Acudiendo al Teatro. [ Libre ]

La mestiza caminaba por el lugar en su verdadera forma a pesar de la hora y, por extraño que apreciese, no vestía los típicos vestidos de la época que portaban las mujeres. Al contrario, su cuerpo estaba ataviado con unos simples pantalones marrones, camia blanca de largas mangas algo ajustada y chaqueta de igual color que los pantalones. Ropas bastante comúnes y sutiles al igual que humildes y discretas que podían portar hasta aquellos con problemas económicos. Su rostro y largo cabello así como sus ojos se hallaban ocultos gracias a una boina de color ocre opaco. No estaba allí por orden de la reina pero aprovechaba que aquel día no parecía necesitarla para salir por información. No era de extrañar que a sus oídos hubiese llegado la noticia de la "horrenda muerte" de tres jóvenes mujeres y pensó que en aquel lugar encotnraría una concubina que el asesino pudiera encontrar de su agrado. Después de todo la mejor forma de atrapar al cazador era vigilando a su presa. Pasó por el lado de la joven duquesa y escuchó su pregunta pero no respondió. No iba dirijida a ella y tampoco tenía planeado contestar aunque si fuera ella la destinataria. No había ido allí a perder el tiempo, menos a satisfader el ego y la necesidad de diversión de una noble.

Una amplia sonrisa se dibujó en el rostro de la mestiza cuando el aroma de la Duquesa con la que antes se había cruzado llegó a su olfato, haciéndole saber que esa misma joven la estaba siguiendo, intentando pasar desapercibida entre la multitud sin conseguirlo, aunque eso era un dato que Auroxia no conocía. No le importó mucho y, por el momento, dejó que la morena hiciese lo que quisiera mientras ella se dirijía hacia los vestuarios y camerinos. Creía poder encontrar a una joven que casase con las cualidades que tenían las víctimas de los últimos atentados y quien sabe, puede que la muchacha de ojos bicolor le fuese útil de alguna forma.

[Agradecería que se respetaran unos turnos de posteo para evitar complicaciones futuras. Así pues esto quedaría Moka, Bloodrer y Aroxia si no les parece mal.]



Su mirada no mostró sorpresa cuando la joven de largos cabellos negros se interpuso entre ella y la entrada a los camerinos aunque si se pudo mostrar algo de molestia, oculta bajo la visera de la misma boina que cubría sus largos cabellos y gran parte de su rostro. Sus ojos escarlata vagaron por toda la extensión del cuerpo de la muchacha que se posaba frente a ella, fijándose en los finos detalles de su vestido pese a terminar clavando su mirar en la zona de su rostro y cuello. Aquel nímio sonrojo y esa expresión dulce y juvenil la hacían ver realmente deliciosa, sobre todo cuando los dedos contrarios acariciaron el collar que prendía de su garganta. Aún así la mestiza poseía gran autocontrol o, por lo menos, el suficiente como para no caer en aquella sinuosa e incitante provocación. A pesar de las palabras dichas las ropas que portaba tampoco podían definir sus curvas femeninas, por lo que cualquier humano podría confundirla con un hombre a pesar de que la astuta mirada de la noble y el instinto del vampiro fuesen suficientes, al parecer, para desenmascarar su mínimo y poco trabajado disfraz. No respondió al primer comentario de la joven pese a que una tenue sonrisa si se esbozara en su rostro ante la pregunta que esta le formuló después.

- Lo lamento madamme, el espectáculo hace rato que acabó -dijo en un sutil murmullo, respondiendo a la pregunta de la joven que, no mucho después, desvió su mirada al nuevo "visitante" que en esa zona se encontraba.

La reacción de la duquesa ante aquel ser era más que evidente aunque el repentino cambio de una expresión vivaz y juguetona a una recatada e, incluso, asustada le fueron bastante divertidas. Respondería al comentario del vampiro con gusto epro decidió dejarlo pasar, viendo que la muchacha no parecía muy conforme con la presencia de este, y eso lo hacía aún más divertido a sus ojos. Aún así no estaba allí para divertirse sino para investigar pero... Nada le impedía jugar un poco. A diferencia de la joven el corazón de Moka era siempre calmo, pausado, lento y totalmente tranquilo. La presencia y cercanía del matusalén no le era incómoda, aunque para Auroxia fuera una cosa totalmente distinta. Así mismo el desinterés del susodicho no le pasó desapercibido y solo un pequeño movimiento de su rostro fue suficiente para corresponder, por mera cortesía, al saludo de este. Según creía la peliblanca, él querría divertirse con la duquesa y por ello aquel desinterés hacia su persona. ¿Y quién no cuando aquellos jóvenes latidos incitaban a probar la sangre que empujaban?... Al parecer su ser vampírico podría haber despertado, pero la joven pareció ser más rápida y, con una veloz despedida, se escabulló hacia la pista de baile que no se hallaba muy alejada de la zona del escenario.

- Os recomendaría cuidado pero no estoy segura de que hagáis uso de mi consejo -comentó con voz sutil y sensual, no hecho a propósito, tan solo era que su voz sonaba casi siempre así debido a su linaje de nosferatu.

Una vez dicho esto la demonio pareció perderse entre las sombras que las luces del lugar proyectaban, desapareciendo de aquella zona y apareciendo en la pista de baile, oculta en una esquina y vislumbrando todo movimiento en busca de una posible presa para el asesino de mujeres que asolaba las calles. Su presencia había quedado oculta y su característico aroma a rosas y jazmín era fácilmente confundible con las múltiples fragancias de tanto caballeros como damas que allí se encontraban, haciéndola pasar totalmente inadvertida y como si de un joven tímido apartado se tratase. Poco le importaba el vampiro o la duquesa a pesar de que esta última podría ser un buen cebo. Además, mientras el matusalén no estuviera amenazando la vida de alguien ella no tenía obligación alguna de intervenir.

La danza era maravillosa, los giros de las personas y el flotar de los vestidos al moverse le hipnotizó por unos momentos, para luego bañarla de un sentimiento de nostalgia ¿Cuántas veces no había presenciado bailes de su tipo en la mansión, que nunca volverían a repetirse gracias a las obras propias?

Tantas veces se había confiado, tantas veces había pensado que los errores no iban a volver a cometerse, pero así eran los humanos, son tan frágiles que rompen los juramentos tan sencillo como se rompe una hoja de papel.

Se dió media vuelta para alejarse de la habitación y exploró unos instantes las habitaciones de Bath, el centro de diversión más grande de Inglaterra, hasta que finalmente llegó a un salón vacío de música, protagonizado por un gigantesco piano de cola listo.

- .. Tal vez pueda.

Se sentó en el banco de este y permitió que sus dedos acariciaran las teclas con cuidado y suspiró para concentrarse, de repente sus manos comenzaron a deslizarse trazando los pasos de una melodía que conocía a la perfección, tejiendo las notas en una escala ideal y agradable al oído, una melodía romántica y apasionada, con cierta melancolía pero que encendía su interior hasta el límite.

Vampiros, demonios .. Conocía aquellas razas perfectamente, listos para cazar a los humanos en todas sus desventajas posibles, realmente avanzados a comparación nuestra, no teníamos ninguna oportunidad contra ellos y eso le hacía sentir cierta sensación miserable, el mundo sería ideal si esas cosas sobrenaturales no existieran. No se podía confiar en ellos, no sin que dejaran de mirarle como un mero alimento, jamás tendría oportunidad con esos seres hermosos.

Todo aquello lo meditó haciendo uso del piano, que a medida que sus pensamientos indagaban a su verdadero núcleo de personalidad la tonada se hacía un poco más fuerte.

( https://www.youtube.com/watch?v=T7dk8DEOGfU )

[Bloodrer, te comento solo para informar que, cuando alguien está posteando, no aparece como conectado en la lista y, por ello, es fácil dar lugar a confusión. Aún así los turnos están puestos para algo y comprendo que mi posible ausencia retrase el tema pero agradecería que se me dejase al menos un "tiempo de espera" pues, como ya dijo Grell en algún lado, tenemos vida fuera de esto y no por ello nos gusta que nos salten así como así]



La gran manifestación de gente que se hallaba en el lugar era algo que podría llegar a agobiarla. Tantos seres humanos juntos hacían de cualquier lugar un sitio al que la mujer no deseaba ir, por lo menos no si aquellos humanos eran de la nobleza. Por suerte incluso los lagrones eran más sinceros que aquellos engreídos de elegantes vestimentas, gran orgullo y pedante carácter bien oculto tras una falsa sonrisa y forzada modestia. Tanta superficialidad le producía unas incontrolables ganas de causar el caos pero, para suerte o desgracia, el contrato con su señora le impedía dañar deliberadamente a gente "inocente". No era difícil notar que la lujuria, la gula y casi todos los otros cinco opecados capitales podíanh encontrarse entremezclados en reuniones como aquella, donde todo lo que había no era más que simple fachada y egocentrismo. Una suave música distrajo su atención y la obligó a cerrar sus orbes y dirijirse, con estos aún sin abrir, al lugar del que provenía. Era un piano, tenía algunos años pero estaba bien cuidado y afinado con cautela según el fino oído de la mestiza le permitía saber. Una vez dentro de aquella sala vacía sus párpados se alzaron, dejándola ver la figura de la pequeña duquesa, quien era la intérprete de aquella melodía que, a la peliblanca, le había gustado pese a ser tocada por una simple humana, según su parecer actual. En la sala también se encontraba el vampiro y se encontraba hablando con la morena por lo que, al ver que no conseguiría nada allí y que la melodía ya había terminado, se retiró de igual forma de la que había entrado, sin ser detectada o vista por ninguno de los dos seres que allí se encontraban.