroja y aceptó gustosa el gesto, verdaderamente caballeroso, que la mujer de ojos café había usado al ofrecerle asiento. A diferencia de ella la pelirrosa tan solo se sentó recta y lo más cómoda posible, aunque sin pasarse al mantener aún cierta "etiqueta" en sus acciones.

- No suelo beber pero... Supongo que un baileys no será mucho -dijo sonriendo de forma algo tímida e inocente.

Era verdad que ella no solía probar alcohol, es más, apenas había bebido en esporádicas ocasiones que podían contarse con losd edos de una sola mano.

Aki alzó la mano disimuladamente y le pidó al cantinero que le sirvieran el trago seleccionado por la acompañante, más un vodka solo, aquel hombre se demoró solo unos instantes depositando sobre la mesa los dos delicados tragos.

Sofía alzo el alargado vaso con vodka y con una sonrisa al sentir como se movía aquel trago, el cual es su favorito.

Saludo señorita Ruby.

Dijo un débil "gracias" al hombre cuando sus bebidas fueron servidas y alzó la copa al tiempo que Sofía hacía lo mismo con la propia.

- Salud -respondió haciendo chocar de forma delicada ambas copas, haciendo así que los líquidos de ambas se balanceasen suavemente.

Hizo descender aquella copa hasta sus labios, dejando que el casi imperceptible aroma del bailyes llegara a sus sentidos. Como bien había dicho no era dada a beber, pero, como se suele decir, siempre hay una primera vez para todo.

Probó un leve sorbo del cremoso elixir, notando el dulce sabor de este. De las pocas bebidas etílicas que había probado, era la única que, por diferencia, le había agradado.

El vodka que pidió Sofía estaba tan beno como los que había provado en su patria, aunque solamente faltaba que nevara para que el contexto fuea perfecto, Cerrando los ojos para percibir mejor su sabor, sentir su cuerpo y reconocer cada sabor que le provocaba este.
Dejando el vaso finamente alargado y depositando sus manos sobre la mesa.

Ruby, muchas gracias por haberme acompañando.

Dijo de forma educada y contenta a la vez.

Retiró la copa de sus labios tras dar un nuevo trago, un poco más constante que el anterior pero no demasiado, dejando así el vaso en la mesa al igual que su acompañante, volteando también su mirada a ella.

- No las dé madamme, ha sido un placer ^^ -respondió sincera ante las palabras de agradecimiento de la mafiosa.

En verdad acompañarla había sido una grata sensación y no hacía ni falta decir que se hallaba cómoda y a gusto en presencia de la mujer que había encontrado en el puerto por mera casualidad aún estando en aquel lugar no muy presentable.

La mujer rodeó con ambas manos el cuerpo del vaso y con ambos dedos pulgares empezó a recorrer el cristal perteneciente a este.Su mirada se perdió por unos momentos en el líquido frío, pero no lecostó mucho trabajo despegar la mirada, para luego mirar a su acompañante.

Y digame señorita Ruby,¿Usted en que se desempeña?.

Preguntó regresando el delicado licor a su boca, pero esta degustada fué más corta que la anterior. Despues dejó el vaso en la mesa y con su dedo indice lo pasó con delicadeza en el borde de este.

Sus orbes de jade volvieron a los café ajenos, fijándose en ellos y pudiendo notar cierta curiosidad, aunque no era una curiosidad muy indiscreta.

- Soy sirvienta en palacio -respondió ampliando levemente su sonrisa.

Sería discreta y omitiría el hecho de que trabajaba directa y exclusivamente para Sara Vanderbilt, después de todo, era una demonio por muy humana que llegase a parecer. Así mismo el mero hecho de decir que era sirvienta real podía significar muchas cosas y ninguna a la vez. Aún así, no enfatizó en qué se desempeñaba en realidad.