Green&Blue gardeners [Privado]

El mediodía hacía pocas horas que había llegado a su punto álgido cuando el Sol se mostraba en la parte más alta del cielo. El almuezo hacía ya su tiempo que terminó y los sirvientes preparaban ya la próxima comida, dejando que el sabroso aroma de los variados platos reales se difundiera por gran parte de aquella planta donde se hallaba situada la cocina principal.

Uno de los encargados de tener listo el comedor encontró dos pequeños sobres, de color blanco marfil y bellamente adornados con trazados de espinas, flores y un árbol rodeando el nombre de la pequeña María Bratrice y de Zyon Sparda, uno en cada sobre. Eran cartas sin remitente, tan solo estaban los nombres de la princesa y su "madre" así como una rosa dibujada en al cera que constituía el sello que cerraba dichos sobres.

Al abrirlos, se podían encontrar dos cartas con algunas palabras y frases que solo podrían interesar a los niños, ciertas cosas sin mucho sentido y alguna que otro párrafo que hablaba de jardinería y como usar las flores para decorar vestidos o peinados. También se podían leer algunas preguntas de "si o no" sin sentido aparente que cualquiera contestaría solo por hacerlo o para perder el tiempo. Sin embargo, algo destacaba sobre esto...

Una extraña pregunta que iba formulada tras aquellos textos de gran semejanza, escrita con una caligrafía excelente y de porte ligeramente gótico mucho más refinada que el resto de las letras de ambas premisas a pesar de que, en estas, también se habían cuidado mucho los detalles. La pregunta era, como las anteriores, sencilla y de dos únicas respuestas:




Se esperaba que la pequeña y el soberano que recibieran aquellas hojas rodearan, tacharan o marcaran de cualquier forma alguna de esas respuestas y siguiera las instrucciones que había más adelante y solo una palabra variaba en cada uo de los textos:




Obviamente, el sirviente no abrió la carta y fue a buscar directamente a quienes iban dirigidas, delegando sus labores a otro empleado de los que estaba descansando. Si cualquiera tirase alguna de las cartas, la rompiese, la quemase o destruyese de alguna forma, esta simplemente reaparecería, cada vez más cerca de su destinatario.